Treinta minutos en el 38

movilidad

Zoido se desplaza a la Olavide en la línea recuperada el lunes para unir el Prado con esta universidad · El anterior gobierno eliminó esta ruta cuando se inauguró el Metro.

Zoido saluda a una usuaria de la línea 38 de Tussam.
Zoido saluda a una usuaria de la línea 38 de Tussam.
Diego J. Geniz

04 de noviembre 2011 - 05:03

Del Prado a la Olavide en media hora. Treinta minutos en la línea 38 de Tussam que ayer fue utilizada por el alcalde hispalense, Juan Ignacio Zoido, en su segundo día de funcionamiento tras ser recuperada. Un viaje que realizó con el delegado de Seguridad y Movilidad, Demetrio Cabello, y el gerente de Tussam, Manuel Torreglosa, que estuvo acompañado de varios técnicos de la empresa municipal. El Ayuntamiento prevé que este servicio lo usen hasta 1.500 universitarios al día. El anterior gobierno local suprimió esta ruta tras inaugurarse el Metro.

El trayecto comenzó a las 9:05, justo el momento en el que el regidor hispalense subía al autobús tras saludar al conductor (sin pago ni picar el bonobús). Asientos vacíos y cristales empañados recibían a Zoido que, paraguas en mano, se dirigió a la única usuaria que se había subido en el Prado. Previamente habían pasado dos autobuses con media decena de pasajeros cada uno. Las preguntas por la nueva línea eran frecuentes a los conductores y había quien se extrañaba por la colocación de un 38 cerca de la parada donde también arrancan las líneas 30 y 31. La usuaria que departía con Zoido se había montado en el autobús sin reparar en ello. Preguntaba por las últimas modificaciones de itinerarios tanto al alcalde como al gerente de Tussam sin darse cuenta de que el motivo de la presencia de ellos en ese medio de transporte era el estreno de la nueva línea. Su sorpresa llegó cuando le comunicaron que no viajababa en el 30, sino en el 38 y que lo más cercano que debía quedarse de Felipe II (su destino laboral) era la parada de San Bernardo.

El corto trayecto, sin embargo, le sirvió para entablar conversación con Zoido. Le preguntó por las nuevas líneas de Metro, a lo que el regidor sevillano contestó: "El Metro lo paga la Junta, señora". "Entonces, mejor callarnos", respondió la usuaria, quien le confesó que normalmente usa el bonobús con transbordo. "Y que no nos lo quiten ahora", decía esta sevillana a la que una equivocación le sirvió para mantener una charla matinal con el alcalde.

En Ramón y Cajal se subieron otras dos usuarias. Venían juntas. Su destino era Hytasa, hasta donde se desplazaban "para hacer gimnasia". Frente al antiguo matadero se subió la única estudiante de la Olavide que hizo uso del 38 en este trayecto. Se sentó delante y permaneció ajena a cuanto acontecía en el interior del vehículo. Ni un mero saludo. Zoido, mientras, departía con las dos usuarias antes de llegar a Hytasa. "Siempre es bueno hacer deporte. Yo ahora no lo ejercito porque no tengo tiempo", explicaba el alcalde mientras las dos vecinas de Nervión le comentaban que practican pilates desde hace tiempo. En sus rostros se adivinaba lo primero que le iban a contar a sus compañeras de gimnasio en cuanto pusieran pie en las instalaciones deportivas. No todos los días se encuentra a un alcalde en el autobús.

El 38 abandonó la avenida de Hytasa para entrar en la de Su Eminencia. La ciudad da paso a los polígonos industriales. La tormenta de la noche anterior había dejado ramas de palmeras esparcidas por la calzada. En poco más de 20 minutos el autobús abandonó la ciudad y se encontraba en la carretera de Utrera. En el carril inverso la cola de coches para entrar en la capital era considerable. Los ferraris aparcados en la Ciudad Deportiva del Sevilla llamaron la atención de los integrantes de esta expedición municipal. "Será de algún futbolista italiano", agregó uno de los técnicos de Tussam.

La entrada en el campus de la Olavide discurre junto a la estación de Metro. La cantidad de coches aparcados -bastantes en zona prohibida- aminoró considerablemente la velocidad del autobús, que tuvo que sortear los vehículos. A pocos metros de la última parada se cruzó con un autobús de la empresa Casal que también llega a la Olavide, aunque por otro recorrido. Final de trayecto junto a la biblioteca de la UPO . 30 minutos en el 38.

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