El Renacimiento sevillano se luce en el Museo de Bellas Artes
La pinacoteca acoge hasta el 12 de marzo una gran exposición que repasa uno de los momentos más prolíficos del arte en Sevilla
El Bellas Artes de Sevilla restaura una de las obras más emblemáticas de Roque Balduque
Una exposición que explica cómo Sevilla se convirtió en un crisol artístico. Desde este jueves se puede visitar en el Museo de Bellas Artes la muestra Arte del Renacimiento en Sevilla, una singular exposición que analiza y enseña mediante 34 excelentes obras la actividad artística desarrollada en la ciudad en el siglo XVI y cómo todos esos artistas, la mayoría foráneos, fueron decisivos a la hora de conformar toda una excelente generación. La muestra fue inaugurada por Arturo Bernal, consejero de Turismo, Deporte y Cultura de la Junta de Andalucía; Valme Muñoz, directora de la pinacoteca; y los conservadores Ignacio Cano e Ignacio Hermoso, que junto con la directora son los comisarios.
Artistas como Torrigiano, Alejo Fernández, Hernando de Esturmio, Roque Balduque, Juan Bautista Vázquez el Viejo, Villegas Marmolejo, Miguel Perrín, Jerónimo Hernández o Francisco de Alfaro se reúnen en esta gran muestra del Bellas Artes que se presenta como uno de los más importantes reclamos de la temporada y que se podrá visitar hasta el próximo doce de marzo. El objetivo es explicar mediante pintura, escultura, orfebrería o cerámica, cómo se conformó el arte del Renacimiento en una Sevilla que ya se había convertido en la capital del mundo tras el Descubrimiento de América, la creación de la Casa de la Contratación y la Primera Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano. Entre las obras que se exhiben muchas forman parte de la fantástica colección del museo sevillano y también hay préstamos muy destacados del Museo Nacional del Prado, la Catedral de Sevilla, la Catedral de Burgos e iglesias y parroquias. El broche de oro, en la sala principal del museo, es poder ver restaurado por el IAPH el conocido como techo de Arguijo.
"La confluencia de corrientes procedentes de culturas y lugares tan diversos como Italia, Portugal, los Países Bajos o Francia, junto con la tradición islámica local, fraguarán las características de la escuela artística sevillana del Renacimiento, una de las más pujantes de España en los siglos XVI y XVII", han explicado los organizadores.
De la influencia italiana al techo de Arguijo
La exposición se distribuye en cuatro espacios. En el primero, titulado La contribución del Renacimiento italiano, se muestran las primeras manifestaciones artísticas del siglo. Muchas de las obras ya presentan los rasgos del renacimiento italiano, ya sea por estar realizados por artistas de esa procedencia o bien como consecuencia de la profunda difusión de la estética clásica italiana por toda Europa. Destacan aquí la presencia de la sedente Virgen de Belén de Torrigiano o la Virgen del Reposo, obra de Miguel Perrin, hacia 1540, que ha sido cedida para la ocasión por la Catedral de Sevilla y que ha sido restaurada por Fuensanta de la Cruz. "No hay documentación de que haya bajado nunca de la hornacina que ocupa a 12 metros de altura. Es posible que no lo haya hecho en 500 años", ha explicado Ignacio Cano.
Otra obra importante que se puede ver en este ámbito es La Flagelación de Alejo Fernández, pintor de origen germánico. Ha sido prestada por el Museo del Prado.
El segundo espacio se centra en La aportación de los artistas del norte. Cuenta con obras realizadas en el segundo tercio de siglo XVI. Puede verse la producción de artistas del norte que se asentaron en Sevilla atraídos por su importancia. Son ellos los que asientan las bases de la futura escuela sevillana. Destacan Pedro de Campaña, con la obra Pentecostés, cedida por la Catedral de Burgos. "Presenta la influencia de la pintura de Rafael y el naturalismo propio de la pintura flamenca", ha indicado Cano.
