La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
El mito del techo de cristal sigue vivo en la Universidad. Sólo el 21,5% de las cátedras de la Hispalense y de la Pablo de Olavide (UPO) pertenecen a mujeres. "La situación está cambiando y cada vez hay más catedráticas, pero aún queda mucho por hacer", puntualiza Elodia Hernández, vicerrectora de Cultura y Compromiso Social de la UPO.
De los 486 catedráticos que hay en la Universidad de Sevilla, 378 son hombres y 108 mujeres. En el caso de la Universidad Pablo de Olavide, de las 61 cátedras que existen, sólo 10 pertenecen a mujeres. "Cuanto mayor sea el rango académico del puesto o mayor la responsabilidad de investigación, menos mujeres hay", anota Hernández. "El desarrollo del currículum y el periodo de mayor producción científica suele coincidir, en el caso de las mujeres, con la maternidad".
Pese a estos datos, si se toma como referencia los últimos 25 años, la evolución ha sido bastante significativa. En 1990, sólo había ocho catedráticas en toda la Universidad de Sevilla, lo que suponía el 3% del total. Quince años más tarde, durante el curso de 2005-2006, las féminas ya representaban más del 11%. En total había 48 mujeres frente a 365 hombres. Esta cifra ha ido aumentado de forma progresiva y en 2011 el 18% de las cátedras pertenecían a mujeres y en 2013 el 20%, dos puntos menos que el año pasado.
La aplicación de un sistema de acreditación previo para optar a una plaza de catedrático universitario ha contribuido estos años al incremento de las mujeres catedráticas. Según Rosa Casado, directora de la Unidad para la Igualdad de la Hispalense, el colectivo femenino sale ganando cuando más objetivo y menos endogámico sea el proceso de selección de catedráticos. Con el actual sistema de acreditación, todos los profesionales presentan sus méritos en igualdad de condiciones.
Pese a este horizonte positivo, aspectos como la tasa de reposición del 0% y del 10% hasta 2014 y del 50% en 2015, que impedía a los entes públicos reponer a su personal al 100%, han mermado la incorporación de la mujer en los puestos más altos. "Posiblemente ahora haya más mujeres acreditadas para ser catedráticas que hombres, el problema es que no se convocan plazas", apunta la vicerrectora Elodia Hernández. "Creo que los verdaderos cambios se verán más adelante, cuando salgamos definitivamente de la crisis".
En total, el 62% del personal docente e investigador de la Universidad de Sevilla es masculino, por lo que la brecha de género asciende a más del 24% a favor de los hombres. Se trata de cuatro puntos porcentuales menos que hace dos años. El objetivo del II Plan de Igualdad de la Universidad de Sevilla (2014-2018) es llegar al 20%.
Mientras más se baja en la escala docente, más igualdad se alcanza. Aun así, en el nivel de los profesores titulares de universidad, el paso anterior a la cátedra, la diferencia sigue siendo elevada: un 62,3% de varones (825) frente a un 37,7% de féminas (499), según los últimos datos de la Hispalense, relativos a 2015. Es el mismo porcentaje que dos años antes.
En las categorías del personal contratado (no funcionario), la situación es diferente. En la figura de profesor contratado doctor, el paso previo al de profesor titular, ya empieza a haber cierta equidad, y la brecha a favor de los hombres sólo es del 9%, mientras que en el puesto de ayudante doctor, en 2015 había 72 hombres y 76 mujeres. En contraposición, 15 personas ostentan el título de profesor emérito, un puesto honorífico, y todos son hombres.
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