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Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS)
El Teatro Lope de Vega levantará de nuevo el telón en el año 2025. Ese es el objetivo del Ayuntamiento que ya trabaja en los distintos escenarios de programación para el próximo año, pero manteniendo esa como la principal premisa. Este escenario sevillano echó el cierre el pasado año debido a una serie de importantes deficiencias. El gobierno actual del PP aseguró que se encontró el Lope de Vega en un estado muy delicado y que no tuvo más remedio que tomar esta dolorosa decisión. Algo que se le ha reprochado desde la oposición. Desde entonces, han explicado fuentes municipales a este periódico, se han dado los pasos necesarios para acometer las obras de rehabilitación necesarias. Tras rechazar el Pleno la modificación presupuestaria para dedicar al teatro los dos millones de euros necesarios, toca esperar a que el Presupuesto sea una realidad.
Si se cumplen los plazos estimados, las obras podrían comenzar en otoño. Durante los últimos meses el Grupo Inprex Servicio de Prevención de Riesgos Laborales contratado por el ICAS ha desarrollado toda una serie de actuaciones necesarias para subsanar los problemas detectados por la inspección de trabajo:
En cuanto a las inversiones proyectadas se ha adquirido el nuevo montacargas, el nuevo foso escénico, el nuevo telón cortafuegos, las sillas de palco y mobiliario para su adaptación a la normativa contraincendios, se ha comprado el nuevo sistema dimmers y patch panel, los sistemas de sonorización, y se han realizado inversiones en motores, líneas de vida de escenario y sistemas de elevación, y en los sistemas escénicos de elevación de velocidad variable.
Actualmente, el Ayuntamiento ya tiene listos los pliegos para la licitación, para cuando se tenga disponibilidad presupuestaria de inversión.
Desde el Ayuntamiento también destacan que se ha limpiado la cúpula del teatro. Se trata de una tarea que no se había acometido hasta la fecha y que es relevante para poder descartar posibles daños en la misma y poder así proceder al descenso de la lámpara, que pesa casi 3.000 kilos, tarea necesaria para su mantenimiento.
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