25 años de estudiantes en la Olavide: "La UPO me dio lo que soy hoy"
Universidad
Alumnos de las primeras promociones narran su experiencia en la institución académica, que celebra sus bodas de plata
Destacan la figura de la primera rectora, Rosario Valpuesta, y la apuesta por titulaciones hasta entonces no ofertada en Sevilla
La UPO aspira a ampliar su oferta de ingenierías al cumplir 25 años
Así son las vistas de Sevilla desde la torre de la UPO
Se llama Alberto Barrera García y está al frente de AB Business Group, un grupo empresarial de base tecnológica que hunde sus raíces en una spin off de la Universidad Pablo de Olavide (UPO). Lo que empezó siendo una empresa con el contador a cero, hoy se ha convertido en un holding que factura más de dos millones de euros anuales con la elaboración de análisis y controles de calidad a más de 2.500 clientes repartidos por 13 países de tres continentes. Sus servicios los presta en sectores como el agroalimentario, el cosmético y el medioambiental.
Tales cifras suponen un claro ejemplo de la trayectoria que ha protagonizado la segunda universidad pública de Sevilla en sus 25 años de historia. A Alberto Barrera se suman los nombres de Beatriz Carrillo, Rocío Gala o Adrián San Miguel, estudiantes de la UPO en sus comienzos que hoy despuntan en distintos ámbitos, como el político, social, científico y deportivo. Todos ellos destacan la aportación de la institución académica no sólo en su trayectoria profesional, sino en la formación como persona y en las relaciones sociales.
La primera clase en la Olavide tuvo lugar el 14 de octubre de 1997. Sevilla estaba a punto de cambiar de siglo y milenio. Se dejaba atrás la resaca de la Expo'92 y la crisis económica que le siguió. El PP de Aznar gobernaba en minoría España, tras 15 años de socialismo felipista, y en la Junta de Andalucía se afianzaba el PSOE con Manuel Chaves al frente. El Ayuntamiento de Sevilla lo regía Soledad Becerril -en coalición con el andalucista Alejandro Rojas Marcos- y al frente de la UPO se encontraba otra mujer, la primera rectora de una universidad pública andaluza, Rosario Valpuesta.
"Tiene todos los servicios en el mismo campus"
Alberto Barrera conoció la UPO por amor. Sí, como lo leen. Su novia de entonces estudiaba en un edificio que ocupaba la Universidad de Sevilla en lo que más tarde sería el campus de la Olavide (anteriormente la sede de la Universidad Laboral Primo de Rivera). "Iba cada día a recogerla en coche y me gustaba lo que allí se estaba construyendo", refiere este empresario, que recuerda que "ya me imaginaba por entonces que la UPO sería la gran universidad que es hoy día y la que fue cuando estudié allí".
Una de las razones que llevó a este sevillano a decantarse por cursar la educación superior en la nueva institución académica fue la cualidad que, a primera vista, la hacía distinta a lo conocido hasta entonces en Sevilla: "Me atrajeron muchas cosas, pero destacó que tuviese todos los servicios y la oferta de enseñanzas en un mismo campus". A lo que añade un aspecto fundamental que se ha convertido en enseña de la UPO estos años: por aquel entonces era la única universidad andaluza donde se podía estudiar la carrera de Biotecnología.
Tras licenciarse en dicha especialidad, también cursó en la UPO el máster de Diagnóstico y Conocimiento de las Enfermedades Raras y luego el doctorado en Biotecnología, Ingeniería y Tecnología Química. "Llegaba muy temprano cada mañana al campus y salía de él ya caída la tarde. Lo teníamos todo a mano", detalla Barrera, que resume en una frase la cercanía de estos servicios: "A pocos metros se encontraba el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD), que para los que nos gustaba y estudiábamos ciencias era como si tuviésemos la NASA a las puertas de las aulas".
La primera 'spin off'
Los conocimientos allí adquiridos resultaron claves para su desarrollo profesional. Biología molecular, bioinformática, ingeniería bioquímica, ingeniería química e ingeniería genética constituyeron la base del proyecto empresarial que salió de las mismas aulas de la Olavide. El grupo empresarial que actualmente dirige y del que es administrador único nació como una única compañía constituida por tres compañeros. "En nuestros inicios la ayuda de la universidad resultó fundamental para el desarrollo de la actividad. La UPO nos facilitó espacios para equipar nuestros primeros laboratorios, modestos pero esenciales para el trabajo de entonces", afirma este empresario.
Barrera reconoce que ser la primera spin off de la Pablo de Olavide provocó que "algunas cosas no fuesen fáciles", ya que esta universidad no tenía experiencia previa en la gestión del apoyo que podía ofrecer a empresas nacidas en su seno. "Pero por la misma razón y por tratarse de una institución académica excepcional, me considero una persona afortunada. Fue una suerte total y un privilegio estudiar allí", asevera.
El contacto con la UPO se sigue manteniendo en lo personal y profesional. Su empresa colabora con la universidad en aportación tecnológica. Así el equipo de ICP-Masas, que mide todos los elementos de la tabla periódica en ppb (partes por billón) e incluso en ppt (partes por trillón) sobre cualquier tipo de muestra, lo ceden a muchos investigadores de la Olavide para contribuir en proyectos de investigación. De igual forma, desde los departamentos de calidad de AB Business Group se imparten clases a alumnos de la Facultad de Ciencias Experimentales. "Todo esto lo hago desde mis empresas sin pedir nada a cambio por lo agradecido que le estoy a la UPO por lo que me aportó en su día como estudiante y por lo que me ayudó, a mí y a mis compañeros, en los inicios como empresario"·, subraya Barrera.
