Salida prematura

Monteseirín todavía no ha desvelado cuál será su futuro tras la Alcaldía. El PSOE trabaja con la hipótesis de su retorno al SAS

Salida prematura
Salida prematura
Carlos Mármol

08 de marzo 2010 - 05:03

NO puede existir una salida pactada porque no estaba previsto que las cosas se precipitaran. Todo ha sido un lapsus". Un importante socialista sevillano resumía así la situación provocada tras el anuncio de Griñán de que Monteseirín no será el cabeza de lista en las elecciones de 2011. ¿Qué va hacer el alcalde? ¿Seguir hasta el final como le piden el partido y el presidente de la Junta? ¿Irse tras el congreso del PSOE andaluz? Nadie lo sabe con exactitud. Probablemente ni siquiera él mismo ha resuelto el enigma. Es su última baza en el puesto y todo indica que demorará desvelar la incógnita.

Monteseirín ha convocado hoy a todos los concejales socialistas para explicarles cómo ve la situación. Nada es descartable, pero, salvo sorpresa, no se espera una renuncia inmediata. El contexto no lo aconseja. Hay que esperar a que Griñán tome las riendas efectivas del partido. Después ya no es tan seguro. Nada está escrito.

Uno de los elementos que juegan a favor de la permanencia de Monteseirín en el cargo durante algún tiempo más es que no tiene vía de escape. Por supuesto, el alcalde puede decir adiós a la francesa, pero en tal caso no tendría más opción aparente que volver a su puesto de funcionario -inspector médico- en el SAS. El artículo de despedida que envió a los periódicos coquetea con esta idea: "Voy a dirigir mi vocación por la cosa pública a otras tareas, en mi condición de funcionario o en cualesquiera otras en las que mi formación y mi experiencia puedan seguir siendo útiles". Los bien informados bromeaban con dicha alternativa desde hace meses. Ahora parece que va en serio: algunos afines a Monteseirín deslizan que el alcalde volverá al SAS -si Griñán no lo remedia a última hora- al menos de forma temporal. Y no de inspector médico, sino en un cargo ad hominem de rango superior. El mismo regidor ha expresado en ocasiones su vocación de gestionar un hospital. "Yo soy médico", sostiene.

Esta fórmula, si llega a concretarse, le permitirá quizás presumir durante cierto tiempo de coherencia y sencillez ante sus críticos. Tiene la desventaja de que no coloca a buen resguardo a los hombres de su entorno. Y, sobre todo, no casa con el deseo que hace algo más de un año expresó en privado a algunos dirigentes: pretendía presidir una empresa pública (en Andalucía; en Madrid este destino puede no ser tan seguro) para dar digno acomodo a su fieles. La Junta tiene sitio para reubicarlo. Es práctica del PSOE además no dejar a nadie huérfano de sustento espiritual. Otra cuestión es que quiera hacerlo. En su contra juega un hecho irrebatible: rechazó la salida hacia el Parlamento Europeo propuesta por el PSOE cuando la opción Carrillo era viable. "No quiso. Le pudo el carácter y, probablemente, en su fuero interno creía que al final le dejarían seguir", explican.

El escenario es del todo incontrolable. Puro factor humano. Una salida prematura -en relación al mandato político- abre para el PSOE un sinfín de opciones. Tantas que se corre el riesgo de no ser capaz de mostrar a los ciudadanos cuál es el referente. Un alcalde (o alcaldesa) interino complicaría más la cuestión. Y si algo no puede permitirse el PSOE es distraerse. Casi no tiene tiempo.

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