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La Torre Cajasol alcanza ya 25 plantas

Se han contratado los trabajos de la fachada con Estrumaher y los ascensores con Schindler. Faltan dos meses para que la Unesco decida definitivamente si el edificio afecta al patrimonio de la ciudad.

Foto: Antonio Pizarro
Texto:a. S. Ameneiro/Vídeo: A. Pizarro

18 de abril 2012 - 05:03

Las obras del rascacielos de la Cartuja y de los podios (los dos edificios anexos de oficinas y locales comerciales) avanzan a toda máquina. Este martes los operarios trabajaban en la construcción de la planta sobre rasante número 25, lo que supone que la torre ha superado más del 62% de sus 40 plantas previstas, sin contar las tres subterráneas.

Eso sucede cuando faltan dos meses para que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) tome una decisión sobre la afección de este edificio sevillano de 180 metros de altura en los tres monumentos de la ciudad declarados patrimonio de la humanidad: la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias. Respecto a esta incertidumbre, las empresas encargadas de la obra confían en que al final la torre se acabará sin obstáculos tal y como está proyectada en los primeros meses de 2013.

Las obras ganarán aún más ritmo en breve porque ya se han contratado los trabajos de ejecución de la fachada (con la empresa Estrumaher) y los 13 ascensores (con Schindler). También están en fase de licitación los contratos de acabados y revestimientos finales, así como el de instalaciones eléctricas y mecánicas.

Vídeo: Antonio Pizarro

La velocidad de crecimiento de la torre se debe al sistema de encofrado trepante que se monta y desmonta, con ayuda de las grúas, para construir los muros interiores y las plantas de hormigón, lo que permite el avance espectacular del rascacielos. Cada ocho o nueve días laborables se ejecuta una planta más. La técnica no es nueva, pero es apasionante observarla en una visita en directo. Se trata de una estructura articulada (consola de autotrepa) de vigas de color rojo y tablones de madera sobre la que se montan en altura las ferrallas y luego sobre ellas se echa el hormigón, que tarda 28 días en coger el nivel deseado de resistencia. Otra curiosidad de la obra son los sonoros latidos que emite la tubería metálica de considerable grosor que lleva el hormigón a lo más alto de la torre.

El ingeniero Jesús Nieto, de la empresa Ayesa, encargada de la ejecución técnica de la obra y del proyecto, explicaba a este periódico que este sistema de encofrado autotrepante reduce plazos y costes de obra. Entre otras ventajas, permite prescindir de los miles de puntales que se ven en otras obras con una altura más común. La ejecución material de las obras de la torre corresponde a las constructoras FCC e Inabensa, y las de los edificios anexos (podios) a Isolux y Corsán. Ahora se incorporan Estrumaher y Schindler.

A pleno rendimiento, cuando los trabajos alcancen su máximo nivel, se calcula que la obra concentrará de 500 a 600 empleos directos.

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