Torre del Oro: 800 años como vigía de Sevilla
Es uno de los monumentos más representativos de la ciudad y ha sido prisión de nobles, capilla o almacén de pólvora
En 1870 fue cedido en usufructo a la Armada Española que tiene abierto su museo marítimo desde 1944
Torre de vigilancia, capilla real, prisión de nobles, almacén de pólvora, embarcadero real y uno de los monumentos más antiguos y conocidos de Sevilla. La Torre del Oro, construcción almohade finalizada en 1221, cumple 800 años. Y lo hace en un perfecto estado de conservación y con un interesante museo marítimo que repasa su devenir histórico y el glorioso pasado de la Armada Española. La Torre del Oro es uno de los monumentos más visitados de Sevilla por su indudable valor y por su privilegiada ubicación. En sus ocho siglos ha sido testigo de los principales acontecimientos de la ciudad: la Reconquista, cómo Sevilla se convirtió en la capital del mundo, puerto y puerta de América, o la Primera Vuelta al Mundo protagonizada por Magallanes y Elcano. En estos siglos también estuvo a punto de ser derribada, salvándose gracias a la pericia de los ingenieros. Su aniversario llega condicionado por la pandemia, aunque ya ha eventos e iniciativas en marcha.
La Torre del Oro es el único edificio documentado de la primera mitad del siglo XIII. Fue mandado construir en sillería y argamasa por el gobernador almohade de Sevilla Abu-I-Ula en el año 1220. De planta dodecagonal, en su origen sólo disponía de dos cuerpos. Antes de albergar el actual museo, abierto en 1944, la Torre del Oro fue sede la Oficina de la Capitanía del Puerto, pasando posteriormente a acoger la Comandancia de Marina hasta que en 1931 pasó al pabellón construido con motivo de la Exposición de 1929 en la Avenida de Moliní.
La construcción de la torre hay que enmarcarla en la importancia que Sevilla tenía para los almohades, que en el año 1171 ya la designaron como una de sus capitales. "La historia dice que se construyó en un sólo año. Desde el inicio se llamaba Torre del Oro porque al ocaso el sol le daba ese color dorado que se reflejaba en el río", explica Javier Albert, comandante naval de Sevilla, capitán de navío y director de la Torre del Oro. Las crónicas de la época señalan que los trabajos se iniciaron el 8 de marzo de 1220 y que el 24 de febrero de 1221 ya estaban finalizados. El nombre en árabe Borg al-Dsayeb ya hacía referencia a este brillo dorado. Esta teoría se refuerza con los hallazgos realizados durante la última restauración de 2005. Se demostró que el brillo, atribuido hasta entonces a un revestimiento de azulejos, era debido a una mezcla de mortero cal y paja prensada. La primera ampliación de la torre se realiza bajo el reinado cristiano de Pedro I, entre los años 1334 y 1369. Se le añade el tercer cuerpo de estilo mudéjar.
El mayor periodo de esplendor de la Torre del Oro fue entre los años 1503 y 1717, cuando Sevilla se convierte en la capital mundial del comercio, puerto y puerta de América. En 1519 fue testigo de cómo desde la orilla opuesta salía la expedición de Magallanes que regresaría exigua, en 1522, comandada por Elcano. La Torre del Oro fue protagonista en agosto de 2019 de algunos de los actos conmemorativos de esta gesta que tendrá su continuidad el próximo año.
Durante el siglo XVIII comienza el declive de la torre, como el del resto de la ciudad. "El río se queda pequeño. No pueden entrar los barcos de mayor calado y la Casa de la Contratación se traslada a Cádiz. Se inicia así el ocaso de la ciudad", señala el comandante Albert. La Torre del Oro, como otros monumentos sevillanos, se vio gravemente afectado en el año 1755 por el terremoto de Lisboa. Los daños eran tan importantes que se plantea su derribo. Fue el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht, autor también de la Real Fábrica de Tabacos, quien acomete una importante restauración en 1760. Se colocan dos zunchos de hierro que abrazan la estructura y que funcionan y son visibles todavía. El sótano fue rellanado con escombros para dar más estabilidad al edificio. Por último, remata la construcción con el tercer cuerpo cilíndrico y la cúpula de azulejos dorados, dándole el aspecto actual. En la Edad Contemporánea la atalaya fue también restaurada en 1900, entre 1991 y 1992, en 1995 y en 2005. Otras fechas importantes del monumento son 1870, cuando se cede en usufructo a la Armada; y 1931, cuando fue declarada Monumento Nacional.
Los 800 años de la Torre del Oro llegan condicionados por la incidencia del Covid-19, aunque desde la Armada se está trabajando para dar realce al aniversario, como indica el comandante y subdirector del monumento Juan Antonio García Sánchez: "Según evoluciones la pandemia está previsto coordinar con la Universidad un ciclo de conferencias. Existe inquietud para que sea una conmemoración divulgativa. Nos habría gustado hacer más cosas pero las cosas están así". Los 800 años de la Torre del Oro sí tendrán su eco y quedarán inmortalizados en un cupón conmemorativo de la ONCE y, probablemente en un sello de Correos.
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