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Antonio Rodrigo Torrijos abandona el PCE

El histórico dirigente comunista asegura que su marcha no se produce por razones de diferencias ideológicas o políticas sino de "práctica política" ante el comportamiento de la dirección local de Sevilla y, especialmente, de su secretario político, Juan de Dios Villanueva.

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Antonio Rodrigo Torrijos en una imagen reciente. / Juan Carlos Muñoz

El ex portavoz municipal de IU en el Ayuntamiento de Sevilla Antonio Rodrigo Torrijosha pedido su baja en el Partido Comunista de España (PCE). Así lo ha comunicado Torrijos en una carta remitida a la dirección del partido, en la que explica que su marcha no se produce por razones de diferencias ideológicas o políticas, sino de "práctica política" ante el comportamiento de la dirección local y, especialmente, de su secretario político, Juan de Dios Villanueva.

En la carta, a la que ha tenido acceso este periódico, Torrijos reconoce que ha tomado la "dolorosa y amarga decisión de abandonar la militancia en el PCA/PCE, mi partido de, prácticamente, toda la vida. No así, quiero resaltarlo desde el primer momento, mi condición de comunista y mi pertenencia activa a Izquierda Unida".

El ex dirigente de IU deja claro que su decisión no es consecuencia de una diferencia política y/o ideológica con la línea del PCE, las cuales comparte "más allá de tal o cual apunte o matiz que sobre aspectos concretos de las mismas pueda tener como cualquier otro miembro del Partido, sino que obedece a la imposibilidad de continuar compartiendo militancia con una dirección política, encarnada en Sevilla ciudad por un reducido grupo de dirigentes, encabezados por el secretario político, Juan de Dios Villanueva Generoso, cuya actitud y práctica política, la hacen insostenible".

Una práctica política, continúa Torrijos, caracterizada por la "mentira, el insulto, la descalificación permanente y el abuso, muchas veces al margen de los órganos colectivos y que, desde hace tiempo, vengo soportando con cierto estoicismo pensando en que, quizás aunque tarde, pudiera acabarse y se recuperase el debate sano y sereno, la búsqueda de síntesis y la necesaria unidad de intervención política ante el crecimiento de la extrema derecha y la derecha extrema y las políticas ultraliberales que las apoyan e impulsan al servicio de los intereses económicos de las diversas oligarquías, el capitalismo financiero y la conversión de lo común ( muy especialmente los servicios públicos) en nichos de negocio, a través de su desmantelamiento primero y su privatización, después".

Ante este panorama interno y externo "(la eclosión ascendente de la extrema derecha) que ya venía de tiempo atrás, aposté modestamente (junto a otras camaradas) por superarlo y así se reflejó en el último Congreso Local del Partido cuando apoyamos (no contaba con la mayoría suficiente) a Juan de Dios como Secretario Político, de tal forma que si no lo hubiéramos hecho, hoy no sería Secretario Político como es fácil demostrar", añade.

Pero tras el congreso local, asevera el ex dirigente de IU, "volvieron las decisiones unilaterales tan alejadas del debate y del consenso como erróneas e impuestas tras la torticera y primaria interpretación de la disciplina que para Juan de Dios Villanueva y otros dirigentes locales no es más que un barniz que usan para enmascarar o diluir esa perniciosa aplicación de el 'se hace lo que digo' que es tanto como decir que 'el Partido soy yo'”.

La vuelta del "matonismo que padecimos en periodos anteriores y creíamos superado"

Así, "volvieron las descalificaciones, los improperios, los insultos y amenazas (algunas contra camaradas vertidas en órganos de IU), la ocultación de IU dilatando y/o espaciando la convocatoria de sus órganos, la toma de decisiones unilaterales, la exclusión de camaradas por considerarlos poco menos que “traidores”, el ocultamiento de información, la vuelta ¿se marchó alguna vez? de la “mesa camilla de los puros” y, lo que es peor, esa especie de “matonismo” que padecimos en períodos anterioresy que creíamos superado".

"Volvió, en definitiva, el clima espeso, el aire asfixiante que para algunos, desde luego para mí, se hace irrespirable e incompatible con la convivencia interna, el respeto y la camaradería y que es lo que realmente me ha conducido a tomar tan drástica, como indeseada políticamente, decisión que seguro no habría adoptado en cualquier otro ámbito territorial partidario que no fuese Sevilla ciudad", agrega.

Unido a esta “práctica” política, Torrijos denuncia asimismo en su misiva el "comportamiento sectario (viendo “enemigos” por doquier) y la indolencia en el trabajo cotidiano (siempre orientado a “la lucha interna”) que, en su conjunto, están conduciendo a una jibarización galopante del Partido y a una irrelevancia política e institucional desconocidas en la ciudad de Sevilla y que, en absoluto, se compadece con la historia del mismo".

En este sentido, dice Torrijos que ha tomado la decisión "tras analizar durante un tiempo si merecía la pena continuar asumiendo la cuota parte de responsabilidad que me correspondería en este regreso organizativo y político con mi silencio cómplice como hasta ahora o, por el contrario, rebelarme y denunciar con mi abandono la tamaña caricatura en la que el proceder, los métodos y la actitud del Secretario Político Local ha convertido al Partido en Sevilla….y he decidido, rebelarme dejando con profundo pesar, de ser parte de ese despropósito que Juan de Dios Villanueva llama Partido y que no es más que un sucedáneo, reitero en Sevilla, de organización política que pervive gracias al voluntarioso, encomiable y firme trabajo militante que algunas decenas de comunistas sevillanos sostienen, incansables, en los Núcleos de la ciudad más allá y a veces a pesar, de la capacidad o intervención del máximo responsable del Partido en la ciudad".

No obstante, en su marcha expresa su "profundo agradecimiento" al PCE con el que tanto ha compartido durante decenios de militancia en su seno y del que tanto asegura que ha aprendido y no sólo en política sino también en "solidaridad, empatía social y, por qué no reconocerlo, en afectividad y relaciones humanas".

Asimismo, "traslado mi más sincero y profundo reconocimiento a tantas y tantos camaradas que fueron y son ejemplo de compromiso, entrega y lucha sin descanso por los intereses políticos y sociales de los sectores menos favorecidos de la sociedad y de las clases trabajadoras, a los que tanto admiro y respeto y por los que siento un inmenso orgullo al haber compartido con tan excepcionales personas luchas, ideas y proyecto político y con las que, ya sin carnet del Partido, espero continuar compartiendo.

Por último, señala que la decisión adoptada puede parecer la "asunción implícita de una derrota o de un abandono, sin embargo, nada más lejos de ello (quiénes me conocen lo saben bien) al contrario, es la reafirmación de un compromiso por una sociedad más libre, justa, solidaria, sostenible y avanzada tal como en su día, (hace de esto más de cuarenta años) asumí al recoger con orgullo y respeto el carnet del Partido Comunista de España".

Torrijos dice finalmente que seguirá aportando en el seno de Izquierda Unida y de las políticas de alianzas tanto del Partido como del Movimiento Político Social y ahora a Sumar. "La lucha continúa y hay muchos espacios sociales y ciudadanos para aportar y contribuir a la consolidación de derechos, la búsqueda de otros nuevos y a ampliar los espacios de libertad, igualdad, fraternidad y solidaridad… esos valores republicanos que son el horizonte de una nueva sociedad por la que tanta gente luchó, sufrió e, incluso, murió y por los que que tanta gente sigue luchando", asevera Torrijos que acaba su carta con un "¡Viva el Partido Comunista!".

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