Sevilla cuenta ya con el primer equipo móvil para la atención precoz de ictus
Salud
El proyecto piloto coordinado por EPES-061 y el Hospital Virgen del Rocío acorta tiempos para mejorar la supervivencia y evitar secuelas.
La primera UVI móvil diseñada para la asistencia precoz del ictus ya ha comenzado a funcionar en Sevilla en un proyecto piloto que previsiblemente se extenderá a otros equipos móviles de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES-061) en Andalucía. El proyecto de investigación, coordinado por las doctoras Auxiliadora Caballero, médico de emergencias sanitarias, y Dolores Jiménez, jefa del servicio de Neurología del Hospital Virgen del Rocío, se desarrolla desde hace dos años con un intenso trabajo centrado en incorporar nuevas tecnologías a una UVI móvil del 061, con financiación procedente del Instituto Carlos III.
Durante los próximos meses los responsables de este proyecto analizarán los resultados del nuevo sistema, único en el ámbito estatal, que se basa en la conexión, a través de videoconferencia, entre el equipo de emergencias sanitarias y el neurólogo de guardia en el Hospital Virgen del Rocío. Mediante la integración de los sistemas informáticos de EPES y del centro hospitalario, los profesionales del 061 acceden a las historias clínicas de los pacientes a través de tabletas digitales de última generación que también incorporan cámaras para que el neurólogo, desde el hospital, pueda comprobar la situación del paciente, a través de una videoconferencia. En la propia ambulancia el equipo del 061 también puede realizar análisis de sangre al enfermo mediante un bioanalizador, un dispositivo que en pocos minutos obtiene los resultados.
Con este sistema, ante un posible ictus, "este nuevo equipo móvil tiene capacidad para realizar un diagnóstico precoz y realizar pruebas al enfermo para acelerar al máximo la respuesta asistencial y el tratamiento", explica la doctora Caballero.
Una vez que llega al hospital, que ya está advertido de un caso de ictus, el enfermo es sometido de manera inmediata a un TAC, prueba diagnóstica necesaria para que los especialistas seleccionen el mejor tratamiento. Con ello se acortan los tiempos y el afectado pude recibir terapia de una manera precoz. Se estima que los tratamientos farmacológicos para eliminar los coágulos que provocan las obstrucciones y el ictus son eficaces en las cuatro horas y media tras los primeros síntomas.
Ante un ictus, el tiempo corre en contra de la vida del enfermo, de modo que cuanto antes se inicie el tratamiento para eliminar la obstrucción que ha provocado el infarto cerebral, mejores serán las posibilidades de supervivencia. El tiempo de respuesta es crucial porque las neuronas mueren y son irremplazables en apenas cuatro minutos sin oxígeno suficiente.
Los ictus son graves problemas cerebrovasculares con una incidencia al alza y que provocan gran invalidez. Para una atención precoz es necesario que el afectado se ponga en contacto con emergencias sanitarias ante los signos de alerta de un posible ictus, como son hormigueo en los miembros, alteraciones en la visión y en el lenguaje o signos de desviaciones en la cavidad bucal.
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