Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Emperatriz
La transformación urbana de dos arterias de Nervión
Nuevos detalles de la profunda reurbanización de San Francisco Javier y Luis de Morales. Las dos avenidas contarán con un aparcamiento para residentes, un nuevo colector para evitar inundaciones y 15.000 metros cuadrados de sombra. El proyecto que se encuentra en redacción debe estar terminado antes de febrero de 2021 tras un proceso de participación. El coste es de siete millones de euros. Los técnicos del equipo de Juan Espadas trabajarán las próximas semanas para presentar un cronograma de obras que irá de la mano de una intervención de Emasesa en Ramón y Cajal, y la ampliación del tranvía desde San Bernardo hasta la estación de trenes de Santa Justa. El alcalde lo tiene claro: “Se trata de un proyecto potente que marca un antes y un después en este mandato. Aún no hay fechas concretas, pero mirad a mayo de 2023”. La visita a las obras en plena campaña electoral por las municipales está marcada en rojo en su agenda.
La transformación de San Francisco Javier y Luis de Morales incluye la construcción de un aparcamiento reservado a los residentes de la zona con el objetivo de compensar las plazas que se eliminan del viario con la reurbanización de ambas avenidas. Los técnicos trabajan en la posibilidad de que sea un estacionamiento de pequeño formato (entre 80 y 100 plazas). Tras analizar el entorno, no se ve viable un aparcamiento rotatorio, puesto que existen plazas libres suficientes en los estacionamientos subterráneos ya existentes. El objetivo es incrementar el acceso peatonal y en transporte público. El gobierno socialista ya cuenta con varias empresas interesadas para levantar un aparcamiento que podrá ser en altura, superficie o subterráneo.
La reurbanización arrancará bajo tierra. Emasesa viene detectando desde hace años problemas con la canalización de aguas pluviales en la cuenca sur, tal y como aparece en el plan director de saneamiento redactado en noviembre de 2019. De hecho se han producido graves problemas en esa zona en años recientes. Un ejemplo es la tormenta del Jueves Santo de 2019 que inundó las calles de Nervión. La opción que estaba hasta ahora era la modificación del colector emisario de la Avenida de la Buhaira y la construcción de un depósito de retención de aguas pluviales en la Avenida de la Raza. Era un proyecto muy complejo y costoso, por lo que durante los últimos meses la empresa municipal estuvo buscando alternativas.
Y se ha encontrado una alternativa menos costosa, de más fácil ejecución y de igual resultado. Se trata de introducir un nuevo colector que trasvase parte de las aguas pluviales de la cabecera de la cuenca hasta una nueva estación de aguas pluviales del Tamarguillo cuyo proyecto se está redactando. Este nuevo colector discurre bajo la avenida Luis de Morales, hasta llegar a la avenida Eduardo Dato, donde también intercepta parte de las aguas aliviadas de la cuenca de esta avenida, para continuar por San Francisco Javier, cruzando e interceptando la cuenca de Ramón y Cajal hasta llegar a la calle Nuestra Señora de las Mercedes. En este punto se desviará por Almirante Topete, en el Tiro de Línea, interceptando la avenida Alfonso Lasso de la Vega, para continuar por el Polígono Sur, bajo la calle Victoria Domínguez Cerrato, girando en la calle Mago de Oz, hasta encontrar la calle Orfebre Cayetano González y la nueva estación de bombeo de aguas pluviales del Tamarguillo, ubicada en la margen derecha del río Guadaíra.
Emasesa asegura que va a resolver los problemas de aguas pluviales aún existentes en la cuenca sur con una intervención más eficiente, con menos dificultades técnicas y riesgos que la que se diseñó inicialmente. Esta intervención conllevará la renovación de todos los colectores principales y secundarios de la zona, además de las redes de abastecimiento y saneamiento, renovando por tanto por completo toda la infraestructura y mejorando la calidad y la gestión de los recursos hídricos.
Esta intervención bajo tierra va a conllevar un proyecto de transformación que alcanzará la superficie de fachada a fachada con criterios de sostenibilidad urbana y eficiencia energética, creando un nuevo espacio público en donde el mayor protagonismo de ocupación es para el peatón y para plataformas para el transporte público. Esto va a suponer la eliminación de los dos carriles de servicio para vehículos privados que pasarán a ser zonas peatonales, la ampliación de los espacios peatonales con zonas de paso de tres a cinco metros, y la generación de dos grandes paseos verdes en los laterales como superficies de bioretención con entre seis y nueve metros con arbolado selectivo, pavimentos drenantes, y hasta 450 nuevos árboles. Esto supondrá una superficie de sombra de casi 15.000 metros cuadrados.
Esta franja verde que se desarrollará en todas las calles y avenidas recorridas por el tranvía y en la zona más próxima a los edificios residenciales y de oficinas. Se prevé la ejecución de un Sistema de Drenaje Urbano Sostenible (SUDS), consistentes en la ejecución de parterres con zonas de biorretención, alcorques corridos y pavimentoso permeables. Estas técnicas serán dimensionadas para que tengan capacidad de gestionar las escorrentías urbanas en el 80% de los días de lluvia de un año hidrológico medio de Sevilla. Los primeros tanteos apuntan a que su capacidad de laminación superará los 3.000 metros cúbicos.
El proyecto incluye dos carriles bici, uno por sentido, con una dimensión de 1,5 metros que discurrirán por calzada, dos plataformas reservadas y separadas para los carriles bus en los laterales y la plataforma central reservada para el Metrocentro. Se quedarán cuatro carriles para coches, dos en cada sentido, pero con un estrechamiento que favorecerá también la implantación de medidas de calmado del tráfico. Esto va a suponer una reordenación de la movilidad. El objetivo es ir desviando los flujos de tráfico a vías principales y a algunas secundarias, y reconfigurar grandes avenidas en las que el coche tenía un protagonismo excesivo como es el caso de San Francisco Javier. No será el único caso, puesto que forma parte de una amplia estrategia.
“El objetivo es que el proyecto de San Francisco Javier y Luis de Morales se ejecute todo a la vez. Es decir, desarrollar entre 2021 y 2022 cuatro grandes intervenciones a la vez: la ampliación del Metrocentro, el nuevo colector de aguas pluviales y la renovación de las redes; el proyecto de aparcamiento si se confirma el interés privado y la configuración de los dos grandes corredores verde y la reordenación de toda la avenida”, comentó el alcalde socialista junto al consejero delegado de Emasesa, Jaime Palop, en una presentación en la que estuvieron Gaesco, el Colegio de Arquitectos, el Colegio de Ingenieros, el centro comercial Nervión Plaza, El Corte Inglés, y el Colegio Santa Joaquina de Verduna. El gobierno ha tenido contactos y reuniones previas estos días con el Sevilla F. C., la Universidad de Sevilla y el Hotel Meliá Lebreros. En las próximas semanas se ampliará la participación a más entidades.
Los informes señalan que habrá una reducción de 3.025 toneladas de emisiones de CO2 al año con respecto a las actuales. Además, hay un estudio hecho al respecto de la reducción de vehículos del tranvía que sitúa la disminución en torno a los 1,3 millones de kilómetros en desplazamientos en vehículos privados. Los técnicos apunta que “no se puede evaluar de forma aislada la conexión San Bernardo Santa Justa”.
Esta transformación urbana arrancará con unas obras de Emasesa que consistirán en la sustitución de las obsoletas redes que discurren por el acerado de los pares de la Avenida Ramón y Cajal. El alcance de los trabajos engloba la repavimentación y modificación de la sección transversal de la avenida, modificando incluso la disposición de los carriles.
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