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Sevilla aparca por el momento la ampliación de su Patrimonio de la Humanidad

Todos los esfuerzos se centran en la candidatura de Itálica

La Torre del Oro, el Puerto de Indias o la Plaza de España, serían firmes apuestas

La Torre del Oro, vigía de Sevilla desde hace 800 años. / Juan Carlos Vázquez

Una intención recurrente que, por ahora, se aparca. Sevilla cuenta con tres monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987: la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias, forman parte de ese selecto club que otorga un lustre especial a los enclaves y que se traduce en una mayor difusión y conocimiento a nivel global, unas condiciones de conservación mucho más cuidadas y exigentes, y en un numero de visitas que se eleva a varios millones cada año. Pero la ciudad puede, y debe, aspirar a más porque su extenso y valioso patrimonio de los permite. El conjunto histórico, la Torre del Oro y el antiguo Puerto de Indias, la Plaza de España y su original arquitectura regionalista, o las iglesias mudéjares, bien podrían aspirar a ser Patrimonio Mundial de la Unesco. Pese a este enorme potencia, el Ayuntamiento descarta ahora una iniciativa a medio plazo.

A lo largo de la última década desde el Ayuntamiento, sus diferentes corporaciones han mostrado la intención de retomar la carrera del Patrimonio Mundial. Se ha hecho siempre de palabra. Sin la intención de abrir expediente alguno e iniciar un proceso que es largo, laborioso y nada sencillo, ya que debe existir un consenso de país, al presentar y defender cada Gobierno una sola propuesta. Hace una semana se conocía que Madrid pasaba el examen de la Unesco y que el Paseo del Prado y el Retiro pasaban a engrosar la lista del Patrimonio Mundial, no sin cierta polémica, y esgrimiendo como unos de los argumentos principales que se trata del primer paseo ajardinado público de Europa, exportado a diversas ciudades de Europa y América. Un honor del que también presume la Alameda de Hércules de Sevilla, hoy muy degradada e irreconocible, cuya construcción se debe al Conde de Barajas en 1574.

La experiencia de Madrid, que ha conseguido la declaración a la primera, lleva a preguntar el por qué Sevilla no se embarca en una ampliación de su Patromonio Mundial al contar unos argumentos de mucho peso. El alcalde, Juan Espadas, se refirió a este asunto en el año 2019. Sólo fue una declaración de intenciones, pero se identificó el conjunto histórico, uno de los más extensos de Europa; y la Torre del Oro y su entorno, como posibles candidaturas.

La Torre del Oro, enclavada en el antiguo Puerto de Indias. / D. S.

No era la primera vez que se ponía sobre la mesa a la Torre del Oro, construcción almohade transformada por Alfonso X el Sabio, que este año ha cumplido 800 años de antigüedad. Vigía del Guadalquivir y testigo de mil y una gestas, la celebración del 500 aniversario de la Primera Vuelta al Mundo, efemérides que se cumplirá en 2022, habría sido la excusa perfecta para que se presentara una candidatura a Patrimonio Mundial del antiguo Puerto de Indias. Una declaración que incluiría el barrio del Arenal, las Atarazanas Reales, la Torre de la Plata o el Hospital de la Caridad.

Contraluz de la Torre de la Plata recortada en el cielo. / Antonio Pizarro

Desgraciadamente, el Ayuntamiento no impulsó esta iniciativa y ahora, como expusieron a este periódico fuentes municipales, es algo que no se prevé a medio plazo. Desde el Consistorio reconocen que ha habido varios planteamientos durante los últimos años, y son proyectos que están abiertos. Pero advierten las dificultades para llevarlo a buen puerto, porque se requiere de un acuerdo previo entre todas las administraciones para presentar sólo una candidatura a nivel nacional. Se ha optado, afirman, por centrar todos los esfuerzos en apoyar la candidatura de Itálica. Mientras tanto, se seguirá trabajando de forma que en cuanto se consiga el sueño de Itálica, se pueda iniciar la siguiente carrera para aumentar la declaración de Patrimonio Mundial de Sevilla.

Lo cierto, es que tras la antigua ciudad romana, cuna de los emperadores Trajano y Adriano, ya se ha posicionado la ciudad de Carmona, como informó este periódico hace unos días. Las aspiraciones de Sevilla capital, por tanto, tendrán que ser aparcadas durante muchos años.

