Serrano alega ante el TSJA que no causó daño al dejar a un niño ir con su cofradía

El juez juzgado defiende la decisión de ampliar el régimen de visitas para que el menor saliera como paje en Semana Santa porque era "importante" para él, que tenía "muchas ganas" de hacer su estación de penitencia.

R.S.

03 de octubre 2011 - 12:51

El juez de Sevilla Francisco Serrano defendió ayer ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), donde comenzó a ser juzgado por presunta prevaricación, que no cometió ningún delito al ampliar el régimen de visitas para que un niño de 11 años saliera como paje en una cofradía de la Madrugada sevillana de 2010 porque dictó su resolución "sin hacer daño a ninguna parte" implicada.

Serrano explicó en la primera sesión del juicio que su intención era que se garantizara que el niño saliera en la cofradía, teniendo en cuenta que ya lo había hecho en años anteriores y que un auto del juzgado de Violencia sobre la mujer número 4 ya había establecido que debía atenderse el deseo del menor. El juez de Familia, que se enfrenta a una petición del fiscal de diez años de inhabilitación y al pago de una multa de 5.400 euros, sólo contestó a las preguntas del Ministerio Público, y se negó a hacerlo por su "animadversión personal y general hacia la jurisdicción" del letrado de la acusación particular, que reclama 20 años de inhabilitación y 14.400 euros de multa, así como el pago de una indemnización de 60.000 euros a la madre; de 100.000 euros al menor, y de 12.000 euros al otro hijo menor de la querellante.

Francisco Serrano insistió en su declaración ante el tribunal, presidido por el presidente del TSJA, Lorenzo del Río, que adoptó la decisión de ampliar en día y medio su estancia con el padre después de que el propio abuelo acudiese en compañía de su nieto a su juzgado el 30 de marzo de 2010, Martes Santo. El niño, precisó el magistrado, le transmitió su convencimiento acerca de que su madre no le iba a dejar salir de paje, a pesar de que tenía "muchas ganas" y era "importante" para él. "Si no salía ese año, perdía el sitio. La Semana Santa en Sevilla no es sólo algo religioso, también es algo tradicional", puntualizó el juez, que se confesó como un "aficionado" a las cofradías.

Serrano afirmó que "es normal" que él atendiera al abuelo y al niño, y que éstos acudieran a él "por esa fama" que tiene de que oye a todas las personas y tiene un "un juzgado de puertas abiertas". El juez continuó su defensa argumentado que le comunicó al abuelo que debía llevar la documentación, con su acta de comparecencia y el auto que se aportó del juzgado de Violencia 4 -que establecía que se debía respetar la voluntad del niño de salir en estación de penitencia-, para el reparto de la causa al Decanato, al que el propio juez llamó alertando de la "urgencia" del asunto.

Una vez que el juez de Familia volvió a recibir la petición, dictó un auto ampliando en día y medio el turno de custodia para el padre, en base a la "urgencia y necesidad" de la situación, una resolución que le dijo al abuelo que debía dar a la madre del menor. Según afirmó Serrano, no avisó al padre ni a la madre de su decisión por tratarse de una "nimiedad", ya que sólo suponía que la madre no estuviera 24 horas con su hijo, frente a la trascendencia del problema para el niño. De hecho, el magistrado no consideró necesario consultar el correo electrónico que el niño aseguraba que la madre había enviado al padre insinuándole que no iba a dejar salir en procesión. "Valoré la espontaneidad y la sinceridad del niño y el propio auto de Violencia que ya establecía que debía cumplirse la voluntad del menor".

Serrano, que está suspendido por ahora en sus funciones, negó mantener amistad con el abogado del padre del niño y este letrado, que compareció como testigo en el juicio, confirmó que el caso fue llevado por otro abogado, que buscó el propio abuelo del menor, después de que él recibiera en su despacho un email de la representación jurídica de la mujer "muy rocambolesco" y "sibilino", que hacía sospechar que la madre iba a impedir que el menor procesionara.

El letrado que buscó el abuelo ratificó la declaración de su compañero de profesión y, en relación al asunto del que se había encargado, afirmó que incluso "tenía dudas de que prosperase", puesto que la petición del abuelo y del menor "no era algo muy corriente".

El abuelo del niño aseguró que aquel Martes Santo fue su nieto quien se dirigió al juez Serrano para manifestarle su "frustración" porque la madre le había escrito un email que hacía entrever que no le permitiría cumplir su deseo.

El padre declaró que no quiso intervenir por la situación que vivía con su mujer. "Yo no estaba en la posición de tomar una decisión heroica", indicó.

A la salida del juicio, Serrano fue recibido entre aplausos por representantes de la Federación Andaluza para la Defensa de la Igualdad Efectiva (Fadie), que le mostraron su apoyo ante "un juicio político orquestado por la fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra".

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