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"En Suecia va a haber un cambio de generación grandísimo"

Los invisibles

Ellen Bredefeldt. Actriz y cantante, vivió en Roma y le entró el síndrome de Estocolmo en Sevilla, donde quiere hacer cabaret y enseña sueco a jóvenes que buscan empleo en su país

Ellen Bredefeldt, profesora de Inglés y de Sueco en Sevilla, con su bicicleta en la Alameda de Hércules.
Francisco Correal

15 de junio 2013 - 05:03

LE gustan las películas de Bergman y Se llama Copla. Ellen Bredefeldt (Estocolmo, 1978), actriz de vocación, da clases de Sueco en Sevilla para españoles que quieren ir a trabajar a su país.

-¿Cómo viene por primera vez?

-A un curso de baile flamenco en Vejer. Desde que era una niña, siempre soñaba con venir a un país del sur de Europa, con ser de dos países. Planifiqué todo para irme a Roma, viví en Roma, aprendí italiano y me di una vuelta por la Península Ibérica. Había conocido a un chico en Sevilla.

-¿Dónde aprende el idioma?

-Primero en Barcelona, encima de mi italiano y gracias a mi italiano. Muchos pensaban que era italiana. Después, por la gente de Sevilla y por Radio Nacional de España, que la oía en Suecia.

-¿Dejó su país?

-Vivo entre los dos. Estudié Interpretación y conseguí una de las seis plazas del teatro municipal de Suecia. Allí hice todo tipo de teatro: clásico, moderno, improvisaciones, Shakespeare.

-¿No hace teatro en Sevilla?

-Como doy clases de Inglés a niños, me encantaría hacer teatro infantil bilingüe y un pequeño cabaret. Hice mucho en Suecia. Pero siempre tenía otro trabajo. He sido jardinera, he trabajado con ancianos, con niños.

-Estocolmo entrega los premios Nobel de Literatura. De los españoles, ¿cuál le sirvió para mejorar el idioma?

-En español leo más periódicos que libros. He leído a García Márquez y Vargas Llosa, pero en sueco. Y algo de Saramago. He leído el texto en español de obras de teatro que hice en sueco, como Noche de Reyes, de Shakespeare, o La gaviota, de Chejov.

-¿El sueco abre puertas?

-En Suecia trabajé cuatro años con los parados, de asesora laboral en las oficinas de empleo. Como soy actriz, mi especialidad es la entrevista del aspirante: su actitud, su forma de hablar, el lenguaje corporal.

-¿Cúal es el perfil del español que quiere trabajar en Suecia?

-Hay arquitectos, enfermeros, ingenieros, informáticos, psicólogos, pedagogos. En mi país se va a producir un cambio de generación grandísimo. En los años cincuenta nacieron muchísimos niños. Esa gente que ahora están al frente de las empresas se van a jubilar todos a la vez y van a tener que salir a buscarlos fuera. Un compañero mío lleva dos años buscando ingenieros españoles, tienen fama de estar muy bien formados. Suecia necesita especialistas de Medicina, mecánicos de camión, conductores de autobús, taxistas.

-¿Le gusta la música de Abba?

-Soy más de los Beatles.

-¿Y la saga de Millenium?

-No soy de novelas criminales. Prefiero la fantasía y las novelas de Murakami.

-¿Qué recuerda del asesinato de Olof Palme?

-Tenía ocho años. Recuerdo el funeral tan impresionante, el centro de Estocolmo lleno de banderas rojas y casi toda la gente vestida de negro. Pasaron cosas muy grandes seguidas. Después de lo de Palme, vino Chernobyl y la caída del muro de Berlín. Yo no he tenido miedo de casi nada, pero tantas cosas tan seguidas te llegan, te afectan.

-El mayor número de víctimas occidentales en el tsunami del Sudeste asiático eran suecos. Y en las anteriores elecciones en Irán la mayor comunidad de iraníes que votaban fuera de su país vivían en Suecia...

-En Estocolmo es muy normal que las familias sean cuatrilingües. Los padres de mis amigos en Estocolmo son de orígenes muy distintos. La última vez que estuve allí, cogí el Metro y en ocho estaciones no oí una palabra de sueco. Hablaban ruso, kurdo, árabe, indio, bosnio. Eso es fantástico.

-¿Se acostumbró al calor?

-Yo odio el frío. Prefiero sudar y sudar y sudar.

-Cuando empieza el turismo en España, venían muchas más inglesas y alemanas, pero el estereotipo de las películas se lo llevaron las suecas...

-La mala fama, aunque yo prefieron verlo por el lado romántico. Se creen que somos muy libres y somos igual de tradicionales que el resto del mundo.

-¿Siente en Sevilla el síndrome de Estocolmo?

-La ciudad me enganchó absolutamente. En Suecia siempre me he sentido un poco extranjera, por eso me he dedicado al teatro. En Sevilla soy extranjera, pero me siento más en mi lugar aquí que allí. No sé dónde me va a llevar el destino, pero seguro que una parte de mí se quedará aquí.

-¿Le gusta el cine de Bergman?

-La época primera sobre todo. De vez en cuando una necesita un poco de cultura basura. Los primeros años en Sevilla no tenía televisión. Ahora la veo y para mí es fundamental. La tele y la publicidad también son cultura. Aquí y en Suecia. Se llama copla me encanta.

-Un amigo se quejaba de que a su niño le pidieron en el colegio un sueco famoso, entró en wikipedia y salió Ibrahimovic...

-Suecia es mucho más. Tenemos nuestro Chejov o Strindberg moderno. Se llama Lars Norén. No digo que lo conozcan todos los trabajadores de Ikea, pero un sueco con cultura media sí.

-¿Semana Santa o Feria?

-La Cabalgata de los Reyes Magos. Me impresionó la alegría de los niños en la calle Feria.

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