Sevilla en la capital del 'lobby'
puntadas con hilo
Espadas, uno de los cuatro alcaldes españoles presentes en el Comité de las Regiones de la UE, engorda su agenda europea en busca de financiación.
Puente de la Inmaculada en Sevilla. La ciudad llena de turistas y una oferta que va desde las luces y la música navideña a los besamanos y los clarines. Días de gozo y laudes. Un puente que el ex alcalde Zoido aprovechaba para pasear con su familia, ver algún nacimiento y comprar dulces de las monjas en el Alcázar. Espadas, ahora y antes de ser alcalde, se deja poco ver en esa clave cercana. Su foto del puente habría que haberla buscado en Bruselas, después de que la semana pasada estuviera de anfitrión en Sevilla en la cumbre del Brexit.
En la capital del lobby el alcalde lleva desde hace unos meses intentando situar a Sevilla en el mapa de Europa. Más bien, en la carta que manejan los que deciden la financiación de los proyectos. Y ahí anda Espadas, entablando relaciones con políticos y técnicos. Con los directores generales de la Unión Europea, que son a fin de cuentas quienes parten el bacalao de los fondos europeos. ¿Y en calidad de qué?, se preguntarán algunos.
Sevilla es una de las cuatro ciudades españolas que cuenta con un miembro en el Comité de las Regiones de Europa. Las otras son Santander, Vigo y Guadalajara. Estos cuatro alcaldes tienen la oportunidad de participar formalmente en la elaboración de la legislación de la UE, que repercute directamente en las regiones y ciudades. Y ésa es la razón por la que estos días Espadas se ha estado pronunciando sobre la necesidad de revisar la estrategia europea de turismo y fondos para el desarrollo, entre otros temas como la migración y los sistemas de asilo.
¿Y qué gana Sevilla con esto? Como político, el alcalde no pierde la oportunidad en estos foros de denunciar la falta de competencias y recursos transferidos por un Estado que no da instrucciones ni coordina cuando surgen circunstancias urgentes en Europa, como la crisis de los refugiados. Pero, discursos políticos aparte, esta representación lo que permite al regidor es recabar ideas sobre líneas de entrada de posibles proyectos en la UE y crear una agenda de contactos directos. Espadas siempre ha mantenido que a Europa se le podía sacar mucho más jugo. No sólo él, ya Zoido, nada más ser investido como alcalde, prometió la creación de una oficina para captar fondos europeos, de la que poco más se supo luego.Por eso ahora a Espadas no le basta con apuntarlo, tendrá que demostrarlo. De momento, el socialista sólo lleva dos meses en dicho organismo de la UE, donde es miembro, además, de las comisiones Coter de política de cohesión territorial y presupuesto de la UE y la ENVE de medio ambiente, cambio climático y energía. Ya tanteó en primavera las posibilidades tanto de financiación del Banco Europeo de Inversiones como de fondos del Plan Junker para temas con el marchamo de sostenibilidad.
En estas cuestiones, las medioambientales, Espadas parte con ventaja. A su anterior etapa en la Junta, donde ya trabajó esos temas, se le suma que haya sido nombrado hace ahora un año presidente de la Red de Ciudades por el Clima, adscrita a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Esa condición lo llevó a finales del año pasado a París, donde participó en la cumbre de ciudades por el clima, y más recientemente, hace sólo unas semanas, a Marrakech.
Cambio climático y cambio en la forma de gobernar. Ya llevaba dos años de mandato cuando Zoido y su equipo descubrieron a míster Pyme, como le apodaban en los pasillos del Parlamento europeo. Daniel Calleja, el ahora director general de Medio Ambiente de la UE, se reunió con una delegación sevillana en un viaje de promoción que Zoido hizo a la Eurocámara en julio de 2013. Luego devolvió la visita a Sevilla. Pero al PP no le dio tiempo, eso dice el ex alcalde, de conseguir que esos contactos se materializaran. Cuando hace unos meses se confirmó que Sevilla recibirá una lluvia de 15 millones de euros en fondos europeos para la zona norte y la Macarena ya el copyright del proyecto era del PSOE.
Espadas lleva tiempo trabajándose su agenda europea, en la que están Calleja y otros directores generales y europarlamentarios. Hay una que se cuenta y otra que no. El gobierno local tiene un banco de proyectos que intenta colocar. Ya ha iniciado los trámites para ampliar el tranvía de San Bernardo hasta Santa Justa y el alcalde confía en conseguir fondos europeos para ello. Entonces se verá si ha sido o no capaz de colocar a Sevilla en el mapa de la financiación europea.
Retales
Un ministro con mucho sentido del humor
Que Juan Ignacio Zoido tiene mucho sentido del humor es algo que a nadie sorprende en Sevilla y su entorno. En Madrid, tras aterrizar como ministro del Interior, ya hay quien está alabando este semblante. Pero en las redes sociales empiezan a surgir chistes que tienen como protagonista al ex alcalde, que no pierde oportunidad para demostrar que es el mismo tipo cercano y simpático que saluda igual al ujier que al secretario de Estado. Zoido sabe reírse de su propia sombra y eso es saludable. Pero, ojo, el problema es que la sonrisa derive en mofa. El desembarco de sevillanos en Interior, incluso antes de que ninguno haya abierto el pico, da pie a algunos de la capital para hacer más de una broma fácil. Y ni Zoido ni ninguno de los que lo han acompañado deberían servir en bandeja esta opción. El humor también tiene sus claves, como su tiempo y su espacio.
Más espacio para el peatón en Madrid ¿sólo?
El gobierno de Manuela Carmena ha desatado la polémica en Madrid al cerrar parte de la Gran Vía al tráfico, un espacio ganado para los peatones en estas fechas navideñas. ¿A nadie le suena eso? En Sevilla fue el gobierno de izquierdas presidido por Monteseirín, en coalición con la IU de Torrijos, quien puso en marcha esa medida. Y, lejos de que la gente huyera despavorida, no pasa un año sin que el centro esté colapsado nada más encenderse la primera bombilla del alumbrado navideño. O sea, que nada es nuevo. Lo que ocurre es que Madrid no es Sevilla y todo lo que en la capital ocurre tiene más eco, más altavoces, sobre todo, ahora que es un partido de los llamados emergentes el que gobierna allí. La medida no es un invento de Podemos. Es más, aquí funcionó y, se puede demostrar, no se ha cargado la Navidad.
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