Rebajas, mejor de lo previsto

Las ventas repuntan durante agosto gracias a los grandes descuentos en los artículos de temporada. El gasto por consumidor sigue a la baja esta campaña.

Rebajas en el escaparate de un establecimiento sevillano.
Rebajas en el escaparate de un establecimiento sevillano.
E. Pizarro Ariza / Sevilla

14 de agosto 2012 - 05:03

Menos malas de lo que se pensaba. Éste es el resumen de la temporada de rebajas veraniegas que concluirá el 31 de agosto. Cuando ya ha transcurrido la mayor parte de esta campaña, buena parte de los comerciantes hacen balance de esta época de descuento, en la que las cifras -aunque alejadas de las de otros años- han superado las bajas expectativas que los propietarios de las tiendas tenían al principio. Las claves de las rebajas estivales coinciden con las del pasado invierno: los clientes se lo piensan dos veces a la hora de adquirir un producto y ha habido más ventas de las previstas pero con menos facturación, debido, entre otros factores, a los grandes descuentos que se aplicaron desde el primer día.

El balance, aun así, es más negativo que el de las rebajas de invierno y las del verano de 2011. Los empleados de los negocios son los primeros en señalarlo: "La crisis se nota bastante, igual o más que en las de invierno, la gente busca ahora lo más económico. Antes se llevaban dos artículos y ahora, uno". Las más afectadas han sido las grandes firmas. En general, los clientes compran menos y más barato.

Los comerciantes se han tenido que adaptar a las nuevas circunstancias. Prueba de ello son los descuentos ofertados. Si hasta hace pocos años la campaña comenzaba con "pequeñas" reducciones en los precios, ahora las tiendas optan por aplicar rebajas más "agresivas" desde el principio para atraer a un mayor número de clientes. De esta forma, se ha pasado de descuentos del 30% ó 40% a rebajas de hasta un 70% en algunos productos, una merma en los beneficios con el fin de mejorar las ventas.

Otra de las medidas que están tomando muchos establecimientos es la de rebajar artículos recién incorporados a la nueva colección de temporada, algo poco usual en años de prosperidad económica. "Se han introducido descuentos en prendas de temporada para aliviar la bajada en las compras que se produjo en julio, cuando la campaña iba mal", detalla Marta Jiménez, encargada de Pull&Bear.

Pese a estos anzuelos, el número de ventas y los beneficios obtenidos no acaban de compensar los sacrificios del sector. "No ha ido mal pero otros años han sido mejores, la crisis se nota y cada temporada es más floja. Buena prueba de ello es el almacén, lleno de prendas que no se ponen a la venta al no hacer falta reponer las que ya se exponen en la tienda", comenta Verónica Pachón, encargada de Women's Secret. A ello se suman que los clientes optan cada vez más por adquirir artículos con un precio más asequible en lugar de otro más caro o de mejor calidad.

Una de las características que se viene observando desde hace meses en las tiendas es el incremento de las devoluciones por parte de los clientes, que se lo piensan "dos veces" antes de realizar una compra. Las más perjudicadas por esta situación son las grandes firmas, mientras que los negocios de precios populares son los que mejor se mantienen.

Pese a todas estas circuntancias, buena parte de los comerciales destacan un dato positivo de esta campaña: se han mejorado las bajas expectativas que tenía el sector sobre estas rebajas después de una temporada de primavera marcada por la constante caída en las compras. Así lo resume Rocío Román, dependienta The Body Shop: "El resultado no ha sido malo si se tiene en cuenta el momento actual. Todavía hay gente que espera meses a las rebajas para obtener los mismos productos a un precio mucho más bajo y eso es un alivio para las tiendas".

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