San Luis se prepara para acoger el gran legado artístico de la Diputación de Sevilla
El refectorio, la sala de profundis o la sacristía son algunos de los espacios del espectacular conjunto barroco que acogerán las piezas heredadas de las instituciones de beneficencia
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Pintura, escultura, orfebrería y textiles en un espacio patrimonial sin parangón. El conjunto monumental de San Luis de los Franceses es, probablemente, el mejor exponente del barroco sevillano. Y a la enorme valía del edificio se sumará próximamente la colección artística que atesora la Diputación Provincial de Sevilla, herencia de distintas instituciones de beneficencia de la ciudad. El proyecto museográfico ya se encuentra en estudio por la Comisión Provincial de Patrimonio. Se han comenzado a restaurar las piezas y a adecuar las salas que acogerán las colecciones. Esta misma semana se ha empezado una actuación en la antigua sala de profundis y el refectorio ya se encuentra preparado a falta de la climatización. De manera paralela se está acometiendo una importante intervención en las torres, que van a recuperado su tonalidad original.
La contemplación de la valiosa colección artística de la Diputación será el complemento perfecto al conjunto arquitectónico de San Luis de los Franceses, un complejo impulsado por los jesuitas y construido entre 1699 y 1731 por Leonardo de Figueroa, quien puede considerarse el arquitecto del barroco sevillano por excelencia, autor también del Salvador, San Telmo o la Magdalena. Tanto la iglesia como la capilla doméstica, que formaban parte del noviciado, son auténticas joyas. En total serán alrededor de cien piezas las que se expongan entre pintura –tanto lienzos como cuatro óleos sobre cobre de escuela flamenca– esculturas en madera dorada y policromada, obras de orfebrería y textiles que formaron parte de ajuares litúrgicos procedentes del Hospital de las Cinco Llagas, el Hospital de San Hermenegildo, también llamado del Cardenal, el Hospital de los Inocentes, el Hospital de San Lázaro, el Hospital de San José y el propio Noviciado de San Luis. El proyecto ha sido diseñado por Juan Luis Ravé Prieto.
Esta misma semana ha comenzado la intervención en la sala de profundis, lugar en el que se velaba a los difuntos, para acoger diversas obras. En este espacio, que ocupaba el Centro Andaluz de Danza, se realizarán algunas catas para buscar restos de pinturas murales.
El recorrido propuesto para hacer la visita al conjunto monumental de San Luis de los Franceses empezaría por el refectorio. Este espacio estaba dedicado a oficinas y estaba compartimentado. Ya ha sido adecuado para sala de exposiciones. Tan sólo falta incorporar la climatización y el control de temperatura y humedad, que están incorporados en el proyecto de la sala de profundis. En su restauración se recuperaron las pinturas murales del techo. El restaurador, Jesús Mendoza, se encontró con distintas capas de decoración superpuestas. Se optó por dejar visible una correspondiente a principios del siglo XIX que reproduce formas geométricas. De la pintura barroca sólo se pudo rescatar la correspondiente a uno de los arcos. A este espacio se le ha dotado de una segunda piel, una especie de caja, para situar las piezas artísticas, que será fundamentalmente, pintura y algunas esculturas provenientes del Hospital de las Cinco Llagas. Destacará el apostolado tallado por Esteban Pérez que estaba dispuesto en los pilares de la iglesia de esta hospital que hoy acoge la cámara del Parlamento Andaluz. Gracias a una serie de fotografías antiguas se podrá reproducir en su disposición original.
Desde el refectorio, el visitante se encaminaría hacia la capilla doméstica. Lo haría por una galería dotada de la misma piel y en la que se dispondrán obras provenientes del Hospital de San Lázaro. Es la capilla del noviciado uno de los espacios más sorprendentes y espectaculares de San Luis. Cuenta con un fabuloso retablo de Pedro Duque Cornejo y pinturas murales y cuadros del pintor Domingo Martínez y sus discípulos.
