Sevilla da un paso adelante para crear su proyecto metropolitano
El apoyo es unánime ante la necesidad de configurar administrativamente este área, pero se necesita el respaldo autonómico
Espadas dice que lo intentará y descarta nuevas estructuras
Es la gran asignatura pendiente de Sevilla: la generación de un proyecto metropolitano. Y el equipo de gobierno de Juan Espadas quiere intentar aprobarla, considerando que, ahora más que nunca, es una herramienta clave en el proceso de recuperación económico y social que hay que emprender para salir de la crisis del Covid-19.
De entrada, el Ayuntamiento de Sevilla, junto con la Junta de Andalucía, el Gobierno central, la Diputación provincial y una amplia representación del tejido económico y social de la ciudad, presentó ayer oficialmente una alianza público-privada para la reactivación de la ciudad ante la crisis del coronavirus que ha adaptado a la nueva realidad las líneas del Plan Estratégico de 2030. Y en este documento se recoge, entre otras 200 medidas, la prioridad de trabajar en esa escala metropolitana.
Como primeros pasos, se ha aprobado la elaboración de un plan estratégico que sea hoja de ruta para Sevilla y los ayuntamientos de este entorno, así como medidas para mejorar la movilidad sostenible en el área y planes específicos para polígonos que fomenten la economía circular. Y se da también luz verde incluso a la creación de una Oficina de Planificación Estratégica de ámbito metropolitano.
Este compromiso firme necesita, no obstante, del respaldo de la comunidad autónoma, que es quien tiene las competencias plenas para hacerlo realidad y evitar que se quede, como ya ocurrido en otros mandatos, en una mera declaración de intenciones. Pero haber incluido el proyecto en el Plan Estratégico que ha logrado un amplio respaldo social se presenta, de entrada, como un elemento imprescindible para hacer fuerza y lograr lo que ya otras ciudades tienen, esa consideración metropolitana, como es el caso de Barcelona, Madrid o Valencia. Este proceso tiene una fase de configuración territorial que no se ha abordado. El área metropolitana existe en el ámbito de la planificación y organización del territorio, pero no en el administrativo. “Y lo vamos a intentar”, asegura Espadas.
En este marco del Plan Estratégico se van a dar los primeros pasos. “Y si esto es capaz de cuajar en algo que tenga cuerpo, deberíamos convertirlo en energía positiva en el Parlamento andaluz para conseguir que el proyecto metropolitano sea una realidad”, reiteró Espadas, confiando en que esta alianza plasmada en el papel no se quede “en un buen documento técnico con un bajo nivel de ejecución”.
El potencial de Sevilla como urbe no se entiende sin la consideración de su área metropolitana en un momento donde las delimitaciones administrativas tradicionales son cada vez más irrelevantes a la hora de buscar respuestas a los grandes objetivos de desarrollo. Así, sí bien Sevilla ha perdido población desde 2014, un 1,2%, mientras todas las grandes ciudades españolas han crecido, si se tiene en consideración su área metropolitana la tendencia se invierte y es Sevilla la que más ha crecido en lo que la Unión Europea denomina LUZ (large urban zone), un 9,2%, más del doble que Madrid, por ejemplo, mientras que hay otras urbes medianas como Zaragoza donde el crecimiento es negativo. Sevilla, de hecho, se ha convertido en la segunda capital de España, después de Barcelona, con mayor presión demográfica en su área de influencia.
Según se recoge en el documento estratégico, “la mejora de las infraestructuras hace posible que la vida de las personas en un radio de unos 30 minutos de Sevilla este íntimamente ligada a la ciudad”. La economía, el tráfico, la sostenibilidad, el transporte público, incluso las necesidades de formación, empleo y hasta los servicios sociales en Sevilla están muy condicionados por la realidad de la corona metropolitana, a favor y en contra. Ese territorio al que se alude tiene más población que la ciudad, pues conforma un área con más de 1,5 millones de personas, la cuarta más importante de España después de Madrid, Barcelona y Valencia, lo que justifica la creación de esa “gobernanza metropolitana”.
El consenso político y social existe; el primer paso se ha superado, pero ahora falta darle forma a ese área metropolitana. No se piensa, de momento, en una nueva estructura, que no se entendería en una coyuntura donde hay que adelgazar los costes de la administración. La autoridad única de la Gran Sevilla es un proyecto que se enterró, pero sí de mayor coordinación, servicios e infraestructuras compartidas para que el área metropolitana funcione como una única ciudad más sostenible y competitiva.
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