Tecnología puntera desde Sevilla a la NASA

En el Parque Tecnológico Aeroespacial de Andalucía Aerópolis, ubicado en La Rinconada, reside una empresa vanguardista que, en menos de 15 años, se ha convertido en un referente para su sector. Solar Mems Technologies es la única compañía española que fabrica sensores solares para satélites y también es de las pocas empresas europeas que los industrializan. Compuesta por un equipo joven -la media de edad ronda los 30 años- y multidisciplinar, esta entidad tiene vistas claras a seguir expandiéndose y creciendo.

El proyecto que nació en el año 2009 como una spin-off de la Universidad de Sevilla, en colaboración con el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, se ha convertido en una compañía que trabaja con la NASA, varias agencias espaciales europeas como la francesa o la alemana, diferentes universidades y más de 100 compañías en 50 países. De hecho, el 98% de su negociado se concentra en el exterior.

Al frente está José Miguel Moreno López, que ha recibido el Premio al Directivo del año en la industria aeroespacial de Andalucía que otorga Andalucía Aerospace. "Nosotros fabricamos principalmente sensores solares y sistemas de seguimiento solar para satélites, pero también para otras aplicaciones como energías renovables, defensa o drones. Aportamos soluciones de seguimiento solar a varios mercados, aunque es cierto el sector espacial recibe el 90% de nuestra facturación", explica Moreno.

Un sensor solar detecta dónde está el sol y transmite esta información al satélite para que pueda saber dónde se ubica en órbita: "Esto sirve, por ejemplo, para posicionar los paneles solares y que sepan dónde hay luz. También funciona para apuntar las antenas a tierra y que de este modo puedan transmitir información. Esto mismo se puede hacer con las estrellas", recalca el director.

La confección de estos dispositivos, que son los más pequeños del mercado y caben en la palma de la mano, se fabrican íntegramente en las instalaciones de Aerópolis, excepto algunos microchips muy concretos que sólo se ensamblan en Madrid o Barcelona. Concretamente, la manufacturación se realiza en dos salas a las que se debe entrar con protección completa para evitar alteraciones en las condiciones de limpieza y seguridad del espacio. "El próximo año triplicaremos la capacidad de producción para que esté lista en 2024 y este año pensamos en doblar facturación, que está en dos millones de euros. Además, pretendemos duplicar el equipo para 2024", apostilla Moreno.

A pesar de estas cifras, no piensan en mudarse a otras ciudades españolas con mayor tradición aeronáutica. Tienen las miras puestas en Florida para abrir su próxima filial, pero el director considera que la capital hispalense es el enclave más adecuado para llevar a cabo sus proyectos. “Nuestro objetivo inicial era dedicarnos a las energías renovables y Sevilla es una ciudad inmejorable para este fin por las horas de sol. Hace 10 años había poco ecosistema aeroespacial propio, pero es una ciudad con buenas comunicaciones y la gente que viene a visitar la compañía desde Japón, China, Estados Unidos u otros países de Europa, se queda con ganas de volver”, recalca el director.

Una idea que se refuerza aún más con la implantación de la sede de la Agencia Espacial Española en la ciudad. Una oportunidad que el director considera muy positiva para Sevilla y para España, porque servirá como una "ventanilla única" para que las compañías e instituciones puedan acceder con más facilidades y eficacia a las gestiones que se realicen en materia aeroespacial. El director explica que "aunque no sea una Agencia con una infraestructura propia como la NASA, sigue el modelo portugués o de Reino Unido en cuanto a coordinación y gestión de las actividades a nivel espacial". Además, hace especial hincapié en que muchas empresas se crearán alrededor de la institución y será un revulsivo para la creación de empleo.

Ahora están inmersos en el proyecto Airbus OneWeb Satellites, su iniciativa más ambiciosa hasta la fecha. Con factoría en Florida, han lanzado 540 satélites para dar cobertura wifi mundial. “Tenemos enviada una constelación casi completamente desplegada, al 80%, para que haya wifi en La Antártida, en el Polo Sur y en el desierto. Ya está operativa hasta 150 grados de latitud y falta un año para que esté activa”, apunta Moreno.