Sevilla se queda sin cónsul honorario de Rusia tras la muerte de Héctor Morell

Sevilla se queda sin cónsul honorario de Rusia tras la muerte de Héctor Morell
Sevilla se queda sin cónsul honorario de Rusia tras la muerte de Héctor Morell
Francisco Correal

17 de agosto 2008 - 05:03

El doctor Zhivago no llegó a tiempo. Héctor Morell Villette (Sevilla, 1932) murió el pasado 14 de agosto en su casa de Gines, a la que regresó desde la Cala de Mijas en la que disfrutaba de sus vacaciones. No era un empresario al uso. Un caso singular que iba transformando sus labores en pasiones. Así fue como llegó a las palabras más importantes de su currículum: alcornoque y Rusia.

Bisnieto de corcheros del Ampurdán, su padre, Luis Morell, fue el primero que llegó a Sevilla. Héctor Morell representa por tanto la cuarta generación de este gremio. Fue presidente de los corcheros andaluces y también los representó en el ámbito nacional. Licenciado en Física y Química, la ONU le encargó un ambicioso proyecto de desarrollo del corcho en Argel.

De su dedicación al corcho, de la que dejó constancia presidiendo la Asociación de Preparadores e Industriales del Corcho de Andalucía (Apica), pasó a su defensa del alcornoque, convirtiéndose en abanderado del bosque mediterráneo y denunciando la deforestación de ese árbol legendario. En febrero de 2000 se convirtió en primer presidente de la Fundación Andaluza del Alcornoque y el Corcho (Falcor). Puso énfasis en los desequilibrios: que Andalucía fuera la primera productora nacional de corcho y la última manufacturera, en beneficio de la Cataluña de sus ancestros; o que el descenso de la producción coincidiera con un incremento de la demanda del producto estrella, tapones de corcho para vinos de calidad.

Igor Ivanov, que había sido embajador de Rusia en España, lo nombró en 2001 primer cónsul honorario de Rusia en Sevilla, con competencias sobre toda Andalucía menos Almería. Siendo presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla, en plena Expo este organismo abrió una oficina de intercambio comercial en Moscú. Cuando cerró, fue Morell quien se fue a descubrir el mercado ruso. Presidió la Unión de Empresarios Andaluces Exportadores e Importadores a Rusia. Pasaba la mitad del año en aquel país y en torno al vino como señuelo estableció un marco de relaciones entre Rusia, España, Argentina, Chile y Brasil.

Deja cuatro hijas: Carmen, Luisa, Esther -actual presidenta de los corcheros andaluces- y Jetzabel. Y nueve nietos: el mayor, Héctor Luis, de 26 años, gestiona una empresa de turismo con destinos rusos. Más de dos mil rusos andaluces se quedan sin un referente.

stats