Cómo funciona una parada de autobús bioclimática
Universidad
Se componen de un tanque de agua depurada, sensores y placas solares
Sevilla tendrá en 2024 este tipo de paradas de autobús bioclimáticas con 20 grados menos
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Esperar al autobús en plena canícula es realmente una actividad cuanto menos de lo más sufrida, y si ya es en plena ola de calor, hay que tener algo más de paciencia para soportar la espera. Para solventar este problema la tecnología viene al rescate.
Ahora un grupo de Investigadores del grupo Termotecnia de la Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Sevilla (US) ha diseñado una parada de autobús bioclimática que reduce hasta 20 grados la temperatura de su entorno, de forma que las personas que albergue estén más cómodas y seguras ante la adversidad climática.
El prototipo, que se instalará en Sevilla en 2024, está ideado como un refugio climático y ejercería su función de enfriamiento durante las horas más calurosas, según ha informado la Fundación Descubre en un comunicado.
Cómo funciona una marquesina bioclimática
Esta marquesina funciona mediante radiación térmica, esto es, una forma de transferencia de calor o frío que ocurre cuando un objeto emite ondas electromagnéticas debido a su temperatura.
"No es como un aire acondicionado, que produce aire frío; sino que la propia estructura de la parada emite frescor, como ocurre con los frigoríficos", ha explicado el investigador de la US José Sánchez.
Está compuesta por un tanque subterráneo donde se almacena agua depurada, conectado a la propia marquesina mediante tubos que recorren su interior y hasta el techo, lugar donde hay instalados sensores y placas solares. Posee un sistema de autosuficiencia que produce electricidad y agua fría, además de una serie de sensores que perciben la temperatura exterior, la presencia humana y el clima del entorno, de modo que "toma decisiones" de forma autónoma, por lo que detendría su funcionamiento en caso de que bajaran las temperaturas.
El proceso nocturno, clave
Los expertos explican que, por la noche, el agua del tanque asciende hacia las placas solares, se enfría y retorna al tanque subterráneo, donde se almacena y mantiene el frescor. Cuando la parada detecta mediante sus sensores la presencia de una o varias personas, activa su sistema de enfriamiento y el agua recorre el interior de la estructura, expulsando el frío por el metal de la marquesina mediante unos poros muy pequeños, del tamaño aproximado de un garbanzo.
Durante el día, los paneles fotovoltaicos acumulan la energía que impulsa el agua y el enfriamiento tiene una duración de 10 a 20 minutos, periodo máximo que un usuario suele esperar el autobús.
El prototipo está ideado como un refugio climático, de modo que ejercería su función de enfriamiento durante las horas más calurosas del verano en el sur, de 13:00 a 19:00 y "si la temperatura alcanza, por ejemplo, los 42 grados centígrados, la sensación térmica en el interior de la marquesina sería aproximadamente de 23", ha explicado José Sánchez.
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