SORTEOS
Bonoloto y Euromillón: resultados del 22 de noviembre

La sangría de estudiantes en la Universidad de Sevilla: 15.000 menos en diez años

Universidad

La caída en las matriculaciones se ha frenado con un pequeño repunte de 600 alumnos

La duplicidad de títulos, la oferta privada y el auge de la FP están detrás de este descenso

Los alumnos de ciclos formativos superan en 14.500 a los de Bachillerato este curso

La US pedirá medidas especiales para los estudiantes por la inflación

Estudiantes realizando un examen de la pasada Selectividad en la Universidad de Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

La Universidad de Sevilla (US) ha perdido casi 15.000 estudiantes en diez años. Una sangría que se ha frenado el último curso, con un repunte de 600 alumnos. Podría tratarse de un breve paréntesis dentro de una tendencia alimentada por varios factores: el descenso de la natalidad, la oferta de las universidades privadas, la duplicación de títulos en provincias cercanas y las altas notas de corte para estudiar la carrera deseada. Factores que no parece que vayan a desaparecer a corto plazo y al que hay que sumar otra realidad percibida en los centros de enseñanzas medias: el alto volumen de jóvenes que se decantan por la Formación Profesional, cuyo número supera ya al del Bachillerato en 14.500.

El dato más actualizado que ofrece la Hispalense al respecto pertenece al curso 2021/22, cuyo anuario se ha publicado estos días. En él se han contabilizado 69.876 universitarios matriculados en todas sus enseñanzas y centros, incluidos los adscritos. Pues bien, tal cifra en el curso 2011/12 era de 84.764. En una década el estudiantado de la principal universidad pública de Sevilla, con más de cinco siglos a sus espaldas, ha perdido 14.888 integrantes, con todo lo que ello supone.

Los anuarios publicados en el portal de transparencia de la US reflejan dicha caída desde el curso 2018/19. Aquel ejercicio, el volumen total de alumnos fue de 71.577, un curso después bajó a 70.974 y en el siguiente, a 69.234. Sin embargo, en el último periodo analizado se ha registrado un repunte. Se ha llegado a 69.876 matriculaciones. Un incremento de 642 alumnos. Hay que remontarse a 2011 para encontrar una subida en dicho registro. ¿Podría tratarse de una ruptura y el comienzo de un ciclo alcista? ¿O estamos ante un breve paréntesis en un ciclo continuado? Todo hace prever que la hipótesis más segura sea la segunda y que este pequeño aumento obedezca a factores temporales, como la pandemia del Covid, cuyas restricciones provocaron que buena parte del penúltimo ejercicio analizado, el de 2020/21, se desarrollara a través de la enseñanza telemática ante las continuas olas de contagios.

Los factores de la caída

Alumnado total en la Universidad de Sevilla en el curso 2021/22. / Universidad de Sevilla

La pérdida de esos 15.000 estudiantes viene condicionada por cambios demográficos, pero también directamente relacionados con el sistema educativo. El primero de ellos es obvio. El descenso de natalidad que, salvo reducidas épocas, ha marcado el siglo XXI desde sus inicios. Una caída en los nacimientos agravada con la crisis económica de 2008 y que no parece tener fin. Ahí están las cifras de los colegios: 6.000 alumnos menos este curso. Una debacle que aún no ha llegado del todo a la enseñanza superior, por lo que a medio plazo la merma de universitarios en la Hispalense puede acelerarse.

Pero también influyen aquí los cambios que ha vivido los últimos años la enseñanza española, y en concreto la andaluza. Uno de ellos afecta al sistema universitario: la duplicidad de títulos. En este punto, conviene recordar que en febrero de 2020 los rectores andaluces dieron a conocer un informe en el que invitaban a la Administración autonómica a revisar 236 títulos (de grado y máster) por las anomalías que presentaban entonces (los últimos datos se referían a 2018). Entre las mejoras a introducir se encontraban la necesidad de ajustar la oferta a la demanda, el bajo número de matriculados que presentaban muchas de ellos y su viabilidad. Estos datos debían servir para el futuro mapa de titulaciones que desde entonces se lleva esperando.

Un nuevo mapa de titulaciones

Dicho catálogo ha sido prometido en numerosas ocasiones durante la pasada legislatura andaluza. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, en enero de 2021, durante la última toma de posesión del rector de la US, Miguel Ángel Castro, aseguró que antes del verano de aquel año estaría acabado. Pero lo cierto es que ya hay un nuevo Gobierno andaluz y el mapa de titulaciones aún no está disponible. El actual consejero de Universidades, José Carlos Gómez Villamando (que fue rector de la Universidad de Córdoba), ha asegurado recientemente que estará acabado para la primavera de 2023. En su comparecencia incidió en que el catálogo vigente es de 2010 y que requiere de un reajuste ante todos los cambios experimentados estos 12 años.

Uno de los requisitos por los que se regirá será el de la empleabilidad y la demanda laboral, por lo que todo apunta a que estará determinado por un mercado de trabajo muy cambiante, de ahí que se apueste cada vez más por la formación dual, como ya se hizo en la FP. Se trata de un modelo por el cual los alumnos de grado y máster combinarán su aprendizaje tanto en las facultades como en las empresas, para acercarlos lo más posible a los centros de trabajo.

