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Cinco planes que no te puedes perder este fin de semana en Sevilla

Triana, Los Remedios y Nervión son los distritos más envejecidos

La población mayor en Sevilla

Una cuarta parte del vecindario del antiguo arrabal tiene más de 65 años

La población del Casco Antiguo se ha rejuvenecido gracias a la llegada de nuevos vecinos a la zona norte

Personas mayores en la Plaza Nueva. / Belén Vargas
Diego J. Geniz

22 de julio 2018 - 06:15

Triana es el distrito con más población envejecida. Una cuarta parte de sus vecinos tiene más de 65 años. El viejo arrabal constituye el principal exponente de la evolución demográfica de Sevilla, una ciudad que pierde habitantes y donde los mayores ganan cada vez más peso en el padrón. Así se desprende del primer informe elaborado por la Fundación Doña María, una entidad sevillana -con más de 15 años de experiencia en la atención geriátrica- que ha constituido el Observatorio de la Persona Mayor. El objetivo de este nuevo servicio es doble: dar a conocer la importancia de dicho colectivo en la ciudad y que los vecinos con esa edad tengan una participación activa en la sociedad.

Sevilla pierde población y envejece. Una tendencia agudizada con la crisis. “El problema no es que haya muchas personas mayores, sino que cada vez tengamos menos jóvenes”. La afirmación la realiza Pedro Vázquez, director técnico de la Fundación Doña María, quien defiende el importante papel que juega este colectivo en la sociedad. “Por norma general, asociamos a los que cuentan con más de 65 años con la dependencia, con la dificultad y hasta con la escasa calidad de vida, cuando tales circunstancias sólo suponen un porcentaje de dicha población. Hay muchos mayores activos y que prestan un gran servicio a la ciudadanía”, explica Vázquez. Para ello, resulta necesario atender a los tres grupos que se establecen dentro de este segmento poblacional. Por un lado están los gerontolescentes, aquellas personas con edades comprendidas entre los 65 y 74 años. En Sevilla suponen el 53% de la población mayor. Luego se encuentran los ancianos, cuya edad oscila entre los 75 y 84 años (representan el 33,5%). Y por último, los muy mayores, quienes superan los 85. Son el 13,65% del colectivo. La supremacía del primer grupo revela el importante papel de las personas mayores, pues, salvo contadas excepciones, la dependencia no aparece en ellos hasta que se alcanza la edad de los considerados como ancianos.

La distribución de los mayores en la ciudad es bastante heterogénea. Con datos de 2017 (los más actuales) en Sevilla viven 131.106 personas con más de 65 años. Esta cifra ha evolucionado de forma considerable el último lustro. Desde 2012 ha crecido un 7,7% hasta llegar a representar el 18,76% de la población que reside en la capital andaluza. Dicho porcentaje supera el de la media andaluza (establecido en el 16,30%) e iguala el de la española. Se mantiene, eso sí, por debajo de los datos europeos (18,90%).

Si se hace un reparto de esta población por distritos, el mayor número de personas mayores vive en la Macarena, que acapara el 13,3% de este colectivo. Le siguen Cerro-Amate (11,82%) y Sur (10,71%). Sin embargo, al comparar este grupo con el resto de vecinos que residen en las demarcaciones municipales, el resultado es bien distinto. Una comparativa con la que se averigua el peso que las personas mayores tienen en cada distrito. Triana es el más envejecido, pues los mayores de 65 años suponen el 24,80% de sus vecinos, prácticamente una cuarta parte de los que viven en el antiguo arrabal. Le siguen Los Remedios, donde el colectivo supone el 24% de sus residentes, y Nervión, con el 23,8%. Macarena ocupa el cuarto puesto (23,33%) y en quinto lugar, San Pablo-Santa Justa (23%).

