US y Olavide paran las clases contra los recortes

El Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus) ha aprobado llevar a la práctica un parón académico contra los recortes del Gobierno en Educación. Tras someterse a una votación, 19 de las 25 facultades han votado a favor de dicha protesta que se traducirá en un paro en el discurrir académico entre los días 24 de mayo y 7 de junio. Una medida que ya aprobara la Olavide este jueves con el 95% de los votos de sus alumnos y que se pondrá en práctica del martes 22 al jueves 31 de mayo. Entre las protestas que se plantean desde este organismo están los encierros y huelgas de estudio a la japonesa, según indica Nerea de Tena Álvarez, miembro del Cadus.

Y todo ellos a raiz de que a partir del curso 2012-2013 la primera matrícula universitaria costará 540 euros más cara que hasta ahora. Concretamente el Gobierno ha planteado el ampliar la horquilla de los costes de créditos de segundas matrículas en adelante, que costaría un 30% y 40% por la segunda matrícula, un 65% y 75% para las terceras matrículas y entre un 90% y un 100% en la cuarta. Con esta medida el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte pretende sancionar económicamente a los alumnos repetidores de la universidad pública.

Debido a esto, los alumnos de la Universidad de Sevilla y Pablo de Olavide ya comenzaron las movilizaciones esta semana con asambleas en cada Facultad y que se han traducido en un parón. En el caso de la Pablo de Olavide, el parón académico se desarrollará del 22 al 31 de mayo, prorrogable indefinidamente si se renueva dicha decisión. La Universidad de Sevilla se ha sumado a la iniciativa desde el 24 de mayo al 7 de junio.

Por su parte, los profesores, catedráticos y personal de administración han apoyado en muchos casos a los propios estudiantes para secundar un parón docente que tendría efectos a corto plazo dada la proximidad al final de curso. Y es que el Real Decreto 14/2012 aprobado el 20 de abril, afecta al personal docente en tanto que se recortarán las atribuciones destinadas a la investigación de todos aquellos que no acrediten dicha labor. “Nos podemos llevar toda la vida investigando sin llegar a descubrir la penicilina”, comenta una catedrática de Farmacia de la Universidad de Sevilla. “Además, las facturas a los proveedores no se les paga desde diciembre. El agujero en la Administración debe ser enorme”, indica.

No solo afecta el decreto a la labor investigadora si no también al bolsillo de los profesores y funcionarios de las facultades, ya que por tercera vez, se les rebaja el sueldo en un 5%. “Si me tienen que bajar el sueldo que me lo bajen, pero que encima no me llamen flojo”, comenta uno de los catedráticos de la Facultad de Económicas y Empresariales. Es patente el enfado del personal docente de la Universidad ya que en algunos casos ven reducidos sus salarios anuales en 8.000 euros. Tanto es así que han sido avisados desde el Rectorado para que paren sus planes de organización docente para el siguiente curso hasta que en el Claustro Universitario del lunes se reúnan representantes de toda las facultades.

Con respecto al paro por parte del profesorado, aún no se conoce convocatoria por parte del sindicato, aunque las opiniones al respecto son de lo más variopintas, salvo en lo que respecta a los exámenes finales sobre los que todos mantienen que “no quieren perjudicar a los alumnos, y mucho menos a los de quinto”. Sin embargo temen que el personal de administración secunden la huelga hasta final del curso y por lo tanto las actas no sean publicadas, lo que provocaría que fuesen publicadas ya en septiembre.

Según fuentes de la Universidad de Sevilla, los rifirrafes entre las nueve universidades públicas de Andalucía son más que notables, pero en este caso las reuniones y llamadas telefónicas entre los rectores son continuas. El lunes será el momento para poner en común ideas acerca de los pasos a seguir por la comunidad universitaria durante las próximas semanas.

Por su parte, el paro de 10 días en la Olavide, según informó el portavoz del Ceupo, Raúl Moreno, también es apoyado además por la "gran mayoría" del profesorado, que está "facilitando" a los estudiantes que compatibilicen su derecho al paro con el de la educación, ya que en la UPO el paro no implica la paralización de las clases. "Los estudiantes podemos faltar a clase sin ningún tipo de perjuicio, pero el profesorado tiene que seguir impartiendo sus asignaturas, así que se están llegando a muchos acuerdos con la gran mayoría de ellos".