Puerta de Sevilla de Carmona. / Juan Carlos Muñoz

Otro monumento que puede formar parte del patrimonio de la Unesco es la Plaza de España. Se trata del mayor y el mejor exponente de la arquitectura regionalista de la ciudad. Diseñada por el arquitecto Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, es uno de los monumentos más visitados de Sevilla, sino el que más. Además, cuenta ya con importantes reconocimientos a nivel mundial y ha sido escenario de la grabación de numerosas películas, como la segunda parte de la popular saga de Star Wars.

El anterior alcalde, Juan Ignacio Zoido, ya deslizó esta idea en el año 2013 en su intervención en el Encuentro Internacional de Arquitectura Contemporánea en Ciudades Históricas. Aquellas palabras tampoco pasaron de una vaga declaración de intenciones.

Vista aérea de la Plaza de España, joya del regionalismo sevillano. / José Ángel García

El valor del mudéjar

Sevilla cuenta con un gran número de construcciones mudéjares, fundamentalmente religiosas. El arquitecto Honorio Aguilar propuso formalmente al Ayuntamiento en el año 2017 tramitar su declaración como Patrimonio de la Humanidad. La luz era en su origen el elemento definidor de estos espacios, como detallaba el arquitecto en su tesis doctoral Iluminación natural y soleamiento en las iglesias mudéjares de Sevilla. En Sevilla quedan en pie un buen número de aquellas iglesias primitivas que se construyeron tras la Reconquista mezclando la arquitectura cisterciense con las aportaciones de los artesanos locales. Son las denominadas iglesias alfonsíes, de las últimas décadas del siglo XIII y primera mitad del XIV, así como las reconstruidas tras el terremoto de 1356, por lo que la mayor parte datan de la segunda mitad del siglo XIV. Los dos ejemplos más importantes son Omnium Sanctorum y Santa Marina, pero también se pueden señalar San Esteban, San Vicente, San Pedro, San Marcos o San Andrés, donde se pueden encontrar todavía casi todos los elementos originales.

La parroquia de Omnium Sanctorum. / D. S.

Además de la arquitectura religiosa, en Sevilla hay grandes ejemplos de edificios civiles de estilo mudéjar, como el palacio del Rey Don Pedro del Alcázar y la Casa de Pilatos, el palacio de los Marqueses de la Algaba, la Casa de Olea, la Casa de los Pinelo, o las Dueñas. Aunque gran parte de estos edificios son construcciones del XVI y XVII, se realizan con elementos del lenguaje mudéjar, como ocurre en la mayoría de los conventos sevillanos. También son ejemplos de la arquitectura gótico-mudéjar los humilladeros de la Cruz del Campo o San Onofre.

La espectacular Casa de Olea de Sevilla. / Antonio Pizarro

Como el Real Alcázar ostenta ya la catalogación de Patrimonio Mundial, Aguilar sugería que la tramitación más efectiva consistiría en extender la declaración actual del Alcázar de Sevilla al resto de los edificios mudéjares existentes.

El mudéjar, la Plaza de España, la Torre del Oro y el Puertos de Indias, son apuestas ganadoras en una ciudad con un patrimonio tan abundante. Sólo falta que el Ayuntamiento apueste decididamente para que Sevilla aumente su Patrimonio Mundial.

Itálica prevé presentarse ante la Unesco en 2023

La candidatura de la antigua ciudad romana de Itálica, en la localidad de Santiponce, a Patrimonio Mundial de la Unesco nació en el año 2017. Un hito diferencial es que es la primera vez que una iniciativa así es impulsada desde la sociedad civil, como la asociación Civisur a la cabeza. Desde entonces es mucho y bueno el trabajo que se viene desarrollando para que la cuna de los emperadores Trajano y Adriano obtenga este reconocimiento.

En el año 2019, la candidatura de Itálica se incorporó a la llamada Lista Indicativa, un hito muy importante en esta carrera de fondo. Actualmente está en marcha la redacción del Expediente de Defensa de la Candidatura. Este extenso y profundo documento caracterizará a la ciudad romana y resaltará sus valores para que pueda ser incorporada a la lista del Patrimonio Mundial.

Una vez terminado el expediente, el próximo año se entregará a la consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, que es la institución que lo debe remitir al ministerio de Cultura, donde será defendido por dos equipos diferentes. De ahí, ya en el año 2023, llegará el momento clave con su defensa ante la Unesco.

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