Rompiendo con la hegemonía del negro
El alcalde resalta la masiva asistencia a la procesión y pide a la Virgen por los sevillanos que lo están pasando mal con la crisis Los populares ganan en bronceado a los socialistas
Hay quien mantiene la tradición de pedirle tres deseos a la Virgen de los Reyes cuando traspasa la Puerta de los Palos y el silencio es ese instante que parece perdurar por siglos. El alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, también lo hizo ayer. Sus rogativas las dio a conocer tras el pontifical, en la Casa Consistorial, mientras los ediles populares y socialistas refrescaban con agua el gaznate a esa hora en la que las altas temperaturas dejan huella en forma de cerco sobre las camisas. "Que la Virgen de los Reyes ayude a todos los sevillanos y que nos ampare con su manto en estos momentos tan duros", refirió el primer edil hispalense tras destacar la masiva presencia de público en una procesión que se había saldado con varios evacuados, principalmente, por calor.
Terminaba así la representación oficial que este año tuvo como principal novedad la entrada de la comitiva por la Puerta de San Miguel, al estar en obras la del Perdón. En la comitiva, 19 concejales del PP (faltó la delegada de Hacienda, Asunción Fley, precisamente en el día de su onomástica) y cuatro socialistas: Juan Espadas, Alberto Moriña, Juan Miguel Bazaga y Juan Carlos Cabrera (los concejales socialistas más afines a las tradiciones sevillanas). También estuvieron presentes la subdelegada del Gobierno, Felisa Panadero; y el delegado del Gobierno de la Junta en Sevilla, Francisco Javier Hernández. El cortejo de autoridades políticas se completaba con seis diputados provinciales.
La procesión del 15 de agosto es un excelente verificador de las vacaciones. El bronceado delata a los munícipes. En este aspecto, los concejales populares ganan a los socialistas. Moreno de playa (o piscina) que se percibía en rostros y hasta en piernas, como las de la delegada del distrito de Los Remedios, Carmen Ríos, a la que acompañaba un brillo nada tenue que evidenciaba -para los de vista perspicaz- una excelente tersura en la piel. Aunque para relucientes las piernas de muchos jóvenes que, cada vez más, acuden a la procesión con pantalón corto y depilación incluida. Cosas de la metrosexualidad.
Las políticas fueron las que pusieron cierta nota de color en el cortejo. La subdelegada del Gobierno, que abría la comitiva, se decantó por el nude (término con el que los más cursis denoniman ahora a lo que siempre se ha llamado color carne). Las concejales populares -excepto Pía Halcón y Lola de Pablo- también rompieron con la hegemonía del negro, aunque eso sí, optando por tonos discretos.
La colocación de vallas en todo el recorrido priva de las imágenes espontáneas entre el público y los políticos que se ven en el Corpus. Ahora los munícipes se limitan a hacer leves gestos con la cara, aunque hay algunos que no dudan en acercarse y estrechar manos y hasta dar abrazos. El último acto es el desfile al concluir el pontifical. Las autoridades regresan al Ayuntamiento poco después de las doce. A esa hora en la que la mañana ya es uno de los más exquisitos recuerdos.
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