Sevilla sigue sin una zona de ocio seis años después de la Ley Antibotellón

La ausencia de un espacio autorizado permite que los jóvenes se dispersen por diferentes zonas de la ciudad, pese al aumento del control · El Defensor del Pueblo, no obstante, subraya la "efectividad" de la ley.

La Policía pone 2.650 denuncias por 'botellonas' en seis meses
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Redacción Digital · Efe / Sevilla

29 de mayo 2012 - 14:02

Seis años después de la aprobación de la conocida como Ley Antibotellón, que permite a los municipios andaluces regular las actividades de ocio juvenil en la calle, Sevilla sigue sin contar con una ubicación concreta para la celebración de reuniones juveniles. Una ausencia, la de la prometida zona de ocio, que ha intensificado la masificación de jóvenes en diferentes zonas de la ciudad.

No obstante, el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, ha defendido este martes, sobre la base de un informe elaborado por la Oficina del Defensor respecto a la incidencia de la ley en los municipios de más de 50.000 habitantes, que "en líneas generales" su aplicación se ha mostrado "efectiva"

Chamizo considera que a tenor de los resultados de ese estudio, la ley ha sido "positiva" porque ha permitido la erradicación de la botellona "espontánea e incontrolada", algo que se cumple en Sevilla a medias porque si bien el aumento de la seguridad ha permitido en los últimos meses un mayor control de los mismos, hay diferentes zonas de la ciudad como el centro, el Paseo de Juan Carlos I o el Charco de la Pava donde los jóvenes que hacen botellona se reúnen cada fin de semana.

El Defensor del Pueblo se ha referido al caso concreto de Sevilla, donde al no existir un espacio autorizado para dicha práctica se han propiciado la celebración de "pequeños botellones" repartidos por la ciudad que crean "tensión entre la ciudadanía".

Interrogado sobre qué medida es más efectiva, si la implantación de "botellódromos" para derivar allí a los jóvenes o la erradicación total del consumo de alcohol en la vía pública, Chamizo ha considerado que depende de las circunstancias de cada ciudad y que "no hay una única respuesta válida", aunque cree que la creación de espacios está dando buenos resultados a la hora de conciliar el derecho a la diversión con el derecho al descanso.

"El objetivo -ha dicho- debería ser erradicarlo, salvo que los espacios se convirtieran en lugares de ocio en el que el consumo de alcohol no difiriera del asociado a un consumo no excesivo", ha señalado.

Chamizo, que ha recordado que muchos de los que acuden a los botellódromos son mayores de edad, se ha referido también a la crítica de los jóvenes hacia a las autoridades, a las que atribuyen la "hipocresía" de no querer habilitarles un espacio y sin embargo permitirles que beban en los bares y las discotecas.

En lo que no se ha mostrado especialmente eficaz la Ley Antibotellón es en la prevención del consumo de alcohol entre jóvenes, que sigue siendo "preocupante" en la franja de edad comprendida entre los 17 y los 26 años, según Chamizo, quien ha abogado una vez más por prohibirlo entre los menores de edad.

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