Casi un tercio de los hogares sevillanos estará habitado por una sola persona en 2037
Demografía
El 60% de las unidades familiares tendrá menos de dos miembros
Las viviendas unipersonales superarán la barrera de las 200.000 en la provincia
Las de familias con cinco miembros se reducirán en 9.000
Málaga alcanzará a Sevilla en población dentro de 15 años
Vivir solo es una tendencia al alza en Sevilla. El número de hogares unipersonales tiene cada vez mayor presencia en la provincia, un modelo que tendrá fuerte implantación dentro de 15 años, cuando suponga casi un tercio de las viviendas sevillanas. Frente a este formato se encuentra el de las familias numerosas, que irá perdiendo peso en ciudades y pueblos debido, principalmente, a la caída de la natalidad y a todos los factores que la provocan.
Hace tiempo que los hogares unipersonales dejaron de ser un modelo minoritario en la sociedad sevillana. Raro es el bloque de pisos o barrio residencial donde el número de viviendas habitada por una sola persona no vaya en aumento. Un hecho que no pasado desapercibido para las promotores, que cada vez hacen más hueco en sus proyectos a inmuebles pensados para un solo inquilino.
Las cifras aportadas por el informe de Proyección de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) avalan dicha tendencia. El estudio vaticina la evolución de los distintos tipos de viviendas (según el número de integrantes) hasta 2037. En este periodo el modelo que más crece es el hogar unipersonal. Si en este 2022 dicha modalidad la integran 175.397 unidades, dentro de 13 años lo harán 235.656, es decir, 60.259 más, lo que en términos porcentuales se traduce en un aumento del 34%.
Grupos cada vez más pequeños
En cifras globales, el número de hogares en la provincia llegará a los 829.181 en 2037, frente a los 745.287 actuales. Por tanto, habrá 83.894 más. Esta subida hay que ponerla en relación con los datos que también ofrece el INE sobre proyección poblacional. Dentro de 15 años, Sevilla contará con 1.998.952 habitantes, esto es, 38.700 más que ahora, un crecimiento que queda muy por debajo al del número de hogares. Esta importante diferencia evidencia la fuerte tendencia de la población por tipos de agrupamientos cada vez más reducidos o unipersonales. No en vano, esta última opción llegará a suponer el 28,4% de los hogares sevillanos, casi un tercio de ellos. Actualmente representa el 23,5%. Cifra ya bastante considerable.
El segundo modelo de hogar cuyo presencia más aumentará en la provincia los próximos años es el integrado por dos personas, con 52.383 unidades más, hasta llegar a las 260.009. Supondrá la principal modalidad. Sumados a los unipersonales representaán casi el 60% de los hogares sevillanos, más de la mitad.
Las familias numerosas, en declive
Los de tres personas sólo subirán en 1.110, hasta situarse en 160.744, mientras que la gran pérdida se registrará en los de cinco personas. De los 49.692 de 2022 a los 40.225 de 2037, cuando no lleguen a representar ni un 5% del total. Una debacle que se traduce en la presencia cada vez más minoritaria que tendrán las familias numerosas en la sociedad sevillana y a la que no parece que logren hacer frente las distintas ayudas y programas puestos en marcha por las administraciones públicas, entre ellas, la ampliación de bajas laborales por paternidad y las políticas de conciliación familiar.
Si se echa la vista atrás, se evidencia el importante cambio social que ha experimentado Sevilla en este aspecto, donde la tendencia a conformar grupos familiares pequeños resulta muy notoria, especialmente desde que comenzó el siglo XXI. En 2002 (el dato más antiguo de la serie), en plena época de efervescencia económica y auge inmobiliario, el número de hogares unipersonales era de 95.065 (dos décadas después supera los 175.000), el de los conformados por dos personas se quedaba en 122.000 y el de los integrados por cinco miembros alcanzaba los 89.000 (casi el doble que en la actualidad). Por tanto, y atendiendo a la proyección del INE, en 35 años los hogares habitados por una única persona habrá incrementado su presencia en la provincia sevillana un 150%, con 140.000 más en estas tres décadas. Vivir solo es una opción que se consolida en una sociedad cada vez más individualista.
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