Del Teatro Central al Carrefour
Calle Rioja
'Lorcas'. El Centro Andaluz de Teatro y TNT cerraron el mismo día dos obras de Lorca, aunque las gitanas del Vacie vuelven el día 5 con la Bernarda Alba de Pepa Gamboa
AYER se cerró provisionalmente el telón de dos Lorcas en Sevilla. Dos obras fundamentales del poeta del 27 nacido en el 98. Dos elencos de muy diversa factura. Uno acostumbrado a subirse al escenario, familiarizado con Valle, Calderón o Ionesco. El otro, primerizo en estas lides. Bodas de Sangre es una coproducción del Centro Dramático Nacional con el Centro Andaluz de Teatro que dirige Francisco Ortuño Millán. José Carlos Plaza hace doblete en la dirección y en la escenografía, que comparte con Francisco Leal, que también firma la iluminación. La coreografía es de Cristina Hoyos. Nombres, en fin, que ponen firmes a las secciones de Cultura de los periódicos y a los inquilinos de los despachos oficiales.
Veintidós actores en el reparto, por orden alfabético desde Carlos Álvarez-Nóvoa (Goya por su papel en Solas, la película de Benito Zambrano) hasta Diana Wrama. Entre ellos, nombres habituales en las carteleras teatrales, como Paca Ojea o Ana Malaver. De Carlos a Diana, que a uno le recuerda el cuarteto carnavalero que el Peña y el Masa hicieron con La boda del siglo, parodiando la luna de miel del príncipe Carlos y Diana Spencer en Gibraltar.
Este Lorca se ha representado del 13 al 31 de enero en el Teatro Central, el escenario donde Pepa Gamboa hizo una arriesgada y exitosa adaptación de La mujer y el pelele de Pierre Louÿs para la Bienal de Flamenco. Gamboa es la que firma el otro espectáculo lorquiano, como responsable de la dirección, la dramaturgia y el espacio escénico. La Casa de Bernarda Alba es una producción del Teatro Atalaya y TNT que dirige Ricardo Iniesta. La representan ocho gitanas del Vacie que participaron en un taller dirigido por Silvia Garzón. Ayer levantaron el telón en el Centro TNT, al que volverán el próximo 5 de febrero. A diferencia del Teatro Central, uno de los edificios construidos con motivo de la Exposición del 92, las coordenadas de este espacios teatral son bien distintas: en los carteles se indica al público que se encuentra en el Parque de Despeñaperros, 1, "junto a Carrefour Macarena" y se puede llegar en las líneas 12, 13 y B5 de los autobuses urbanos.
Aquí no hay nombres de renombre, valga la redundancia. Rocío Montero Maya encarna a Bernarda Alba. Mari Luz Navarro es María Josefa, su madre. Las cinco hijas de Bernarda (Martirio, Adela, Magdalena, Angustias y Amelia) están interpretadas por las gitanas Loli del Campo, Sonia da Silva, Ana Jiménez, Sandra Ramírez y Carina Ramírez. En la piel de la Poncia se mete Marga Reyes, que hace las veces de ayudante de dirección, donde también están Sario Téllez y Jero Obrador.
La realidad imita al arte, dijo Oscar Wilde. Y la vida es muchas veces más dramática que el propio teatro. Me encontré hace unos días con Pepa Gamboa paseando por la Alameda, feliz con el trabajo de estas novísimas actrices que entusiasmaron a Laura García Lorca, sobrina del poeta, cuando asistió al estreno. Están descubriendo un mundo nuevo: el público, las entrevistas, la ciudad, comer fuera de su casa, salir sin tener que recoger chatarra. Haciendo honor a la calle en la que han representado la obra, mañana deben cruzar Despeñaperros para actuar en el Teatro Español de Madrid. Palabras mayores. Esa inmensa alegría se ha visto empañada por la citación judicial de dos de las intérpretes, Carina Ramírez y Loli del Campo. Las que llevan a escena a Amelia y a Martirio han sido condenadas a año y medio de cárcel, acusadas del robo de unos hierros cuando iban en una furgoneta que conducía Samantha Villar, la periodista que pretendió trasladar la vida del Vacie al programa 21 días. La reportera ha sido exculpada de todos los cargos. Se da la circunstancia de que los días que permaneció en el poblado chabolista más antiguo de España, la periodista se alojó en la chabola de Rocío Montero, la casa de la mismísima Bernarda Alba a dos de cuyas hijas quieren llevar al chabolo.
Lorca no vería con malos ojos un cruce de los elencos de estas dos obras. Una interpretación de Carlos Álvarez-Nóvoa con Rocío Montero. Lorca concibió Bodas de sangre como una tragedia en tres actos y siete cuadros. La estrenó el 31 de mayo de 1933 en Barcelona y el texto se publicó en enero de 1936 en las ediciones de Cruz y Raya. El autor no llegó a ver en escena La Casa de Bernarda Alba, un drama de mujeres en los pueblos de España, como la subtituló, con una aclaración: "El poeta advierte que estos tres actos tienen la intención de un documental fotográfico". El Vacie, sus personajes, sus historias, sus carencias, su vida a borbotones son una mina para cualquier profesional de la fotografía.
La Casa de Bernarda Alba se estrenó en el teatro Avenida de Buenos Aires el 8 de marzo de 1945, nueve años después del asesinato del poeta. La primera lectura de esta obra la hizo Lorca en junio del 36 en la casa madrileña del doctor Eusebio Oliver para un grupo de amigos entre los que estaban sus compañeros de generación Dámaso Alonso y Jorge Guillén. El 16 de julio viajó en tren de Madrid a Granada. El día del Carmen a la ciudad de los cármenes.
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