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Agresiones y amenazas a sanitarios: "He estado en la cárcel ocho años, uno más me da igual"

San Juan de Aznalfarache

Profesionales del centro de salud Nuestra Señora de la Paz en San Juan de Aznalfarache denuncian vivir con "miedo" ante una oleada de agresiones sostenida en el tiempo y reclaman seguridad

Estas denuncias contrastan con los datos que maneja el SAS

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Carteles en las puertas de las consultas del centro de Salud de San Juan para frenar las agresiones. / M. G.

Con miedo. Así aseguran vivir cada día su jornada laboral los profesionales del centro de salud Nuestra Señora de la Paz de San Juan Aznalfarache que cubren el puesto de guardia donde, lamentan, llevan años pidiendo a la Administración andaluza un vigilante que nunca llega. Los sanitarios están desesperados y aseguran que la respuesta obtenida a sus demandas por los responsables del Distrito Sanitario Aljarafe-Sevilla Norte, al que pertenece este centro, es "esperar a que pase algo gordo".

La plantilla urge a adoptar medidas ante una "situación insostenible" para unos profesionales "exhaustos" y con "mucha sobrecarga" de trabajo, y que, además, viven con la tensión permanente de poder sufrir una agresión en el ejercicio de su labor profesional.

Sanitarios desprotegidos

"Las agresiones se vienen repitiendo desde hace muchísimos años, nos sentimos desprotegidos. Trabajamos bajo una tensión que llega a ser insoportable y ante la que necesitamos que el distrito tome de una vez más medidas de seguridad". Así resume una médica de familia del centro de salud sanjuanero la situación que viven casi a diario.

El mismo testimonio insiste en que estas demandas son "muy antiguas" pero que la Administración "no actúa". "Este recurso se ha pedido en infinitas ocasiones por los profesionales. Por cada agresión que sufrimos, sea verbal o física, tenemos que hacer un comunicado de agresiones y un parte de accidente laboral que luego se remite al Distrito y al departamento de Salud Laboral, por lo cual, ellos tienen constancia de cada agresión. Es lamentable que la respuesta que hayamos obtenido sea que hasta que no pase algo gordo no se va a poner un un vigilante", detalla la sanitaria que se pregunta "hasta dónde hay que llegar". "¿Qué es para ellos que pase algo gordo? No sé si están esperando que haya que hospitalizar a algún compañero. Hemos tenido casos muy graves. Un paciente nos ha llegado a decir que ya ha estado en la cárcel ocho años y que uno más o uno menos le da igual. Hace unos meses a una compañera la golpearon en la cara y hace un tiempo le dieron a otro con una silla en la cabeza, son agresiones físicas muy graves", apostilla.

Esta situación les lleva a reiterar su reclamación de un vigilante de seguridad 24 horas en dichas instalaciones porque se trata de un problema "que va más allá de lo laboral". "Hay muchos profesiones tomando medicación, con ansiolíticos para poder afrontar esta situación, y muchas bajas. Esto está costando un dinero a la Administración que podría ahorrase con un vigilante que nos haga sentirnos más seguros", añade.

Centros situados en el ojo del huracán

El centro de salud de San Juan de Aznalfarache ha sido escenario de varios hechos violentos en los últimos años. Por su localización, cerca de la Esquina del Gato , una zona del municipio muy deteriorada y castigada por el tráfico de drogas, atiende a una población "muy demandante" y "acostumbrada al aquí y ahora" entre los que proliferan insultos y amenazas contra los médicos.

"Nos exigen que se les atienda en el momento, da igual que sean las tres de la tarde que a las cuatro de la mañana por un dolor de garganta. No tienen espera", sostiene la sanitaria. De hecho, algunos profesionales, "por miedo", se estarían viendo "obligados a ceder al chantaje de algunos toxicómanos habituales que exigen que se les receten ciertos fármacos para traficar con ellos", apostilla.

Aunque el problema es muy antiguo, la profesional advierten de un agravamiento en los últimos tiempos por las circunstancias actuales y que, de manera generalizada, está viviendo la Atención Primaria en la comunidad andaluza. Las largas esperas de hasta 15 días para coger una cita y la sobrecarga de las agendas no ayuda a calmar los ánimos ante una ciudadanía que reclama atención médica.

La facultativa explica que el día a día en este centro de salud pasa por compaginar las consultas programadas, tanto telefónicas como presenciales, los bises o citas que se van insertando durante la jornada en una hora que ya está cogida y las citas de urgencias que van llegando. "Todo en una misma mañana y sin parar de ver pacientes uno detrás de otro. Esto hace que, ante cualquier retraso, tengamos que estar continuamente dando explicaciones los pacientes que esperan ser atendidos y no todo el mundo se lo toma de la misma manera", concluye.

Esta realidad contrasta con los datos que manejan desde el Servicio Andaluz de Salud (SAS). Según las fuentes consultadas, "durante todo el año 2022 se ha registrado una única agresión verbal", que, destacan en el SAS "la profesional no quiso denunciar". Con los cual, la Administración andaluza niega tener constancia de la ola de agresiones sostenida en el tiempo que han denunciado en este periódico los profesionales del centro.

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