Sevilla pierde 7.400 residentes de la Unión Europea en su población extranjera desde 2010
Demografía
El Brexit no repercute en los habitantes que proceden del Reino Unido
El colectivo alemán reduce a la mitad su presencia
El crecimiento de la población en la provincia Sevilla se mantiene gracias a las inmigración
La inmigración se ha convertido en un freno a la pérdida poblacional que sufren muchas provincias españolas. Sevilla no supone una excepción a esta tendencia, ya que gracias a los habitantes de procedencia extranjera las cifras del padrón contienen esa bajada continuada, auspiciada por una merma en la natalidad que ya empieza ser alarmante. Dentro de este colectivo, no obstante, se han registrado desde el comienzo de la pasada década cambios significativos, que no son más que resultado de los vaivenes económicos y sociales sufridos en 12 años.
En 2010, la población extranjera de la provincia sevillana la componían 77.090 personas. En el padrón del 1 de julio de 2022, el más reciente publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que contiene dichos datos, tal cantidad se eleva a 80.150. No siempre se ha mantenido la tendencia alcista en este periodo. Así, en 2015, este colectivo se redujo a 68.504 integrantes, consecuencia directa de la crisis económica que se originó siete años antes y a las políticas de retorno activadas por muchos países de origen de los extranjeros.
Con los datos más recientes, los habitantes extranjeros representan un 4% de la población total de la provincia. Dentro del cómputo global, debe diferenciarse los distintos grupos que lo integran. Uno de los datos más interesantes en la variación registrada desde 2010 concierne a los residentes que proceden de la Unión Europea. A principios de la década pasada, el colectivo lo integraban 24.7241 personas. Pues bien, en 2022 la cifra se redujo a 17.327, es decir, 7.414 habitantes menos del marco comunitario que condiciona el ámbito legislativo, laboral, social y económico de España.
La pérdida en Málaga
La merma es extensible a toda España, donde a nivel estatal los extranjeros procedentes de la UE han reducido su presencia en 732.261 personas en dicho periodo. Dentro de Andalucía, destaca el caso de Málaga, la provincia en la que este grupo poblacional adquiere las mayores cifras. En 12 años los extranjeros han aumentado en 12.317 personas, cuatro veces más que en Sevilla. Sin embargo, los que proceden de países que conforman la UE han protagonizado una auténtica fuga. De los 161.604 empadronados en 2010 a los 92.944 de 2022, casi 70.000 menos, lo que supone casi multiplicar por diez la pérdida sevillana.
Existen múltiples factores que explican esta reducción, desde los puramente económicos a los políticos y sociales. Lo que queda claro es que ciertas provincias andaluzas -y España en general- han perdido poder de atracción para la ciudadanía comunitaria. Si se analiza por nacionalidad, se constatan cambios muy significativos. Así, los habitantes franceses han reducido su presencia, aunque se trata de una bajada hasta cierto punto muy moderada: 430 menos. En el caso de los italianos ha ocurrido lo contrario, aunque también de forma tenue: de 2.099 se ha pasado a 2.797.
Un ejemplo curioso lo protagonizan los alemanes, cuyo registro se ha reducido a la mitad estos 12 años. En 2010 en la provincia había empadronados 1.626 personas procedentes del país que por aquel entonces se denominaba la locomotora de Europa. En 2022 tal cantidad fue de 867, una de las mermas más acusadas.
Los efectos del Brexit
Otro grupo a destacar es el del Reino Unido, incluido en 2010 en el grupo de la Unión Europea y ahora dentro de los no comunitarios, tras el polémico Brexit. En la provincia de Sevilla este proceso no ha tenido alcance. Las cifras se han mantenido prácticamente igual: de 2.254 a 2.317. Cosa muy distinta es lo ocurrido en Málaga, donde los efectos del Brexit (entre otros motivos) se han notado bastante en su poblacion extranjera. De los 70.781 empadronados en 2010 a los 56.019 de 2022, o lo que es lo mismo, 14.762 menos. Se trata de un colectivo muy importante en esta provincia, atraído por la oferta de vida que presenta la Costa del Sol.
Dentro de los habitantes de la UE también debe mencionarse la comunidad rumana, que en 2010 se antepuso a la marroquí (actualmente el colectivo extranjero más importante en Sevilla). Aquel año estaban empadronados 10.903 rumanos y en 2022 lo hacían 8.015. Marroquíes y rumanos suponen el 9% de la población extranjera en la provincia.
No deben dejarse atrás otras nacionalidades que han ganado peso en el padrón, como China, con un incremento de casi 2.000 habitantes, y Venezuela, un país donde la crisis política ha provocado que se tripliquen las cifras de su población en Sevila, al pasar de 1.057 en 2010 a los 3.733 de 2022.
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