Sevilla sigue lejos de los 700.000 habitantes
Censo 2023
La ciudad gana 2.980 personas en el último año, pero se mantiene a niveles de la Expo del 92
El gobierno local lo achaca a “ocho años perdidos por la parálisis urbanística”
Zaragoza se queda sin dar el 'sorpasso' a Sevilla por un estrecho margen de tan sólo 215 habitantes
Padrón provincial: Sevilla gana casi 11.000 habitantes gracias al impulso de la población extranjera
Sevilla sigue lejos del manido objetivo de los 700.000 habitantes. En la última revisión del censo de población del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la ciudad cuenta con 684.164 vecinos a fecha de 1 de enero de 2023. Esto supone que la capital ha ganado 2.980 ciudadanos en los últimos doce meses. La población de la ciudad se mantiene a niveles de la Exposición Universal de 1992. La provincia suma 9.836 empadronados pese a que más de 40 municipios perdieron población.
A 1 de enero de 2021, la ciudad contaba con 684.234 habitantes. Hay que remontarse a 1992 para encontrar una cifra similar, eran 683.028 los sevillanos que estaban en el listado del INE. Tras recuperar habitantes en la revisión del padrón de comienzos de 2020, la capital andaluza regresó a la senda de descenso demográfico sufrida después de que contabilizase más de 704.000 vecinos empadronados en 2005 y 2006.
La sangría comenzó con el estreno de la anterior década, en la que Sevilla perdió cerca de 15.000 habitantes. Muy lejana queda la cifra de 709.975 habitantes, la cota máxima registrada en 2003. El crecimiento empezó a dispararse después de la Expo del 92. En el 93 la población aumentó en 24.000 habitantes. En 2014, la capital bajó el umbral de los 700.000 censados, regresando a los niveles anteriores a la muestra internacional. En 2015, la bajada de la población supuso la pérdida de dos concejales en el Pleno, que se quedó con 31, sin mencionar otras desventajas económicas, como la reducción de los ingresos por impuestos. Y también por aportaciones del Estado.
El perjuicio es también fiscal. Sevilla no ha dejado de ser considerada como gran ciudad, de hecho es la cuarta de España tras Madrid, Barcelona y Valencia, pero ha perdido peso político y económico al no sobrepasar de nuevo el listón de los 700.000 habitantes. Zaragoza se ha quedado finalmente sin dar el sorpasso a Sevilla por un estrecho margen de tan sólo 215 habitantes.
Todo parecía indicar que la tendencia negativa se estaba rompiendo con varios indicadores. Sectores como la construcción habían empezado a moverse ya desde finales de 2018, lo que genera una correlación entre la construcción de viviendas y el aumento de la población. Todo se fue al traste con el coronavirus.
Para mejorar el acceso al empadronamiento, el Ayuntamiento ha estado ofreciendo a la ciudadanía diferentes medios para realizarlo tanto electrónicamente como presencialmente. Este último modo se puede solicitar a través de los once distritos municipales o mediante la unidad de Padrón a Domicilio, que acerca el trámite a toda la ciudadanía, enfocándose con especial esmero en los colectivos más vulnerables como son las personas mayores o inmigrantes. Esta unidad tiene a disposición de quien lo necesite a cuatro agentes censales que acuden a los domicilios en horario de 08:00 a 20:00 horas.
El Servicio de Estadística colabora de forma fluida con gran cantidad de asociaciones, centros de acogida y residencias, de manera que se agiliza el trámite presencial que, en muchos casos, se realiza para grupos de personas.
El Consistorio hizo especial hincapié en los últimos meses del anterior mandato con el personal de las empresas captadas y los nómadas digitales, y las nuevas urbanizaciones en marcha por toda la ciudad con contactos directos con las promotoras involucradas.
El gobierno municipal anterior confiaba en la estrategia puesta en marcha desde 2015, centrada en las medidas de impulso económico, el plan de vivienda tanto por iniciativa pública como privada, y los desarrollos urbanísticos, mantuviese una recuperación progresiva de habitantes. Nada más alejado de la realidad.
El equipo de José Luis Sanz sostiene que “esta situación es fruto de ocho años perdidos. Ocho años en los que la ciudad ha perdido mucho espacio y relevancia respecto a otras grandes ciudades de España. Ocho años en los que Sevilla no ha crecido en población por la parálisis urbanística, el empeoramiento de la calidad de vida en los barrios y la no construcción de Viviendas de Protección Oficial (VPO). Apuntan que trabajan para que “Sevilla sea una ciudad agradable para invertir, vivir y trabajar, que recupere su liderazgo y no pierda más competitividad”.
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