Tussam ofrece su ingeniería a las cofradías
La empresa de transportes pone sus talleres a disposición de las hermandades que necesiten perfeccionar sus mecanismos de bajada de los crucificados para salvar las catenarias de la Avenida
La ingeniería de Tussam al servicio de las hermandades. O, mejor dicho, del mimo con que las hermandades cuidan los aspectos estéticos. La empresa municipal de transportes ha ofrecido a las cofradías sus talleres y sus ingenieros para perfeccionar el sistema de subida y bajada de los crucificados con vistas a los posibles problemas tanto estéticos como de otro tipo que pudiera ocasionar el cableado del tranvía en la Avenida de la Constitución. El número de hermandades que se han quejado expresamente es reducido, pero el suficiente para que el Consejo de Cofradías haya exigido públicamente una solución a dos semanas del comienzo de la Semana Santa.
El Ayuntamiento, que descarta que puedan producirse problemas que no sean estrictamente estéticos, se mantiene firme en su decisión de no desmontar las catenarias en este tramo de la carrera oficial, considera que no habrá ningún problema, pero reacciona con este ofrecimiento como respuesta a las cofradías que ya han alertado de que pueden producirse retrasos importantes en la carrera oficial al tener que ir más despacio por un mera razón de prudencia, o por el tiempo consumido a la altura del Banco de España para adaptar la altura de determinadas imágenes al paso de las catenarias. Tussam destaca que sus talleres están especializados en chapa e hierro, donde pueden perfeccionarse los cajillos de ascenso y descenso de los crucificados u otras imágenes que sean precisos con el objetivo de que puedan elegirse en función de las circunstancias la altura deseada y evitar así, por ejemplo, un descenso hasta el grado máximo de un crucificado por este tramo de la carrera oficial.
El Consistorio recuerda que pone su "máxima voluntad" para ayudar a las cofradías, que han endurecido sus críticas contra la presencia de las catenarias cuando restan 15 días para el Domingo de Ramos. Tussam está dispuesta a que sus talleres trabajen por la noche si fuera preciso para mejorar esos sistemas de subida y bajada. El alcalde de Sevilla se refirió ayer a esta polémica, descartando cualquier posibilidad de eliminar el cableado de forma provisional: "En ningún caso quitaremos los cables. Y no porque estemos en un contexto de crisis. Lo hicimos una vez dentro de unas circunstancias especiales, se gastó un dinero y se hizo de tal modo que nunca hubiera que volver a desmontarlos y montarlos otra vez. Aquella vez el desmontaje estaba plenamente justificado, pero ahora no". Monteseirín se refirió así al desmontaje practicado para la Semana Santa de 2008, que se aprovechó para sustituir los polémicos postes por farolas fernandinas con una altura especialmente diseñadas para el tranvía sevillano.
Tussam considera que si el gobierno local decidiera desmontar las catenarias se crearía un "mal precedente", pues todo indica que habría que volver a desmontarla para 2010, siempre que la empresa CAF no encontrara una solución definitiva a la desaparición total de las catenarias y los cables. Es más, el desmontaje del cableado requiere de un tiempo mínimo y de unas garantías que ya serían difíciles de cumplir. Los técnicos no podrían ni trabajar por la noche ni hacerlo en caso de lluvia. El servicio del tranvía tendría ya que ser suspendido en el tramo comprendido entre el Archivo de Indias y la Plaza Nueva, y sólo podría ser reabierto más de una semana después de Semana Santa, por lo que la afección al servicio público es considerable. Todo lo cual dando por sentado que el Ayuntamiento estuviera dispuesto a pagar los 123.000 euros que cuesta la operación, pues el cable de cobre, por sus propias características, no puede ser reutilizado una vez que se desmonta. Es técnicamente imposible enrollarlo en una bovina para volverlo después a emplear. En cuanto se destensa, pierde su textura y se convierte en inutilizable.
Tussam insiste en que el cableado está al máximo de altura posible. "Estamos ahora mismo al límite de lo permitido". No puede dar más de sí. De hecho, con ocasión de la reciente operación de subida del cableado fue cuando se produjo una para técnica en el servicio del tranvía de la que informó este periódico. La causa fue, precisamente, la pérdida de conexión entre el cableado y el pantógrafo del vehículo, que es el mecanismo flexible que va colocado encima del vehículo y permite que la corriente de energía llegue al tranvía. Se apuraron los límites de tal forma que esa conexión se perdió.
El cableado se encuentra en la actualidad a una altura de 6,15, después de que hayan estado a entre 6 y 6,05. Los soportes laterales están a 6,40. Tussam asegura que estas alturas son "más que suficientes" para permitir el cruce de los pasos con garantías. "Si aún así hay hermandades con dudas o capataces que tengan inquietudes, pueden contar con nosotros y con nuestros talleres".
El Consejo de Cofradías hizo saber el domingo, en el Cabildo de Toma de Horas al que asiste la delegada de Fiestas Mayores, que su sentimiento es de "desesperanza" por la presencia de las catenarias en la Avenida. El presidente Adolfo Arenas aseguró que las hermandades se sienten "defraudadas", pues recordaron que el alcalde prometió en su momento que las catenarias no volverían a ser una fuente de preocupación: "El problema es de una trascendencia relevante y el matiz estético cobra un importante sentido por este motivo".
El Consejo ha avisado del "tremendo descuadre horario" que se producirá si determinados pasos van más despacio por la Avenida. Por eso ha reaccionado Tussam ofreciendo su ingeniería.
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