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Secretos que guarda Altadis

En peligro las valiosas pinturas murales de Delhy Tejero

Juan Sobrino Simal. Profesor De La Escuela Técnica Superior De Arquitectura De Sevilla

19 de julio 2014 - 01:00

LA arquitectura es luz, espacio, geometría, construcción, lugar y valores humanos. La industria es proceso, historia, orden, recursos, utilidad e ingenio. De su encuentro, de su interacción conflictiva, surge la fábrica. En la Fábrica de Tabacos de Altadis encontramos todos esos valores arquitectónicos unidos a la razón productiva de la industria del tabaco. Hoy, cuando ya ha cesado su producción, iniciada por el médico sevillano Nicolás Monardes, entre 1550 y 1554, en el Jardín Botánico de su casa de la calle Sierpes esquina con Azofaifo, mediante el primer proceso conocido de aclimatación europea de esta planta, y se cumplen 378 años de la creación de la primera fábrica de tabaco del mundo, fundada por el armenio, residente en Sevilla, Jorge Bautista Carrafa, en 1636, en el centro de la ciudad, cerca de la iglesia de San Pedro, no está de más que respetemos el último lugar de esta ciudad en el que estuvo activa esta manufactura. Y qué mejor respeto que el conocimiento. Ya que el patrimonio es apreciado cuando se valora y es valorado cuando se conoce. A partir de ahí se produce el proceso de protección pública y de apropiación ciudadana.

Por ello quiero desvelar uno de los muchos secretos que encierra la fábrica de Altadis en Los Remedios, conocido a través de una información proporcionada por el arquitecto A. Barrionuevo. En el centro de esta historia se encuentra una mujer. Hecho nada extraño si tenemos en cuenta el papel crucial que la mujer jugó en la manufactura del tabaco. Su nombre es Adela Tejero. Nació en 1904, en el seno de una familia castellana de Toro (Zamora), murió en Madrid en 1968. Su nombre artístico, desde 1929, fue el de Delhy Tejero. En 1926 había ingresado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, teniendo como profesores, entre otros, a Julio Romero de Torres y a Moreno Carbonero. Se inició como ilustradora de las revistas La Esfera y Blanco y Negro, relacionándose estrechamente con los representantes de la Generación del 27. Viajó por el norte de África, dejándose influir por la libertad decorativa y la sensualidad formal de sus composiciones. En París, durante la guerra Civil, entrará en el círculo del escritor surrealista André Breton y del pintor Pablo Picasso, llegando a exponer en 1939 en la muestra Le rêve dans l'art et la littérature junto a Miró, Domínguez, Man Ray, Chagall y Klee. Más tarde retornará a España donde obtendrá diversos premios en certámenes nacionales adquiriendo una gran fama como muralista, obra de la que queda huella en iglesias, cines, poblados de colonización y, lo sorprendente, en la Fábrica de Tabacos de Los Remedios.

En 1965 recibió un encargo de Tabacalera Española para realizar unos murales en su nueva fábrica sevillana. Delhy Tejero, ya muy enferma, no pudo utilizar esa técnica, recurriendo al soporte del lienzo para su obra, que sería montada en la fábrica por la Casa Macarrón, como un friso en el vestíbulo del edificio de oficinas que el Convenio Urbanístico, entre el Ayuntamiento y Altadis, pretende demoler, amén de otros edificios de este excelente conjunto industrial. Según la descripción que hace la sobrina-nieta de la pintora, Inés Vila, con la que me he puesto en contacto una vez conocida la importancia de este conjunto pictórico, en los frisos de Tabacalera la pintora Delhy Tejero: "…nos cuenta un cuento, una historia que va desde las primitivas plantaciones del tabaco en América hasta la llegada de las carabelas españolas y su posterior aclimatación y procesado industrial en Andalucía. Sintetizando, con formas geométricas y colores naturales, los distintos episodios del desarrollo de esta manufactura. Convirtiendo las figuras y las luces en símbolos. Así, el ornamento general de este vestíbulo presenta un cierto valor de jeroglífico en sus significaciones y de caleidoscopio en la geometría y movilidad de sus imágenes".

En este conjunto pictórico, que obligatoriamente debe conservarse en el contexto arquitectónico que le es propio, nos encontramos con el cierre de la historia inicial del tabaco en Sevilla de la mano de la Modernidad acuñada por las Vanguardias Históricas. Disponiendo nuestra ciudad de una iconografía desconocida hasta este momento, compuesta por estilizadas figuras de indios americanos trabajando la tierra, artefactos preindustriales para moler tabaco, composiciones de aves y plantas exóticas, mares intensamente azules, carabelas, instrumentos de navegación, casas blancas de pueblos marineros andaluces, mujeres cigarreras, cajas de puros y pipas de fumador. Y que, además, este lugar encierra, no sólo este tesoro artístico de la pintora Delhy Tejero, sino también la luz, el espacio, la geometría, la construcción y las historias de vida de los trabajadores y trabajadoras de la fábrica. Es decir toda la historia del tabaco en un conjunto industrial que es, por derecho propio, patrimonio cultural de la ciudad de Sevilla. Y que, si el Ayuntamiento y Altadis quieren, podría albergar, como forma de recuperar sus valores y de reivindicar a la extraordinaria artista que fue Delhy Tejero, una exposición monográfica sobre esta pintora en la propia sede de la Fábrica de Tabacos de Los Remedios. Sus descendientes colaborarían gustosos en esta empresa y Altadis aportaría a Sevilla un gran valor cultural. Mientras tanto, podemos seguir debatiendo sobre el buen uso para este lugar. Hay numerosas alternativas. Sólo es necesario saber hacer. Dialogar. Y como dice la Fundación Altadis en su página web: "Todo es posible. Juntos trabajamos para encontrar las mejores soluciones". Quien quiera conocer mejor la obra de esta pintora puede consultar la página web: http://www.delhytejero.com/

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