También hay obras de Hernando de Esturmio y otras llegadas a Sevilla de la misma procedencia, como el excepcional tríptico de Jan Sanders van Hemessen procedente de la Parroquia de San Vicente, donde son retratados miembros de la familia de los Bravo de Laguna.
En el tercer ámbito, Sevilla, crisol artístico, ya se observa la producción de artistas de procedencia sevillana o española que han absorbido esos cambios y que, además, han sido influidos por la estética manierista. Es el caso de Luis de Vargas o Alonso Vázquez. Vasco Pereira, de origen portugués formado en Sevilla, participa del mismo lenguaje manierista como se observa en la gran Anunciación procedente de Marchena.
Otras manifestaciones artísticas, como la cerámica, muestra cómo la pervivencia de la técnica cerámica ha ido adaptándose paulatinamente a los nuevos gustos. Tambiéns se pueden contemplar algunas obras relevantes de platería, que es un eficaz vehículo de transmisión de la nueva estética, que es trasladado al metal por plateros de la talla del cordobés Francisco de Alfaro. Suyas son la fantástica custodia de asiento de Marchena o el atril del altar mayor de la Catedral de Sevilla.
Dos esculturas destacan en este espacio. La Virgen de la Piña, de Juan Bautista Vázquez el Viejo, procedente de la parroquia de Ntra. Sra. de la Oliva de Lebrija. Y la Virgen de la Paz, obra de Jerónimo Hernández de la sevillana parroquia de Santa Cruz. "Vázquez el Viejo es el impulsor de la primera gran escuela sevillana. Llega a Sevilla desde Castilla con sus discípulos, entre ellos Jerónimo Hernández, cuando ya ha fallecido Roque Balduque. Es el precedente de la gran escuela sevilla del XVII con Montañés como primera referencia", ha señalado Ignacio Hermoso.
El último gran espacio de la exposición se encuentra en la sala V del museo, la antigua iglesia el convento Casa Grande de la Merced, junto a las obras de Murillo o Zurbarán. En este espectacular lugar cuelgan suspendidas las pinturas para el techo del salón principal de la casa de Juan de Arguijo.
Se trata de cinco escenas mitológicas, dos paneles con el escudo y la dedicatoria y 14 paneles con motivos decorativos renacentistas. Fueron realizadas para la decoración del salón de la Casa de Arguijo, situada hoy en la esquina de Laraña con la calle Arguijo. Hacia 1870 fueron trasladada al Palacio de Monsalves. "Aunque realizado ya en los primeros años del XVII en él se muestra el triunfo de la cultura clásica en Sevilla a través de unas imágenes dedicadas a los dioses del Olimpo y las musas". Atribuidas hasta el momento a Alonso Vázquez, el conjunto fue restaurado hace unos años en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH). Oor vez primera se pueden contemplar dispuestas en su disposición original suspendidas del techo.
En su intervención, Bernal ha señalado que esta nueva exposición "pone de manifiesto, a partir de una exquisita selección de obras, con préstamos procedentes mayoritariamente de instituciones religiosas de Sevilla y su provincia, ese cruce de caminos entre el pasado, el presente y el futuro que supuso el Renacimiento que, también tuvo su reflejo en el arte con una amalgama de influencias que terminó por dar personalidad a la propia etapa". Asimismo, el consejero ha destacado "el importante esfuerzo de restauración que se ha realizado para poder exhibir estas obras en el mejor estado de conservación posible" Para esta ocasión, ha explicado, se han restaurado obras como la talla de la Virgen con Niño, de Roque de Balduque -intervención sufragada por la Asociación Amigos del Museo del Bellas Artes-, la Virgen de la Piña de Juan Bautista Vázquez el Viejo, la Sagrada Familia con san Juanito, de Pedro Villegas Marmolejo, procedente de la parroquia de San Lorenzo Mártir, o Llanto sobre Cristo muerto, anónimo flamenco, de la colección de la pinacoteca sevillana.
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