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El valiente rescate de un aspirante a policía sevillano: "Simplemente reaccioné"

El fallo del Supremo incurre en un error al variar la secuencia horaria

La sentencia argumenta que Carcaño no tenía por qué estar en Camas a la 1:37 sólo por la ubicación del satélite, pero olvida que realmente habló con la madre de Marta.

Detalle del rostro de Miguel carcaño, asesino confeso de Marta del Castillo. Foto: Jaime Martinez/EFE
Jorge Muñoz

08 de febrero 2013 - 07:00

La argumentación del Tribunal Supremo para cambiar el horario en que se realizaron las maniobras para ocultar el cuerpo de Marta del Castillo y sacarlo del piso de León XIII no es tan sólida como ha puesto de manifiesto el Alto Tribunal. Tiene al menos un error importante, al igual que ocurría con las diversas contradicciones de la sentencia de la Audiencia de Sevilla. Entre los argumentos para rechazar la tesis de que el cuerpo fue sacado a las 22:15 del 24 de enero de 2009, como estableció la sentencia que ahora ha sido anulada parcialmente, el Supremo argumenta que el asesino confeso, Miguel Carcaño, no tenía por qué estar en el domicilio de Rocío, la que fuera su novia, en Camas a la 1:37, momento en el que las antenas repetidoras ubicaron su teléfono móvil en esta localidad.

Alega la sentencia para rechazar este extremo, en su folio 75, que el hecho de que el satélite sitúe el teléfono en esta localidad no implica que Carcaño tuviera que estar "forzosamente" junto al móvil en todo momento, y eso determina que su valor como prueba no pueda considerarse más allá de un indicio. Pero lo que con este razonamiento olvida el Supremo es que con esa llamada no sólo se ubicaba el teléfono en Camas, sino también al propio Miguel Carcaño, porque esa llamada fue realizada por la madre de Marta, Eva Casanueva, quien conversó durante 75 segundos con el asesino confeso, según acreditan los registros de llamadas entrantes y salientes del teléfono móvil.

La presencia de Miguel Carcaño en Camas no sólo es avalada por la madre de Marta, sino por la propia novia de Carcaño, quien en el juicio relató que tras recibir esa llamada de Eva Casanueva, Miguel Carcaño se levantó, se vistió con su ropa de trabajo, hablaron durante unos cinco minutos y a continuación se marchó por la ventana de su dormitorio.

La madre de Marta, por su parte, explicó que en esa breve conversación interesándose por el paradero de su hija, Miguel le comentó que estaba en casa de su novia y sostuvo que él había dejado a Marta sobre las 21:30 junto a la cristalería próxima a su domicilio, en la calle Argantonio de Sevilla. Eva Casanueva realizó una segunda llamada después a Carcaño al sospechar que el joven no le decía la verdad, y a las dos de la madrugada el padre presentó una primera denuncia por la desaparición de Marta.

Por lo tanto, si se da credibilidad a la llamada de la 1:37, se complica la versión de que el cuerpo de Marta pudiera ser sacado del piso de León XIII en el horario de madrugada, en torno a las dos, cuando el vecino de Miguel Carcaño asegura que se cruzó con él en el portal de la vivienda con la silla de ruedas y cuando el dueño de un bar próximo sitúa a dos jóvenes portando "un bulto" en otra silla de ruedas y que acabaron arrojando a un contenedor de basuras.

Frente a esta versión, la Audiencia de Sevilla consideró que la hora de salida del cuerpo fue a las 22:15 y excluyó la posibilidad de que el cadáver fuese trasladado durante la madrugada. La argumentación que ahora recoge el Tribunal Supremo vuelve a sembrar nuevas dudas sobre una de las claves del caso en cuanto a la posible incriminación de los otros acusados. En cualquier caso, el Alto Tribunal ya ha sentenciado que la secuencia horaria de la madrugada sólo podría afectar a Samuel Benítez y no a Javier Delgado ni a María García, aun cuando ésta estuviera en el piso en la franja horaria en la que se ocultó el cadáver.

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