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Buscan a una banda de ladrones de viviendas que actúa en el Aljarafe

Tiroteo y destierro de una familia en las Tres Mil Viviendas por el impago de una deuda

Un grupo de personas abrieron fuego contra la casa de una familia que les debía 7.000 euros

Los acreedores le quitaron la vivienda y una furgoneta a los deudores, a los que echaron del barrio

Dos años y medio de cárcel por otro tiroteo en Torreblanca

Una fachada de un bloque de pisos de las Tres Mil Viviendas. / Antonio Pizarro

Un conocido clan de las Tres Mil Viviendas impuso la semana pasada el destierro forzoso del barrio a otra familia. El detonante de esta medida fue el impago de una deuda de unos 7.000 euros, que desembocó primero en una paliza y después en un tiroteo en el que se habrían empleado armas de guerra. Afortunadamente, ninguna persona resultó herida por los disparos.

Los hechos ocurrieron la noche del 15 al 16 de septiembre en la zona de la barriada de Murillo conocida como los Verdes. Un clan del barrio, vinculado históricamente al tráfico de drogas, había prestado 7.000 euros a otra familia. Un miembro del clan acudió a esa noche a reclamar el pago del dinero.

Sin embargo, los deudores no tenían ese momento la cantidad que reclamaban los acreedores. La situación se fue tensando hasta que hubo una discusión y los deudores terminaron dando una paliza al cobrador. Éste se marchó en un primer momento pero regresó al poco tiempo con varios de sus familiares, que acudieron fuertemente armados e incluso protegidos con chalecos antibalas, según explicó a este periódico un testigo presencial de los hechos.

Los acreedores abrieron fuego contra la casa de los deudores, en un episodio que recuerda al tiroteo en el que murió una niña de siete años, en agosto de 2013, alcanzada por una bala perdida en un incidente con armas de fuego similar a éste. En esta ocasión nadie resultó herido.

Eso sí, los deudores tuvieron que entregar su casa y una furgoneta en pago de la deuda. No contentos con esto, el clan que le había prestado el dinero le impuso lo que se conoce como pena de destierro, una condena no escrita que suele darse en casos en los que hay algún muerto o se ha mancillado la honra de alguna persona, pero no es tan habitual por deudas económicas.

Sí es frecuente que funcionen en este barrio los antiguos prestamistas, que entregan dinero a terceras personas que así lo piden cambio de intereses muy elevados, y que terminan utilizando la fuerza y las amenazas si no se les reintegra el préstamo en el plazo que ellos establecen.

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