Renovación de las fiestas

PASA LA VIDA

Renovación de las fiestas
Renovación de las fiestas
Juan Luis / Pavón / Jlpavon@ Diariodesevilla.es

29 de noviembre 2007 - 11:54

LA pasada semana, a un mes vista del comienzo de la Navidad, en algunas ciudades españoles y de otros países europeos ya estaban siendo utilizadas en todo su esplendor las iluminaciones especiales que evocan el periodo navideño, no el de las festividades sino el de la campaña de compras. Cuarenta y seis días de bombillas extra me parece un exceso. Antaño se ponían para tres semanas y ello no mermaba el regocijo ni las ganas de fiesta porque había una coherencia entre las fechas y los adornos. Nadie va a dejar de buscar y adquirir regalos por transitar sólo bajo las luces convencionales. El otoño parece en vías de extinción, entre la permanencia de las temperaturas cálidas durante las semanas de octubre y noviembre, y la ofensiva de la estética prenavideña al adelantarse la competencia para seducir a la clientela.

El vértigo del exceso y del desarrollo insostenible también ha tenido su correlato en las cabalgatas, donde parecía una cuestión de honor cuál alcanza la plusmarca de miles de kilos de caramelos lanzados al gentío... y al suelo. La pisada de la uva en la vendimia no es nada comparado con el aplastamiento de caramelos que nadie coge cuando se disgrega la bulla. El despilfarro genera una suciedad pringosa poco ilusionante y nada mágica. Por ello aplaudo la decisión, llena de cordura, del Ateneo y del Ayuntamiento de Sevilla para reducir la dosis de caramelos al aire. A los niños hay que generarles ilusión, no desmesura que rima con basura.

Más simbólica, e igualmente acertada, es la decisión de concluir la Cabalgata en la Avenida de Llanes, bastante extramuros de la Macarena. Cambiar cada año una parte del recorrido es un acto de justicia con los barrios de Sevilla que siempre habían quedado excluidos de vivir más intensamente el mayor desfile que se organiza en la ciudad, celebrando la llegada de unos Magos de Oriente (Próximo) a los que no han invitado a la cumbre de Annapolis.

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