Por una nueva galería se llegará a la sala de profundis, espacio de reducidas dimensiones en el que destaca su bóveda. En él se situarán varias vitrinas que acogerán bordados y orfebrería. El siguiente ámbito es la sacristía. Es este el lugar elegido para situar obras recuperadas de San Luis. Algunas de gran formato. La espectacular iglesia será el colofón de la visita y la guinda será bajar a la cripta arqueológica, una maravilla técnica que está asentada sobre ruinas romanas y tiene una forma de flor con sus pétalos y la misma extensión que la iglesia que se dispone encima.
En total, serán 112 piezas las que compongan la exposición sobre los fondos patrimoniales de la Diputación heredados tras su fundación en el sigo XIX de las distintas instituciones de beneficencia de la ciudad. Ya se han intervenido 82 pinturas y dos esculturas. Además, otras 15 pinturas, 3 esculturas, 29 piezas de orfebrería y 12 piezas textiles están en proceso de licitación para su restauración. La ejecución de estos trabajos se prevé para el segundo semestre de este año y la apertura de las salas expositivas, para la primavera de 2024.
Las obras en las torres
La rehabilitación de las dos torres que coronan la fachada de la iglesia de San Luis se produce después de que tuvieran lugar unos desprendimientos en la torre sur provocados por las lluvias del invierno del año 2018. Tras la inspección realizada se apreciaron diversas patologías que afectaban a los revestimientos y elementos de ornato de ambas atalaya, por lo que se tomó la decisión de acometer estos trabajos de restauración, aunque no existen daños estructurales que pongan en riesgo la estabilidad de estos elementos.
El proyecto ha sido redactado por Jacinto Pérez Elliot, jefe del servicio de arquitectura de la Diputación. Las obras tienen un presupuesto de 190.000 euros y comenzaron a finales de febrero. La adjudicataria es la empresa Arcobeltia, empresa especializada en patrimonio histórico.
La inspección realizada en las torres tras los desprendimiento detectaron las siguientes patologías en los cuerpos superiores: degradación de los morteros de revestimientos; fracturas de los remates y pináculos de ornamentación como consecuencia de la expansión de los elementos internos de sujeción; enraizamiento de vegetación por debajo de los revestimientos y de las fábricas; falta de elementos de fábricas; y falta de vidriado en piezas de azulejerías y de tejas de cubiertas por los agentes atmosféricos.
Se ha comenzado por la torre sur y en unas semanas se pasará a intervenir en la norte. Esta primera fase se centra fundamentalmente en la mitad superior, dejando el cuerpo de piedra inferior para la segunda fase que se hará a continuación. La actuación consiste en el picado de los revestimientos hasta la completa eliminación de antiguos recubrimientos o revoque, relieves y/o tracerías de fábrica mixta disgregadas o sueltas. La limpieza del cerramiento de la fábrica de ladrillo de cara vista, eliminando las eflorescencias, restos de cemento o mortero, manchas y suciedad en general. Y por último, la aplicación de un tratamiento impermeabilizante a las fábricas.
Posteriormente, se restauran de los diferentes elementos. Se reintegran y consolidan los elementos de piedra perdidos total o parcialmente en los cuerpos centrales de las torres. También se realiza una limpieza, sellado de grietas, consolidación y reposición de la azulejería. Se desmontan para su recuperación las tejas vidriadas árabes deterioradas de las bóvedas de cubrición de las torres y su retejado con elementos de cerámica vidriada árabe, formando los faldones de color azul, blanco, amarillo y verde.
En cuanto a los recubrimientos, se aplica cal hidráulica natural en los paramentos verticales de salientes, rehundidos y cornisas; se restañan las grietas con inyección de mortero; y se da un tratamiento de limpieza y aplicación de pintura a los elementos metálicos. Finalmente, todas las superficies son tratadas con antiherbicida y fungicida para la destrucción y prevención de la vegetación, microorganismos y raíces de arbustos; y se instalará una protección antiaves.
Lo que más va a llamar la atención tras esta actuación es la eliminación de la pintura color albero y la recuperación del mortero de cal de un tono más claro, tal y como era en su origen, igual al de la cúpula. Las piezas metálicas que coronan las torres, tras su cepillado y tratamiento, han recobrado el color cobre que permanecía oculto.
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