La Olavide supera a la Hispalense en un ranking nacional de universidades

Sevilla/La Universidad Pablo de Olavide se alza como la segunda universidad andaluza con mayor rendimiento, por detrás sólo de la Universidad de Córdoba, y amplía su distancia respecto a la Universidad de Sevilla, a la que supera en 20 posiciones en el ranking nacional de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), cuyos resultados se presentaron este miércoles en Madrid. La joven universidad pública, que nació en 1997, ha mejorado sus datos notablemente con respecto a los del pasado año en esta clasificación nacional, imponiéndose sobre la otra universidad pública sevillana, la histórica Universidad de Sevilla, con más de 500 años.

El Ranking de la Fundación CYD analiza en esta quinta edición el rendimiento de 73 universidades españolas (cuatro más que en 2017), que representan el 87% del total de universidades del país que imparten enseñanzas de Grado. En total, se examinan 22 ámbitos de conocimiento y 2.235 titulaciones. La Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de Navarra son, según la Fundación CYD, las mejores universidades para cursar un Grado, seguidas de la Universitat Pompeu Fabra, la Carlos III de Madrid y la de Girona. Hay que bajar hasta al puesto 20 para encontrar una institución académica andaluza, en concreto la Universidad de Córdoba.

La UPO es la segunda universidad andaluza con mejor puntuación global y ocupa el lugar 31º del ranking nacional. Diez puesto más abajo se encuentra la de Granada; en el 48, la Universidad de Huelva; y en el 50, la de Sevilla. A continuación, en la posición 51 está Almería; y Málaga, el 58. La de Jaén y Cádiz se sitúan entre las diez últimas posiciones de la lista. A diferencia de otras tablas similares, esta clasificación sí tiene en cuenta el tamaño de las universidades, de ahí que instituciones pequeñas como la UPO se sitúen por encima de otras mucho más grande como la Universidad de Granada o la Hispalense.

"El objetivo del Ranking CYD, desde su concepción, es aportar una mayor transparencia sobre la universidad española gracias a un enfoque multidisciplinar, ya sea para medir el rendimiento universitario, hacer comparaciones o tener puntos de referencia. La información que aporta permite a estudiantes y familias, además de a empresas, docentes, gestores universitarios y administraciones públicas competentes tomar decisiones mejor informados relacionadas con su vocación, con sus diversos intereses o responsabilidades", apuntó Francesc Solè, vicepresidente de la Fundación CYD, que fue creada en 2002 por Ana Botín, presidenta del Banco Santander.

Este estudio contempla 34 indicadores diferentes, que se agrupan en cinco grandes grupos: enseñanza y aprendizaje, investigación, transferencia del conocimiento, orientación internacional y contribución al desarrollo regional, grupo en el que destaca la Universidad de Sevilla. En este campo, la Hispalense se sitúa en el puesto 9 a nivel nacional. Su segundo punto fuerte está en la transferencia de conocimiento, donde ocupa la decimocuarta posición. La UPO, por su parte, obtiene mejores notas que la Universidad de Sevilla en los otros tres grupos.

La Universidad Pablo de Olavide obtiene un "alto rendimiento" en 10 de los 34 indicadores, entre ellos, la tasa de graduación, su producción artística, el desarrollo de spin-off (iniciativas empresariales promovidas por miembros de la comunidad universitaria), la movilidad de estudiantes, profesorado extranjero o prácticas en empresas. Son cuatro indicadores más que el año pasado.

Esta mejora de la UPO con respecto a 2017 le ha permitido subir posiciones en el ranking global y distanciarse de la Universidad de Sevilla, que destaca en 6 indicadores, el mismo número que el año pasado. La Hispalense obtiene un alto rendimiento en el apartado de prácticas en empresas, fondos de investigación regional, publicaciones citadas en patentes, fondos privados en investigación o solicitud de patentes con empresas privadas.

Para el vicepresidente de la Fundación CYD, Francesc Solé, este ranking demuestra que las universidades españolas han "resistido" tras años de falta de recursos financieros. "En un momento determinado en el que han caído los recursos de la universidad y ha habido normas como la imposibilidad de la sustitución de profesorado, en esta situación, lo razonable es que la universidad española hubiera ido para atrás de forma notable". Solé cree que junto al aumento de la financiación, la mejora de la autonomía de las universidades podría mejorar sus rendimientos.

Los datos acumulados revelan que desde 2015 ha aumentado un 50% las patentes concedidas por el profesorados de las universidades españolas, un 21% las publicaciones por profesor y un 20,5% las publicaciones regionales, como resultados más destacados. Por el contrario, el número de profesores extranjeros se ha reducido un 8,5%, los fondos privados un 4,3% y los fondos de investigación regionales un 3,5%.