En la duplicidad de títulos sirve como ejemplo lo ocurrido con Medicina, una carrera que se encuentra presente ya en siete de las ocho provincias andaluzas, después de que Almería y Jaén la hayan implantado este curso. Huelva, la única que no la posee, no tardará en hacerlo. Un grado que viene avalado por la alta demanda que reciben los estudios sanitarios, cuyo interés se ha disparado a raíz de la pandemia del Covid. A esta rama también se han apuntado universidades privadas que han abierto sus puertas durante esta década en Andalucía o que lo van a hacer los próximos años.

Notas de corte muy altas

El auge de estas instituciones académicas hay que relacionarlo con uno de los problemas a los que se enfrenta el sistema universitario y que ha puesto de relieve el rector de la US esta semana: la dificultad de entrar en las carreras más demandadas por la alta nota de corte que exigen. Tras la Selectividad de junio, en la US hubo 13 titulaciones que exigían mas de un 13 (la máxima es 14) para matricularse. Muchos jóvenes, pese a poseer un expediente académico de excelencia, ven sus objetivos frustrados por cuestión de décimas. Al no poder estudiar la carrera deseada en la Hispalense se marchan a otra universidad pública de Andalucía o lo hacen en las privadas que, pese a su alto coste, ofrecen planes de financiación que permiten a las familias hipotearse para pagar esta enseñanza a sus hijos.

En Sevilla se encuentra el campus de la Universidad Loyola, que este curso ha comenzado a implantar sus grados sanitarios de Farmacia, Nutrición, Biotecnología y Actividad Física y del Deporte. En el de 2023/24 lo hará con Medicina, Enfermería y Fisioterapia, para lo que ampliará sus instalaciones con una inversión de 30 millones de euros. También la futura universidad privada Fernando III -promovida por la Fundación San Pablo-CEU Andalucía y con campus en Bormujos- pretende en un futuro ofertar estudios sanitarios. La razón que aportan los sus responsables para ampliar la oferta en el sector de la enseñanza privada es la existencia de una importante demanda que no encuentra hueco en las universidades públicas. La dificultad de acceder a los grados que ofertan instituciones como la US es lo que ha llevado a Miguel Ángel Castro a proponer que el nuevo modelo de Selectividad dé respuesta a este problema.

El auge de la FP

Un último factor a subrayar en esta sangría estudiantil es el auge de la FP entre la juventud sevillana. Cada vez son más los que se inscriben en estos ciclos, que han dejado de ser una altenartiva secundaria a la universidad, hasta el punto de convertirse en una vía muy consolidada. Los datos del nuevo curso constatan esta realidad. Mientras que en Bachillerato se han escolarizado 31.984 jóvenes (25.524 en centros públicos y 1.007 en los pocos centros que tienen concertada esta etapa), en los ciclos formativos la cifra alcanza los 46.485 (28.998 en la pública y 7.902 en la concertada). Es decir, la FP supera en 14.501 alumnos a la enseñanza preuniversitaria, algo impensable hasta no hace demasiado tiempo.

Tal es la demanda de ciclos formativos, que la Junta inició años atrás un plan de concertación, ya que la oferta estrictamente pública resultaba insuficiente en las titulaciones de mayor reclamo, como las vinculadas a las ramas sanitaria y administrativa. Esta gran aceptación se debe también a la necesidad que existe en el mercado laboral de empleados con perfil técnico.

Las ramas más demandadas

El reparto del alumnado por ramas del saber. / Universidad de Sevilla

Por ramas del saber, las Ciencias Sociales continúan en la cima de las matriculaciones. El último curso lo hicieron en sus titulaciones 18.699 universitarios, 780 menos que en 2018 (el último anuario disponible en la US). La titulación con más alumnado es la de Derecho, con 2.460. Le siguen las escuelas técnicas de Ingenierías y Arquitecturas, con 12.957 estudiantes. Pese a que en otras zonas de España se ha alertado del declive en estos estudios, la US puede presumir de buena salud. El grado en Fundamentos de Arquitectura sigue teniendo las mayores cifras, con 1.536 matriculaciones. Eso sí, la presencia de la mujer en estas enseñanzas continúa siendo bastante inferior a la de los hombres, pues apenas suponen una cuarta parte.

Ciencias de la Salud ocupa el tercer puesto, con 7.162 universitarios. El grado con más estudiantes es Medicina, que ha experimentado un notable auge desde septiembre de 2018. Entonces su alumnado era de 1.194, ahora y pese al incremento de la oferta pública en otras provincias andaluzas, llega a 1.777. La subida está auspiciada en buena medida por el interés que ha suscitado la pandemia por las enseñanzas sanitarias. Por último, Artes y Humanidades, que aglutina a 5.460 matriculaciones.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último

Solas | Crítica de danza

Carne fresca para la red

Orquesta Bética de Cámara. Concierto 1 | Crítica

El regreso de Turina a Sevilla