José Luis Sanz desoye la demanda de Vox

Desde su triunfo en las urnas hace dos semanas lleva José Luis Sanz encerrado en el despacho, estrujándose los sesos para definir los esquemas de su futuro gobierno que arranca el próximo sábado. Delegaciones, directores generales... ahora toca ponerle nombre a todo ese entramado. Cambiar lo que los populares entienden que no ha funcionado. El alcalde electo ya tiene decidida su postura ante la primera patata caliente que se ha encontrado. Prefiere gobernar en solitario que tener a Vox de socio.

El planteamiento de Sanz es arrancar el mandato con sus trece concejales y llegar a acuerdos puntuales (para sacar adelante los presupuestos anuales, por ejemplo) con los partidos de la oposición, siempre que antepongan los intereses de Sevilla a los personales. Esta decisión ya ha sido trasladada en un encuentro extraoficial a Vox, que pretende una reunión antes de la toma de posesión en la que no solicitarán ningún puesto en concreto para sus ediles, “ni de primera, ni de segunda línea”.

Desde la formación liderada en la capital por Cristina Peláez entienden que cuentan con una cuota en ese gobierno, como ya pasó en las épocas protagonizadas por los alcaldes Soledad Becerril y Alfredo Sánchez Monteseirín, que integraron en sus equipos a Alejandro Rojás-Marcos y Antonio Rodrigo Torrijos. “La interpretación es clara, los ciudadanos han elegido una mayoría de derechas. Es evidente que José Luis no tiene mayoría absoluta”.

Y añaden que están escarmentados de “papelitos firmados” como ocurrió con los primeros diputados autonómicos elegidos por los andaluces en diciembre de 2018. “Las políticas que firmamos salieron como salieron”. En la dirección piensan que el PP tiene buena predisposición, y dejan claro que en caso de ser oposición no tendrán “miedo en que, en algunos asuntos, nos digan los populares que nos alineamos con la izquierda”.

Otro de los asuntos en los que trabaja Sanz estos días es en la toma de posesión del próximo fin de semana. Algo raro para su equipo, ya que les toca la organización sin ser aún gobierno. La idea de los populares es presentar todos los detalles antes del sábado. Al menos quiénes serán los delegados y los hombres de confianza del alcalde. Las piezas aún se están encajando, todos los concejales contarán con la responsabilidad de liderar un área. Hasta el momento se conocen las de Patrimonio; Limpieza, Parques y Jardines y Arbolado; Barrios de Atención Preferente; y Cartuja y Parques Innovadores. Hay que sumarles otras que no pueden faltar como son Alcaldía, Hacienda, Urbanismo, Fiestas Mayores, Deportes, Economía, Turismo, Educación y Salud.

Los populares sostienen que será el mandato de los distritos, los barrios más pobres y para que Sevilla funcione. Sanz siempre ha comentado que desarrollará proyectos a corto, medio y largo plazo. Evidentemente, los últimos no los verá. “Acabar con el abandono de los barrios y que funcione la limpieza y otros servicios esenciales, esto será la máxima prioridad”, apuntan desde el equipo de un alcalde electo que esta semana sólo pudo estar presente en las vísperas del Corpus, ya que al recorrido del Santísimo por las naves de la Catedral debido a la lluvia no fue invitado. Antes de la toma de posesión tendrá también un encuentro con Antonio Muñoz, alcalde en funciones. Será el acto oficial de traspaso de gobierno en el despacho del primer edil. Una cita que ambos políticos se han encargado de cuadrar por teléfono.

Aparte del trabajo interno, a principios de semana mantuvo una reunión de trabajo con sus concejales electos en la que les desveló nuevos detalles de la configuración de áreas y delegaciones de su gobierno. “Voy a poner a Sevilla a funcionar, voy a gestionar la ciudad con eficacia para darle la vuelta y pondré en marcha mi proyecto llamado Sevilla, y lo haré de la mano de los sevillanos, que volverán a ser escuchados y atendidos”, expuso Sanz, que no repetirá en las listas del PP para el Senado con la intención de centrarse “al cien por ciento en Sevilla, que necesita que se le dediquen los cinco sentidos”.