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Sevilla se prepara para posicionarse como destino botánico

Medio Ambiente | Protección de parques y jardines

El Ayuntamiento elabora el catálogo de árboles singulares que, además de proteger a estos ejemplares, persigue situar a la ciudad como un referente de la jardinería

La ciudad dispone de 22 metros cuadrados de zona verde por habitante

Las jacarandas en la Pasarela. / Juan Carlos Muñoz

La ciudad de los naranjos aspira a convertirse en un destino botánico de primer nivel. Sevilla cuenta con una masa arbórea de unos 400.000 ejemplares, entre los que se encuentran especies muy interesantes y árboles singulares que se quieren utilizar para atraer al turismo botánico, principalmente de Reino Unido. Ése es una de las consecuencias que tendrá la elaboración por parte del Servicio de Parques y Jardines del Catálogo de árboles singulares y grandes ejemplares de la ciudad de Sevilla, que además de garantizar su mejor conservación, permitirá crear itinerarios botánicos por toda la ciudad para atraer a los amantes de la jardinería de todo el mundo.

Desde el llamado naranjo de Pedro I en el Alcázar, el ombú de Hernando Colón de la Cartuja, a los ejemplares plantados con motivo de la Expo 92, Sevilla cuenta con una gran cantidad de árboles y especies singulares que se incluirán en ese catálogo para su salvaguarda y protección, cuya elaboración emana del Plan Director del Arbolado de Sevilla. En la actualidad, no existe un listado oficial que identifique estos ejemplares diseminados por toda la ciudad. Por lo tanto, la primera de las herramientas necesarias es la creación de este documento que recoja los árboles dignos de ser incorporados.

El objetivo estratégico no sólo contempla la identificación de árboles, palmeras y arboledas que cumplen los criterios en la actualidad para su catalogación, sino que incorpora una categoría específica para aquellos en los que se reconoce un evidente potencial de llegar a cumplirlos, con objeto de realizar un seguimiento de su evolución y comenzar a tomar medidas especiales. Se integran en el grupo de especial seguimiento o interés.

De los, aproximadamente, 400.000 árboles que hay en Sevilla, Fernando Mora-Figueroa, director general de Medio Ambiente y Parques y Jardines, calcula que se podrán catalogar más de un millar: “El catálogo nos servirá para identificar estos árboles y saber dónde están y así poder darles un nivel adecuado de protección. Esto tiene, además, un importante atractivo turístico y botánico porque se pueden crear una serie de itinerarios”.

La jacaranda blanca que se encuentra en los jardines del Rectorado. / Juan Carlos Muñoz

Para ello, a través de la Oficina Española de Turismo (OET) de Londres se han mantenido contactos para promocionar Sevilla como destino botánico sobre todo entre los aficionados a la jardinería del Reino Unido a través de sus asociaciones botánicas, según informó el Ayuntamiento a este periódico. En Londres radican algunas de las instituciones más prestigiosas del mundo, entre ellas la South London Botanical Institute, el Botanic Gardens Conservation International y el Royal Botanic Gardens Kew.

Desarrollar un producto turístico de este tipo, subrayaron desde el Consistorio, cuadra con las propuestas de diversificación de la oferta del Plan8 de impulso turístico de Sevilla y en un mercado, el británico, que está entre los prioritarios en la estrategia turística de Turismo de Sevilla. El público objetivo (amantes de la jardinería) es de alto poder adquisitivo y cultural y Sevilla es destino de primer orden gracias a sus jardines y parques históricos y los jardines del Real Alcázar, conocidos en todo el mundo gracias, por ejemplo, por haber sido escenario de la grabación de la popular serie Juego de Tronos.

El catálogo de árboles singulares será también especialmente importante porque alrededor de un 35% de los árboles de la ciudad no son de gestión municipal, es decir, se encuentran en recintos privados y la salvaguarda y protección corresponde a sus titulares.

La Plaza del Cristo de Burgos. / Víctor Rodríguez

El documento tendría un carácter abierto, puesto que a lo largo del tiempo se podrían incorporar nuevos ejemplares. Además, prevé que no se incluyan sólo unidades, sino conjuntos de árboles que es necesario proteger y realzar por la estética y la imagen que proyectan de la ciudad. Como ejemplos se pueden citar el conjunto monumental de la Plaza del Cristo de Burgos, con especies muy interesantes; o las jacarandas que lucen en el entorno de la Pasarela, cuya floración en esta época deja unas imágenes espectaculares y son de importancia desde el punto de vista no sólo botánico, sino también patrimonial.

Naranjo que, según la tradición, plantó Pedro I. / M. G.

Entre los árboles singulares que se incluirán en el catálogo hay algunos muy conocidos. Uno es el llamado Naranjo de Pedro I. La tradición atribuye al Rey Don Pedro el haber plantado el naranjo más antiguo que se conserva en los jardines del Real Alcázar de Sevilla, situado cerca del Pabellón de Carlos V. Esta tradición, transmitida oralmente de generación en generación, no parece aventurada, por lo cual este naranjo amargo, plantado hacia la mitad del siglo XIV, tendría más de seis siglos de existencia, edad posible para un árbol que puede ser muy longevo. En este mismo espacio hay otro naranjo que cuenta la leyenda que fue plantado por Carlos V e Isabel de Portugal con motivo de su enlace matrimonial, celebrado en el Alcázar el 11 de marzo de 1526. Este hecho no se ha podido verificar, pero sí científicamente que un naranjo ubicado junto al Cenador de la Alcoba data de principios del XVI.

El Magnolio que se encuentra en la esquina suroeste de la Catedral es otro árbol que estará en el catálogo. En los últimos meses el Ayuntamiento ha realizado importantes esfuerzos para que el ejemplar recupere el vigor perdido desde el año 2007, cuando la reforma integral de la Avenida le dejó prácticamente sin espacio.

Entre otros muchos, también hay que destacar el ombú que se encuentra en el monasterio de Santa María de las Cuevas de la Cartuja, plantado por Hernando Colón, hijo del almirante; un ejemplar único de jacaranda blanca que hay en los jardines del Rectorado de la Universidad de Sevilla, trasplantado hace unos años desde la Palmera; o los cipreses del ex convento de la Paz, sede de la Hermandad de la Sagrada Mortaja.

El magnolio de la Catedral. / Juan Carlos Muñoz

La intención del Ayuntamiento es que todos estos árboles cuenten con una señalización propia para que las personas puedan conocer la información sobre ellos en el mismo lugar en el que se encuentran o a través de la página web.

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