El alcalde de Sevilla apuesta por el Pítamo y las bonificaciones para recuperar los 700.000 habitantes
medidas para subir el padrón municipal
El gobierno local sostiene que el nuevo barrio entre Bellavista y Montequinto sumará 30.000 vecinos y su modelo fiscal favorece el empadronamiento
El Ayuntamiento pide a la Junta el control de las obras en los entornos BIC
Sevilla sigue lejos del manido objetivo de los 700.000 habitantes. En la última revisión del censo de población del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la ciudad cuenta con 684.164 vecinos a fecha de 1 de enero de 2023. Esto supone que la capital ha ganado 2.980 ciudadanos en los últimos doce meses, pero la población de la ciudad se mantiene a niveles de la Exposición Universal de 1992. Las dos principales apuestas de José Luis Sanz para recuperar esa cifra de sevillanos pasa por los 30.000 vecinos que ocuparán el nuevo barrio en el Pítamo y mayores bonificaciones para atraer a personas a la capital.
El Consistorio hizo especial hincapié en los últimos meses del anterior mandato con el personal de las empresas captadas y los nómadas digitales, y las nuevas urbanizaciones en marcha por toda la ciudad con contactos directos con las promotoras involucradas. Ese gobierno municipal socialista confiaba en la estrategia puesta en marcha desde 2015, centrada en las medidas de impulso económico, el plan de vivienda tanto por iniciativa pública como privada, y los desarrollos urbanísticos, mantuviese una recuperación progresiva de habitantes. Nada más alejado de la realidad.
Desde el gobierno popular insisten ahora en que “esta situación es fruto de ocho años perdidos. Ocho años en los que la ciudad ha perdido mucho espacio y relevancia respecto a otras grandes ciudades de España. Ocho años en los que Sevilla no ha crecido en población por la parálisis urbanística, el empeoramiento de la calidad de vida en los barrios y la no construcción de Viviendas de Protección Oficial (VPO). Apuntan que trabajan para que “Sevilla sea una ciudad agradable para invertir, vivir y trabajar, que recupere su liderazgo y no pierda más competitividad”.
La fisonomía de la ciudad sufrirá un notable cambio en los próximos meses en varias zonas por la apuesta de las administraciones y las promotoras privadas en varios proyectos. Sobre el mapa se encuentra la urbanización de parcelas junto a la Avenida Jerez, el desarrollo de los suelos del Cuartel de Su Eminencia, el proceso para renovar las viviendas de la barriada de Guadaíra con la construcción de VPO, el complejo residencial de Metrovacesa en Palmas Altas o el previsto desarrollo urbanístico de Regimiento de Artillería. Hay que sumar un nuevo barrio en el Pítamo (entre los barrios de Bellavista y Montequinto) que contará con 9.730 viviendas en 2030.
La Gerencia de Urbanismo en coordinación con la Junta de Compensación Villanueva del Pítamo ha desbloqueado la tramitación administrativa para el desarrollo urbanístico de los suelos de esta zona en el Sur de la ciudad, avanzando en un proyecto público-privado que contempla viviendas protegidas, más de 18 hectáreas reservadas a servicios avanzados para empresas de innovación y tecnologías, y grandes áreas verdes y arboladas. En conjunto, sus promotores calculan 1.100 millones de inversión y cinco fases de ejecución, arrancando en unos meses.
Esta iniciativa, que supone desplegar la mayor bolsa de suelo urbanizable existente en la ciudad con 208 hectáreas, incide en el desarrollo de Sevilla hacia el Sur. Tras ocho años de trabajo para resolver cuestiones técnicas y económicas, el plan parcial del sector SUS-DBP-06 Villanueva del Pítamo ordena de forma detallada y pormenorizada los distintos usos de los suelos y encauza su ejecución urbanística para los próximos años.
El proyecto cuenta con varios hitos principales. Uno de ellos es que el nuevo barrio del Pítamo tendrá uno de los mayores desarrollos de vivienda protegida de Andalucía en estos momentos, con más de 3.600. Otro, la gran apuesta por las zonas verdes y arboladas, con una ampliación del Parque de Guadaíra y la incorporación de los arroyos a la ordenación urbanística, de forma que se integren en el sistema general de espacios libres de la ciudad en conexión con el anillo verde del Guadaíra. Entre zonas verdes y espacios libres existen 442.000 metros cuadrados.
Aparte de los nuevos vecinos en el Pítamo, desde el gobierno municipal aseguran que su modelo fiscal alternativo incentiva el desarrollo económico y personal, basado en bajadas de impuestos y tasas, así como mayores bonificaciones, con carácter general, para atraer la inversión y la generación de empleo, y, con carácter específico, para favorecer el empadronamiento y el crecimiento poblacional.
Para mejorar el acceso al empadronamiento, el Ayuntamiento ha estado ofreciendo a la ciudadanía diferentes medios para realizarlo tanto electrónicamente como presencialmente. Este último modo se puede solicitar a través de los once distritos municipales o mediante la unidad de Padrón a Domicilio, que acerca el trámite a toda la ciudadanía, enfocándose con especial esmero en los colectivos más vulnerables como son las personas mayores o inmigrantes. Esta unidad tiene a disposición de quien lo necesite a cuatro agentes censales que acuden a los domicilios en horario de 08:00 a 20:00 horas. El Servicio de Estadística colabora de forma fluida con gran cantidad de asociaciones, centros de acogida y residencias, de manera que se agiliza el trámite presencial que, en muchos casos, se realiza para grupos de personas.
A 1 de enero de 2021, la ciudad contaba con 684.234 habitantes. Hay que remontarse a 1992 para encontrar una cifra similar, eran 683.028 los sevillanos que estaban en el listado del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Tras recuperar habitantes en la revisión del padrón de comienzos de 2020, la capital andaluza regresó a la senda de descenso demográfico sufrida después de que contabilizase más de 704.000 vecinos empadronados en 2005 y 2006.
El perjuicio fiscal y de concejales
La sangría de población comenzó con el estreno de la anterior década, en la que Sevilla perdió cerca de 15.000 habitantes. Muy lejana queda la cifra de 709.975 habitantes, la cota máxima registrada en 2003. El crecimiento empezó a dispararse después de la Expo del 92. En el 93 la población aumentó en 24.000 habitantes. En 2014, la capital bajó el umbral de los 700.000 censados, regresando a los niveles anteriores a la muestra internacional. En 2015, la bajada de la población supuso la pérdida de dos concejales en el Pleno, que se quedó con 31, sin mencionar otras desventajas económicas, como la reducción de los ingresos por impuestos. Y también por aportaciones del Estado.
El perjuicio es también fiscal. Sevilla no ha dejado de ser considerada como gran ciudad, de hecho es la cuarta de España tras Madrid, Barcelona y Valencia, pero ha perdido peso político y económico al no sobrepasar de nuevo el listón de los 700.000 habitantes. Zaragoza se ha quedado este año finalmente sin dar el sorpasso a Sevilla por un estrecho margen de tan sólo 215 habitantes.
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