Para Vázquez, estos barrios se enfrentan a un problema “no por la presencia de personas mayores, sino por la huida de los jóvenes”. El especialista incide en que el encarecimiento del metro cuadrado en los distritos mencionados ha convertido en “inasequibles” el alquiler y la compra de vivienda para quienes tienen menos edad, un grupo poblacional que ha optado por mudarse a otras zonas donde residir no cuesta tanto dinero. El director técnico de la Fundación Doña María insiste en que han de ser las administraciones públicas las que pongan en marcha políticas activas para atraer a la juventud a los barrios más envejecidos de la ciudad. “En Triana, Los Remedios o Nervión hace bastantes años que no se promueven VPO, una herramienta con la que no sólo se facilita el acceso a la vivienda a personas con recursos económicos limitados, sino que también se atrae a familias jóvenes”, añade Vázquez.

El envejecimiento de los barrios no es un proceso irreversible. Todo lo contrario. Ahí está el ejemplo de lo sucedido en el Casco Antiguo. Hace 20 años la población más longeva tenía un fuerte peso en este distrito. Actualmente no supone ni el 20%, un porcentaje que, con toda probabilidad, se reducirá los próximos años. El descenso es fruto de los cambios registrados en la zona norte del centro, donde las nuevas familias -tradicionales, monoparentales y del mismo sexo, pero todas jóvenes- han desplazado a las de mayor edad. Un factor al que también se suma el turístico. “Nos puede gustar más o menos el uso que se hace de las viviendas para alojar visitantes, pero esta actividad también rejuvenece la población de un barrio”, destaca Vázquez, quien argumenta que “las dinámicas sociales” son las que revierten el envejecimiento.

En la regeneración del centro también deben apuntarse los hitos urbanísticos que se han gestionado en décadas pasadas en este distrito. El primero fue la remodelación de la Alameda, que atrajo a un vecindario muy joven a este enclave, degradado durante muchos años. El segundo lo constituyó la construcción del Metropol Parasol. Las setas de la Encarnación, además de un reclamo turístico, ha supuesto un revulsivo trascendental para la zona norte del Casco Antiguo y para la llegada de vecinos de temprana edad.

Otro caso de rejuvenecimiento es el que se ha producido en el Distrito Bellavista-La Palmera, uno de los más envejecidos hasta hace poco. En esta demarcación ha jugado un papel fundamental el desarrollo de Los Bermejales, un barrio bastante joven, así como la construcción de VPO y otras promociones de vivienda libre (tal es el caso de Jardines de Hércules), que han contrarrestado el gran peso que tenía la población con más de 65 años.

El distrito más joven es Sevilla Este, debido a que no tiene más de tres décadas de antigüedad. Nacido en los años de la Expo'92, muchos de sus primeros inquilinos están aún lejos de alcanzar los 65 años. Le sigue el Distrito Norte, donde la población mayor sólo supone el 13,5%, un bajo porcentaje que obedece a la gran cantidad de inmigrantes que acogen sus barrios, extranjeros empadronados en edad laboral.

Un referente en el envejecimiento activo

Con más de 15 años de experiencia en el sector, la Fundación Doña María atiende a la población mayor a través de diversas líneas de actuación. Por un lado, a través de tres residencias con más de 300 plazas. En ellos trabajan 150 personas. Luego también se encarga de organizar talleres de envejecimiento activo, a los que asisten 500 personas. Este servicio -subvencionado por el Ayuntamiento hispalense a través de la convocatoria Sevilla Solidaria- aborda diversos ámbitos como la autoestima, el mindfulness, la gimnasia, la expresión corporal, la estimulación cognitiva, el teatro o las nuevas tecnologías. También desarrolla una obra social (destinada para los colectivos en riesgo de exclusión social, mujeres y personas con alguna discapacidad) y una labor cultural (para acercar a este terreno a las personas con mayores dificultades). El informe elaborado por primera vez este año es fruto de un acuerdo con el área de Participación Ciudadana del Consistorio.

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