Trabajo esclavo en el campo de Sevilla: las víctimas tenían que buscar comida en la basura
La Policía Nacional desmantela una organización criminal que explotaba a trabajadores rumanos y moldavos en Cantillana y Brenes y libera a 21 víctimas
Uno de los trabajadores se arrojó por la ventana para quitarse la vida ante la desesperación por no mandar dinero a su familia
Otra es una menor que estaba embarazada de gemelos y perdió a unos de sus hijos por las condiciones infrahumanas en las que vivía
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Las víctimas de la red de explotación laboral desmantelada por la Policía Nacional en el campo de Sevilla trabajaban desde que amanecía hasta que anochecía, sin descanso, soportando altas o bajas temperaturas, sin cobrar un sólo céntimo y sin que les dieran ni comida. No les permitían ni siquiera parar para orinar. Algunas de estas personas, todas ellas de nacionalidades rumana y moldava, se veían obligadas a buscar comida en la basura cuando acababa su jornada laboral. No tenían ninguna otra forma de comer.
Así lo han detallado este miércoles en rueda de prensa los inspectores Fernando González (jefe del Grupo II de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Sevilla) y Luis García (jefe del Grupo III de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos), que han dirigido la llamada operación Naeva contra una organización criminal dedicada a la explotación de trabajadores extranjeros en el campo de Sevilla, sobre todo en los municipios de Brenes y Cantillana.
La gran diferencia de esta operación en relación con otras similares radica en la profesionalización de la banda, que había creado hasta diez empresas pantalla para dar apariencia de legalidad a sus actividades. De esta forma, subcontrataban labores de recogida de distintos productos agrícolas sin que los titulares de la finca sospecharan de su actividad ilícita.
Al no tener ningún coste económico, pues no pagaban nada a los trabajadores explotados, los delincuentes podían ofertar precios a la baja, haciéndose con muchas contrataciones en fincas de toda la provincia de Sevilla y de otras demarcaciones de España. La organización estaba dirigida por el patriarca de un clan de origen rumano, que tenía a dos lugartenientes para presionar y coaccionar a las víctimas. Los tres están en prisión provisional. El cabecilla ya fue detenido en 2022 por unos hechos similares. La mayoría de los detenidos son rumanos.
Esta banda captaba a las víctimas en sus países de origen, principalmente Rumanía y Moldavia. Ofrecían contratos de trabajo en España bien remunerados a través de las redes sociales. Luego trasladaban a las personas que captaban en autobús desde Rumanía a España, les quitaban el pasaporte y las metían en casas, la mayoría de ellas ocupadas. Vivían hacinadas y en condiciones insalubres. La operación ha concluido con 15 detenciones y 21 víctimas liberadas.
Una de ellas era una menor de edad que estaba embarazada de gemelos y perdió a uno de sus hijos por las condiciones infrahumanas en las que se encontraba. Otro de los trabajadores explotados era un ciudadano moldavo que tenía una urgente necesidad de enviar dinero a su familia y no obtenía nada a pesar de que reclamaba su salario. Como no le pagaban, desesperado, se arrojó por la ventana en un intento de suicidio al que sobrevivió. Al finalizar su jornada laboral, otra de las víctimas se desmayó en un supermercado y los implicados la arrastraron por el suelo para sacarla de allí rápidamente bajo amenazas.
La investigación ha durado un año y medio. Se inició en abril de 2022 y se detuvo a los responsables en noviembre de 2023. Tres de ellos están en prisión. Los cabecillas llevaban una vida de lujo. Se les intervinieron joyas y relojes de oro, algunos presuntamente robados en otras viviendas. Entre estas piezas había un rólex de oro valorado en 30.000 euros.
Se han llevado a cabo siete entradas y registros en las localidades sevillanas de Brenes y Cantillana, se han intervenido tres coches de alta gama, cinco machetes de grandes dimensiones, un bolígrafo pistola, una defensa extensible, 15 teléfonos móviles de alta gama, tres ordenadores, varios dispositivos de almacenamiento, nueve relojes de alta gama, joyas, más de 37.000 euros en efectivo y diversa documentación relacionada con la investigación.
En la rueda de prensa también han participado el comisario jefe de la Brigada Central de Extranjería y Fronteras, Eugenio Nieto; el comisario provincial de Sevilla, Ernesto López Ganfornina; el comisario jefe de la Brigada de Extranjería de Sevilla, Francisco Carmona; y el jefe de la sección de Ucrif, Félix Flores.
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