"La importancia del contenido práctico"
También en el mundo empresarial destaca Rocío Gala Serrano, CEO de la clínica RG Nutrición, una de las enseñas -netamente sevillana- del sector. Eligió la Olavide al incluir la entonces diplomatura en Nutrición Humana y Dietética. "Pude realizar los estudios que deseaba y que son, a día de hoy, los que me han permitido desarrollar mi vocación en el ámbito de la salud", incide.
Una de las cualidades que destaca de su paso por la UPO es que la mayoría de quienes estudiaban aquellos primeros años en sus instalaciones eran mujeres. "Entre todas creábamos muy bien clima junto al profesorado", recuerda Gala, que destaca la "calidad" de la plantilla docente de esta universidad, "su confianza, cercanía y profesionalidad", además del importante "contenido práctico" que se imparte en sus aulas.
En la empresa que ahora dirige, se ofrece servicio de tratamiento nutricional para cualquier patología, además de psicología, quiropráctica y clases de yoga. Su responsabilidad no le priva de mantener contacto con la universidad en la que se formó. Dede hace una década acoge a estudiantes del cuarto curso del grado en Nutrición Humana y Dietética. Recientemente ha ampliado esta colaboración a los alumnos de Gestión y Administración de Empresas.
"Su carácter humanista, social y transformador"
Y de la empresa, a la política. Beatriz Carrillo de los Reyes es diputada socialista por Sevilla en el Congreso de los Diputados y presidenta de la Federación Estatal de Asociaciones de Mujeres Gitanas (Fakali). Al cumplir la mayoría de edad se planteó dos opciones: estudiar Ciencias Políticas en Granada o Trabajo Social en su tierra natal. Se decantó por esta última, para lo que acudió a la UPO. Luego cursó estudios de posgrado en Investigación de Acción Participativa.
La formación en la enseñanza superior de esta sevillana suponía toda una excepción hace 25 años. "Era muy consciente de dónde venía y que ser gitana constituía un reto", explica Carrillo, que decidió "rebelarse" y "convertir esa indignación en preparación académica". La UPO, en ese sentido, le aportó "una enorme felicidad". "Cuando llegué a la universidad, ya había trabajado en núcleos donde los menores gitanos no terminaban la enseñanza obligatoria. Eso me permitió valorar la gran posibilidad que tenía de romper con esas estadísticas escandalosas y desafiar el destino impuesto e inexorable para las mujeres de mi raza", destaca esta diputada.
La figura de Rosario Valpuesta
La Pablo de Olavide le abrió nuevos horizontes: "Me encontré con un mundo maravilloso, no sólo por el crecimiento que aporta el conocimiento universitario, sino por sentir que había superado algunas barreras. Y lo mejor de todo, mis compañeros de clase y mis profesores". Carrillo hace hincapié en "el carácter cercano, humanista, social y transformador de esta universidad en todos los niveles". "La UPO me dio lo que hoy soy yo", asevera. A ello añade la figura de Rosario Valpuesta, la primera rectora de la universidad. "La impronta que le dio a la Olavide resultó determinante en su dimensión social. Me apoyó a impulsar el primer movimiento de mujeres gitanas universitarias", recuerda.
Carrillo mantiene una relación activa con la Olavide. Recientemente ha firmado con el rector, Francisco Oliva, el Pacto contra el Antigitanismo, una herramienta "estratégica" para erradicar la "lacra racista" y promover medidas para lograr la igualdad y la visibilidad de quienes pertenecen a esta raza. Esta sevillana se dedica, 25 años después de pasar por las aulas de la UPO, al "noble ejercicio de la política". Además de diputada en el Congreso y presidenta de Fakali, es ejecutiva en la dirección del PSOE en las políticas sociales, mayores, diversidad y movimientos sociales. En la actual legislatura ha liderado la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación, con la que ha culminado el proyecto que inició Pedro Zerolo hace tres lustros.
"Se promociona el trabajo en equipo"
Uno de los aspectos en los que más ha destacado esta universidad en sus primeros 25 años es el fomento de los deportes. Una apuesta que llevó a Adrián San Miguel del Castillo -futbolista que juega actualmente en el Liverpool- a matricularse en 2004 en la entonces licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. "El primer motivo por el que elegí estudiar allí fue la gran oferta académica que ofrecía. La licenciatura que yo quería cursar se instauró el año anterior, 2004, por lo que me atraía ser una de las primeras promociones en realizar dichos estudios en la provincia de Sevilla", apunta este deportista.
Además de la aportación de los conocimientos necesarios para su profesión, Adrián incide en otro aspecto importante que le dio la UPO. "Allí se promocionaba ese espíritu de trabajo en equipo, solidaridad, unión y constancia, que son valores fundamentales en el día a día de nuestras vidas", detalla.
Su carrera deportiva le impidió continuar los estudios de posgrado. Fue canterano del Betis desde las categorías inferiores hasta debutar en el primer equipo en la temporada 2012/13. Luego pasó al West Ham United y finalmente, a su equipo actual, el Liverpool FC, donde forma parte de la plantilla desde 2019. Pese a vivir en el Reino Unido, no ha perdido la relación con sus compañeros de promoción ni con los profesores de los que tanto aprendió.
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