Renovación del firme de la Cruz Roja apenas 18 meses después de su gran reforma
El pavimento presentaba gran degradación y había perdido el colorido
La intervención ha sido acometida por la misma empresa adjudicataria al estar la obra todavía en plazo de garantía
Avenida de la Cruz Roja: una dejadez evidente
El corte de la calle Zaragoza ya provoca los primeros atascos
La gran transformación de la Avenida de la Cruz Roja ha sido una de esas obras que lucen mucho mejor sobre el papel que en la realidad una vez terminada. El firme de esta calle, que pasó a ser peatonal y sostenible, se ha degradado de manera importante en apenas un año. Como publicó este periódico en el mes de diciembre, el pavimento presentaba importantes grietas, además de haber perdido el colorido que se le imprimó tras una reforma que costó más de 7 millones de euros, buena parte de ellos asumidos por Europa al tratarse de un proyecto en el que predominaba la sostenibilidad. Ahora, debido al estado de degradación, el Ayuntamiento ha exigido a la empresa adjudicataria su reparación.
En los últimos días, las máquinas y las vallas han vuelto a la Avenida de la Cruz Roja. Los vecinos han visto cómo se ha actuado de nuevo en un pavimento que 18 meses después de ser inaugurado no presentaba el mejor estado. Por ello, el Ayuntamiento ha exigido a la empresa que realizó la transformación sus sustitución con cargo a la garantía en la que todavía se encuentra la obra. Las características el nuevo asfaltado son las mismas: pavimento drenante con la misma imprimación, ya que de lo contrario los fondos que se recibieron desde Europa estarían en entredicho.
La Avenida de la Cruz Roja, peatonalizada con un sistema de drenaje sostenible que absorbe el agua de lluvia y con las redes de abastecimiento y saneamiento renovadas, se reabrió el viernes 2 de septiembre de 2022 al tránsito tras 14 meses de obras y una inversión de 7,2 millones de euros. Los trabajos comenzaron a mediados de junio de 2021. Desde este viernes, la Cruz Roja. Pavimentada con alegres colores rojizos y amarillos, no presentaba aparcamientos en superficie ni tránsito de autobuses ni de vehículos. Sólo era apta para peatones, ciclistas y patinetes, y para el acceso de vecinos a garajes, así como para vehículos de emergencia o municipales.
Las obras, no obstante, continuaron en las calles adyacentes y, además, hubo que solucionar posteriormente la falta de autobuses públicos, como denunciaban los vecinos, o la dificultad para dejar la basura.
De hecho, el alcalde Sanz en una de sus primeras visitas tras tomar posesión se reunió con los vecinos y comerciantes de la zona para valorar las necesidades tras las obras de peatonalización. Para paliar las dificultades para la convivencia del tránsito rodado y peatonal en toda esta zona, los técnicos de la dirección General de Movilidad, de Tussam y los representantes del distrito Macarena valoraron las necesidades planteadas por los vecinos y asociaciones de comerciantes.
Entre las peticiones se encontraban el traslado de acera de las plazas de la carga y descarga en la calle León XIII, para una mejor distribución de las plazas de aparcamiento y de la maniobrabilidad de los vehículos; actuaciones de señalización para compaginar de la manera más adecuada la convivencia entre peatones, bicicletas, patinetes y vehículos de residentes, en la Avenida de la Cruz Roja; optimización de las actuales plazas de aparcamiento, incrementándolas, por ejemplo en calle Manuel Villalobos; o evitar la invasión de los vehículos del espacio peatonal de la plaza intersección de las calles Fray Isidoro de Sevilla y Manuel Villalobos, mediante la instalación de bolardos.
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