San Juan de la Palma tiene problemas de movimiento en un muro lateral
Sin una alarma inminente, la Amargura planea una intervención en un futuro próximo.
La iglesia de San Juan Bautista, vulgo de San Juan de la Palma, presenta un estado de conservación bueno, aunque sí tiene algunos achaques propios de la edad del edificio que habrá que subsana en un futuro no muy lejano. Así se desprende del estudio del completo análisis que ha realizado la Hermandad de la Amargura sobre la que es su sede canónica. Del documento se desprende que el principal problema es el movimiento de uno de los muros de la nave central. Una de las posibles soluciones contempla la idea de realizar un zunchado de acero u hormigón para así sujetarlo. Las reformas necesarias podrían realizarse en varias fases y no implicarían directamente el cierre del templo, por lo que no tendrían por qué interferir con la actividad propia de las hermandades que allí radican.
La Amargura, en su obligación de conservar y mantener la iglesia, ha realizado un estudio para examinar el estado del artesonado del templo, ante las anomalías que venía observando, con idea de evaluar las posibles reformas que fueran necesarias. La inspección ha sido llevada a cabo con la ayuda de la empresa Sanrocón y la dirección del arquitecto técnico Ubaldo Hidalgo.
Como principal conclusión tras los estudios realizados, se extrae que el artesonado presenta un aceptable estado de conservación, aunque no exento de patologías, concentradas éstas en tirantes y durmientes. Por otro lado, deberán resolverse los problemas de la nave central así como del presbiterio, aunque según la dirección facultativa, no existe excesiva urgencia.
Las recomendaciones inciden en la consolidación y restauración del muro sur, del arco toral y bóveda del ábside, de los durmientes y tirantes del artesonado y de los faldones del mismo. Entre las soluciones comentadas, la más viable parece ser la instalación de un zunchado de vigas de hormigón o de acero -a modo de cinturón- en todo el perímetro de la base del artesonado de la nave central del edificio. De esta forma se evitaría que la madera del artesonado trabajase.
Esta actuación podría realizarse en diferentes fases y no implicaría, en un principio, alterar en gran medida el funcionamiento del templo, aunque no estaría exento de algunas incomodidades para ambas partes. En cuanto a la duración de los trabajos, de llevarse a cabo, no tendrían por qué ser mayor a un año, aunque se desconoce a ciencia cierta la duración de la obra y el presupuesto que podría suponer, teniendo en cuenta que se trataría de un proyecto multidisciplinar.
El pasado día 13, el arquitecto técnico, Ubaldo Hidalgo Pérez, y el arqueólogo, Florentino Pozo Blázquez, explicaron a los hermanos los trabajos realizados y las conclusiones obtenidas.
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