Un colectivo ciudadano crea el primer Club Náutico de San Juan

Un grupo de ciudadanos de San Juan se ha puesto manos a la obra para rescatar del olvido el puerto milenario que tuvo la localidad. Para ello han creado el primer Club Náutico San Juan Sevilla con vistas a que los barcos puedan desembarcar en esta parte del río navegable.

“El club náutico es una herramienta para conseguir el objetivo del Puerto y poner en uso una lámina de agua que tiene continuidad hasta el mar. Estamos junto a un centro turístico internacional como Sevilla”, destaca Txiki López, diseñador, ilustrador y artista plástico, que es a su vez el impulsor principal de este ambicioso proyecto, al que también están ligados Miguel Hernández, experto en socorrismo; el navegante transoceánico Jorge Madden (director del programa de entrenamiento en Oakcliff Sailing, en Long Island Sound) y Nereida Pascual, experta en gestión de residuos.

En el proyecto se integran, prestando apoyo y asesoramiento, profesionales de diversos ámbitos y amplia experiencia como el arquitecto y urbanista Gonzalo Díaz Recasens, expertos navegantes de talla internacional con profundos vínculos con nuestra ciudad, como el economista Carlo Castellano, cinco veces campeón del mundo de vela, navegante y ganador de la Louis Vuitton Cup con el mítico Moro de Venecia.

El Club Náutico San Juan Sevilla cuenta además con el apoyo y asesoramiento de notables miembros del Greenwich Yatch Club, al que toman como modelo, constituido en el Támesis con el mismo espíritu y gran éxito por antiguos obreros del sector naval e industrial, y de otros clubs naúticos de prestigio internacional. El Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache también ha expresado su intención de colaborar.

El colectivo ha surgido de la ciudadanía de San Juan de Aznalfarache “para servir e impulsar una iniciativa estratégica con marcado acento social y medioambiental, que permita recuperar su milenario puerto de un olvido incomprensible”.

La iniciativa busca también reconstruir la rica tradición marinera perdida que caracterizó la fundación y el devenir de una población y que sirvió de refugio a multitud de civilizaciones: fenicios, romanos, musulmanes a vikingos.

San Juan fue el primer puerto o cargadero de la ruta de Indias y de las expediciones que tuvieron Sevilla como puerto de origen. “El Club Náutico de San Juan Sevilla quiere hacer justicia del papel del municipio en la historia, justo ahora que se cumplen 500 años de la partida y paso por nuestra localidad de la expedición de Magallanes”, explica López.

La idea es lograr que San Juan de Aznalfarache incorpore el río, su vía de comunicación principal durante siglos, para volver a ser puerta y puerto de la ciudad de Sevilla. Este grupo es consciente de que el municipio tiene importantes retos de desarrollo, empleo y sostenibilidad, pero al mismo tiempo cuenta con una ubicación privilegiada e importantes infraestructuras de comunicación, como el intercambiador de la parada de Metro de San Juan Bajo y el carril bici recuperado gracias a la construcción de la pasarela ciclopeatonal de Tablada.

El Club Náutico San Juan Sevilla, que ya tiene su escudo creado, aspira a fomentar el aprendizaje y el regreso de las profesiones y usos marineros como factor generador de riqueza, con especial énfasis en servir al cuidado y conocimiento de la riqueza medioambiental y faunística y a la comprensión de la importancia del ciclo del agua, en este enclave privilegiado del litoral interior español.

Su plan es acoger deportes respetuosos con la naturaleza. También pretende “servir a otros puertos y poblaciones vecinas, ayudando a hacer del Aljarafe lo que siempre fue, una importante comarca costera de nuestro país”.

López recalca que muy pocos conocen que Sevilla es la provincia con más kilómetros de costa de Andalucía, por lo que no es casualidad que, desde la desembocadura del río en Sanlúcar hasta la presa de Alcalá del Río, el río esté protegido como Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT) bajo la Ley de Costas, al encontrarse ambas orillas, sus marismas y humedales, bajo la benéfica influencia de las mareas.

Desgraciadamente el pantalán que se instaló en la orilla de San Juan se perdió a los pocos años de construirse. Se salió de los pilotes y tuvieron que venir los Bomberos a sujetarlo por el peligro que suponía que semejante estructura flotante a la deriva río abajo. Al bajar la marea y estar la estructura fuera de sus guías, se destrozaron estas y los pilotes. Hoy está impracticable.

“Lo más triste es ver como suben barcos constantemente y se encuentran con este paisaje absolutamente tercer mundista y con la imposibilidad de desembarcar en el tramo de río vivo más cercano a la ciudad de Sevilla”, lamenta López.