La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Turismo
El boom de los apartamentos turísticos (AT) resulta imparable. Un auge que, por ahora, no conoce fin. Al menos, en la provincia de Sevilla, donde las cifras hacen prever que el negocio vaya a más durante este año, a tenor de los resultados de 2018. El pasado ejercicio se cerró con casi 2.000 AT, la mayoría de ellos situados en la capital andaluza. Este tipo de establecimiento extrahotelero hay que diferenciarlo de la vivienda con fines turísticos (VFT), que tanta polémica ha generado los últimos años y para la que el gobierno de Espadas exige que se apliquen los mismos requisitos que a los alojamientos que están sometidos a la ley de turismo, propuesta que ha provocado una gran división en el sector.
Antes de nada hay que diferenciar entre apartamento y piso turístico. El primer concepto (AT) está considerado alojamiento tradicional, junto con los hoteles, albergues y camping. Su oferta se incluye en un bloque de inmuebles que tienen la misma actividad. El segundo pertenece al de vivienda con fines turísticos (VFT) y, al contrario de los apartamentos, su oferta puede prestarse dentro de un conjunto residencial.
El informe más reciente del Instituto Nacional de Estadística (INE), con datos relativos a noviembre de 2018, concierne a los AT. El estudio refleja el importante crecimiento de su oferta en la provincia sevillana, donde la mayoría se concentra en la capital y, más en concreto, en el Casco Antiguo. Hasta la fecha señalada los turistas contaban con 1.906 apartamentos para alojarse, una cifra que se habrá superado con el cierre del año, por lo que a estas alturas estará cerca de los 2.000. Dicha cantidad se mantiene aún lejos de la que registra Madrid (con 4.000), pero su importancia se demuestra al compararla con la existente hace una década.
En noviembre de 2008 el número de AT en la provincia se reducía a 755, una cantidad que puede calificarse de pírrica si se tiene en cuenta la oferta de otras ciudades españolas. Valga el ejemplo de Granada, referente de turismo patrimonial andaluz junto con Sevilla y Córdoba. En la provincia granadina existían en aquel entonces 1.131 apartamentos con tales características, es decir casi 400 más que en la provincia de Sevilla. La diferencia aquel año era aún mayor con Madrid (2.680) y Barcelona (1.943). Se deduce, por tanto, que la “moda” por este tipo de alojamiento llegó más tarde a la capital andaluza.
La demora, sin embargo, no ha supuesto ningún óbice para el gran desarrollo que ha tenido los últimos diez años, en los que la oferta se ha incrementado un 152%, es decir, más del doble. Una expansión que se constata en los titulares de los medios de comunicación, que con bastante frecuencia informan de antiguas construcciones que se rehabilitarán para dedicarlas a AT. Uno de los últimos ejemplos es el de la Real Maestranza de Caballería, que ha decidido prestar dicho servicio en los bloques de pisos que posee en la calle Adriano, junto a la plaza de toros. Este cambio no lo realizará de forma inminente, sino cuando cumplan los contratos de alquiler de los inquilinos que residen en los inmuebles mencionados. La institución nobiliaria ha optado por esta fórmula para adaptarse a la nueva coyuntura, en la que las cifras de turismo no dejan de crecer y cada vez son más los visitantes que eligen este tipo de alojamiento.
Otro proyecto de AT adelantado por este periódico fue el del inmueble situado en la esquina de la Plaza Cristo de Burgos (propiedad de la familia Cobo), cuyas obras de remodelación para tener uso terciario (el de los apartamentos turísticos) en lugar de residencial habían afectado al Archivo Histórico Provincial, motivo por el cual los trabajos tuvieron que ser paralizados. Cuando comenzó la reforma en 2010 se preveía que el edificio albergara 10 viviendas, pero finalmente -ante las expectativas que generaba el sector turístico- se modificaron los planes para instalar en él 20 AT.
Este auge también explica el interés que los inmuebles del Casco Antiguo hispalense han despertado en inversores nacionales, que los han adquirido con la intención de convertirlos en apartamentos turísticos, una tendencia que, según los expertos, ha hecho encarecer “sin lógica” estos edificios hasta llegar a precios propios de la burbuja inmobiliaria vivida la pasada década.
Frente al auge experimentado en Sevilla, el crecimiento de las AT en Madrid y Barcelona ha sido mucho más contenido, pues porcentualmente ninguna de las dos provincias ha registrado una subida superior al 50% estos diez años. En Granada, el aumento ha sido del 18%, por lo que, pese a partir de una oferta mayor que la sevillana, actualmente cuenta con casi 600 apartamentos turísticos menos que en Sevilla.
Los últimos datos del INE hacen prever que el auge de los AT continúe los próximos años, especialmente si atiende al número de edificios vacíos que pueblan el Casco Antiguo de la capital andaluza: más de una treintena que supone una magnífica oportunidad de negocio, sobre todo, porque las cifras del turismo continúan al alza. Sin freno.
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