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Titulación con notable para un Down

Un joven con discapacidad mental logra un 7,8 de nota media al acabar la Secundaria. Sus padres han luchado para que no se le bajaran los objetivos cognitivos en esta etapa.

Titulación con notable para un Down
Diego J. Geniz

10 de julio 2014 - 05:03

"Quiero que los padres en nuestra situación tengan en cuenta que por muchos obstáculos que les pongan, sus hijos pueden conseguir la misma meta que el nuestro". Quien así habla es Isabel Lira, la madre de Francisco Javier del Río, quien se ha titulado en Secundaria con un notable. Acaba así una etapa en la que esta familia ha luchado por que su hijo alcanzase los mismos objetivos de conocimiento que el resto de alumnos de su edad y que el hecho de que padezca Síndrome de Down no fuera una excusa para recibir la adaptación curricular significativa, mediante la cual los objetivos cognitivos de dicho nivel educativo son distintos.

El camino en este último lustro no ha sido nada fácil. La familia llegó, incluso, a la Fiscalía de Menores para denunciar el trato que recibía en su anterior instituto, el IES Martínez Montañés, donde el currículum académico de este joven empeoró considerablemente. Cuando era pequeño la propia Administración desestimó la Educación Especial en Primaria. "Siempre se ha apostado por la integración total, como un alumno más", recuerda su madre, trabajadora social del departamento de orientación educativa de la Delegación de Educación. Sin embargo, al llegar al citado centro comenzaron los problemas. La familia era consciente de la discapacidad del menor, pero aun así -y con el apoyo del orientador del instituto- apostaron por la adaptación curricular no significativa, por lo que se le aplicarían los mismos objetivos de conocimiento que al resto de alumnos.

Para lograrlo, la plantilla docente tendría que aplicar "distintos métodos" que se adaptaran a sus características, en tanto que la velocidad de comprensión y de reflejo de este estudiante están por debajo de la media, a lo que se añade la deficiencia visual que padece en un ojo. Isabel Lira lamentó en su momento que el profesorado del instituto se mostrara "reacio" a que a su hijo no se le aplicara la adaptación curricular significativa, puesto que suponía "un esfuerzo extra". El joven empezó a traer malas notas, por lo que acabó repitiendo el segundo curso de la ESO. Los padres siguieron en su lucha. Acudieron al Defensor del Pueblo, que pidió un informe al centro.

El referido instituto ofreció entonces una versión muy distinta de los hechos en la que acusaba a esta familia de "obstrucción" a la labor del profesorado "cuestionada y corregida permanentemente por ellos". La Delegación provincial de Educación salió en defensa del IES Martínez Montañés y explicó que el tipo de deficiencia del joven iría en aumento conforme avanzara su edad, motivo por el cual era más difícil aspirar a los objetivos comunes.

Al ver que sus reclamaciones no llegaban a buen puerto, los padres acudieron a la Fiscalía de Menores al tiempo que cambiaron a su hijo del centro. Lo matricularon en mitad del curso 2011/12 en el IES Carlos Haya, en Tablada, cerca del domicilio laboral del padre. A partir de ahí todo cambió. Las notas comenzaron a mejorar considerablemente sin necesidad de que este alumno fuera apartado del grupo. Los notables comenzaron a aparecer en sus calificaciones, hasta tal punto que la nota media con la que ha acabado la ESO es de un 7,8.

Isabel Lira agradece la dedicación que los tutores y docentes del Carlos Haya le han prestado a su hijo, especialmente al profesor de Música y Educación Física. "En las pruebas de gimnasia mi hijo siempre estuvo con el resto de la clase, aunque algunas fueran distintas para él, pero siempre integrado", recuerda esta madre.

Este joven estudiará ahora un FP de grado medio de auxiliar administrativo. Su objetivo es matricularse los próximos años en un ciclo superior de agropecuario, "pues le encantan las labores del campo", aunque no cierra las puertas a la universidad: "No seré yo quien le ponga fronteras a mi hijo", añade Isabel Lira. Sus palabras quedan refrendadas en una carta enviada por su tutor en este curso: "Ningún alumno puede ser limitado [...] los límites los pondrán ellos mismos, su voluntad de querer llegar hasta donde se han propuesto".

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