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Tecnología del espacio en la vida cotidiana

SEVILLA

La empresa sevillana de ingeniería aeroespacial Skylife consolida su primera década como referente en el sector

El contenedor de estrellas que creará la energía del futuro

Uno de los trabajadores hace pruebas en el simulador de realidad virtual. / José Ángel García

Un grupo compuesto por cuatro ingenieros decidió, hace más de una década, cambiar el sueño de trabajar en Estados Unidos para una prestigiosa empresa de telecomunicaciones o realizar labores de investigación desde una universidad europea por fundar su propia compañía en Sevilla y despegar en materia de emprendimiento con la compañía Skylife Engineering. Lo que nació como una spin-off de la Universidad de Sevilla se ha convertido, 12 años después y con dos crisis de por medio, en una compañía que vuela sola y es referencia en tecnología aeronáutica y aeroespacial a nivel nacional e internacional.

La startup, que ahora está compuesta por 65 profesionales, decidió trasladarse en 2018 del Parque Tecnológico Aerópolis a su sede actual en el Parque Científico y Tecnológico Cartuja. El objetivo de esta mudanza fue, según Mª Ángeles Martín, directora general y cofundadora de la compañía, el de diversificar sus proyectos. "Queríamos aplicar las tecnologías a otros sectores como el de la energía, la sanidad, la educación, o la defensa", explica Martín.

Que la compañía haya conseguido aplicar las diferentes tecnologías que desarrolla en varios sectores ha permitido que durante la pandemia no despidieran a nadie. De hecho, duplicaron la facturación y el número de ingenieros y personal de la corporación. En este sentido, la directora general recalca que "la empresa está en un buen momento, porque durante diez años hemos desarrollado mucha tecnología, mucho I+D y mucha investigación. Ahora estamos industrializando y comercializando todas estas herramientas".

Mª Ángeles Martín Prats, directora general de Skylife, junto a Antonio Leopoldo Rodríguez, CTO de la compañía. / José Ángel García

El inmueble, que parece una oficina normal en su entrada por la calle Torricelli, alberga en su interior dos plantas que simulan la terminal de un aeropuerto. En la planta de abajo hay un laboratorio acristalado en el que se fabrican dispositivos en serie y en la de arriba se diseñan las herramientas de software, hardware y los simuladores de realidad virtual. En ambas, jóvenes ingenieros con una media de edad de 30 años que trabajan codo con codo en las diferentes aplicaciones y sistemas que están desarrollando.

La empresa cuenta con dos líneas de negocio claramente diferenciadas: la de sistemas embarcados y la de digitalización. "La de sistemas embarcados ha supuesto un gran esfuerzo económico y humano. Estamos altamente especializados en conversión de potencia y trabajamos en el avión de propulsión híbrida y en el aeroplano eléctricos desde hace más de diez años", apunta la directora general, quien hace especial hincapié además en que ahora están diseñando "cargadores de coche para la compañía Wallbox".

Según Martín, el haber sido capaces de desarrollar sistemas complejos embarcados en un avión, siguiendo la estricta regulación en materia aeronáutica, también les ha dado la capacidad de llevar esta tecnología a tierra y es esta diversificación la que les permite obtener los recurrentes para seguir creciendo.

Digitalización en la docencia o en medicina

En cuanto a la línea de digitalización, la directora general apunta que desarrollan desde hace más de 10 años el simulador virtual de Airbus Defence & Space, un sistema de entrenamiento virtual para pilotos y técnicos. Según la directora, "esta experiencia y el conocimiento adquirido nos ha permitido aplicar esta tecnología a otros sectores como el educativo".

Ingenieros trabajan en la primera planta de la compañía Skylife Engineering. / José Ángel García

De hecho, muchos centro de Formación Profesional están contactando con la compañía para aplicar esta herramienta virtual en la actualización de las herramientas educativas: "Los alumnos pueden conocer las últimas tecnologías y, de otro modo, no sería posible porque el hardware envejece o están realizando prácticas con sistemas muy obsoletos. Este tipo de tecnologías permite que los estudiantes tengan un aprendizaje más actualizado", manifiesta Martín.

También han sido coordinadores en un proyecto europeo para desarrollar un asistente digital que aprenda, mediante Inteligencia Artificial, las labores de asistencia con el piloto principal de un aeroplano. "En caso de un contexto complejo, la computadora sugiere al profesional qué debería hacer e incrementar la seguridad de tripulantes y pasajeros", apostilla la directora, quien sugiere que este mismo concepto se puede aplicar en otros campos.

"Al final, un asistente digital es un computador que implementa Inteligencia Artificial y en base a datos, decisiones y resultados, va aprendiendo de forma que ayuda a las personas". De este modo, una herramienta que nace en el ámbito aeroespacial se puede aplicar en medicina para ayudar a un profesional sanitario, en la docencia o en la industria, creando nuevos puestos de trabajo y potenciando la especialización en las nuevas tecnologías.

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