La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Universidad
Rafael Escuredo es memoria viva de unos años en los que Andalucía logró el autogobierno en las mismas condiciones que las denominadas "nacionalidades políticas": Cataluña, País Vasco y Galicia. Un tiempo de reclamación en las calles y de trabajo estratégico en los despachos de abogados laboralistas, como el de Escuredo, del que formaron parte políticos de la talla de Felipe González y Manuel del Valle. Una lucha decisiva para construir el actual Estado autonómico español y que este miércoles se ha convertido en protagonista del discurso de investidura del que fuera primer presidente de la Junta andaluza como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Sevilla (US).
"Para Andalucía no hubo ningún tipo de privilegio". Es una de las frases finales de su intervención, en la que ha repasado una época clave en la historia de la España contemporánea. Escudero ha sido investido Doctor Honoris Causa de la Hispalense en una ceremonia celebrada en la iglesia de la Anunciación. En ella han estado presentes, entre otras personalidades, el que fuera vicepresidente de España, Alfonso Guerra (con quien mantuvo fuertes discrepancias en el PSOE de los años 80); los ex presidentes andaluces José Rodríguez de la Borbolla y Manuel Chaves; el ex consejero de Universidades de la Junta de Andalucía, Antonio Ramírez de Arellano; la presidenta del consejo social de la US, Concha Yoldi; y el ex presidente del Tribunal Constitucional, Miguel Rodríguez-Piñero Bravo-Ferrer. Por cierto, Escuredo no se ha olvidado en sus saludos de otro presidente andaluz, José Antonio Griñán, a quien ha deseado una pronta recuperación de su enfermedad el día en que se ha conocido que la Fiscalía ha propuesto que no ingrese en prisión por el caso de los ERE, al tener en consideración su estado de salud.
La intervención de Escuredo se ha centrado en la denominada "rebelión andaluza", un proceso que "quebró el modelo asimétrico previsto por el poder constituyente", lo que provocó "una nueva lectura de Constitución en términos de igualdad, homogeneidad y simetría". En definitiva, "una operación político-constitucional de altos vuelos que cambió el curso de la historia, al configurar el Estado autonómico, con el que España ha conseguido las décadas de paz y prosperidad más longevas de su historia".
La historia de un logro no exenta de dificultades y frustraciones. Con una importante lista de nombres propios que Escuredo ha recordado: Plácido Fernández Viaga, primer presidente de la junta preautonómica constituida en 1978; Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Manuel Clavero Arévalo, quienes -como ha recordado el nuevo Doctor Honoris Causa de la US- pasaron una tarde entera de domingo redactando el artículo 151 de la Constitución, protagonista indiscutible de la autonomía andaluza.
Una hazaña que también posee fechas propias: el 4 de diciembre de dos años. El de 1977, cuando miles de andaluces se echaron a las calles para reclamar autonomía en igualdad de condiciones; y el de 1978, cuando 11 formaciones políticas firmaron el Pacto de Antequera, con el que se avalaba tal propósito. "Sólo el autogobierno pleno nos permitiría abandonar la cabecera en cifras de emigración, desempleo y analfabetismo [...] Salir, en definitiva, de la postración y el olvido en que Andalucía había estado sumida durante los dos últimos siglos", ha incidido Escuredo.
En esta carrera el Estado no lo puso fácil. El Gobierno de Adolfo Suárez retiró su apoyo al referéndum de autonomía, "lo boicoteó", hasta el punto de que no actualizar el censo de votantes. "A mí me dijeron que no formaba parte del censo. Que en lugar de mi nombre se encontraba el de Patricia Escuredo, mi hija, que sólo tenía 6 años", ha narrado este defensor del andalucismo. Aquella oposición provocó la dimisión de Clavero como ministro y una de las primeras crisis políticas de la recién instaurada democracia, que llevó finalmente a que la comunidad autonóma de Andalucía fuera constituida como tal. Se abría el nuevo periodo del Estado de las autonomías que ha llegado a nuestros días.
Todo ello sin que esta comunidad hubiera conseguido "privilegio" alguno. Todo lo contrario, porque, como bien ha detallado Escuredo, a diferencia de las nacionalidades "históricas", no se tuvo en cuenta su esplendor de siglos pasados, su papel en la conquista de América, la aportación al constitucionalismo español, el ser frontera sur de Europa, suponer un puente entre dos continentes "y tres culturas" o la figura de Blas Infante, a quien, por cierto, el rector de la Hispalense, Miguel Ángel Castro, ha mencionado en varias ocasiones en la intervención que ha clausurado el acto.
Pero Escuredo no se ha quedado en el pasado, sino que también ha mirado al futuro. Y lo ha hecho sin cortapisas y aludiendo a una posible "reforma constitucional". Punto en el que ha apostado por una España "federal" en la que siga vigente la memoria de aquellos años de andalucismo que lograron que esta comunidad no fuera menos que ninguna otra: "Si mañana el poder constituyente del pueblo español decidiera, libremente, caminar hacia otra forma de organización del Estado, que, en mi opinión, debería ser de corte federal, quede en la memoria de los españoles la lucha del pueblo andaluz por su autonomía política, por su autogobierno pleno y por no ser más que nadie, pero tampoco menos".
La investidura de Rafael Escuredo como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Sevilla (US) ha contado con la Laudatio a cargo del profesor emérito de Derecho Civil de la Hispalense, Ángel M. López, quien fuera presidente del Parlamento andaluz. Su intervención, además de glosar la figura de Escuredo, ha estado repleta de referencias a la actualidad y, en concreto, a las críticas que intentan "erosionar" al Estado y a su poder legislativo. "En las tristes épocas de defensa de lo obvio que nos ha tocado vivir, lo único que habrá que recordar es que sólo los legisladores son fruto directo del principio democrático", ha advertido.
Del nuevo Doctor Honoris Causa ha afirmado que "la conducción política del primer Estatuto de Autonomía de Andalucía [...] no habría sido igual, tal vez ni siquiera habría sido, sin Rafael Escuredo", al que calificó de "soñador". "Los pueblos necesitan de soñadores. El pueblo andaluz tuvo uno en Rafael Escuredo", ha abundado.
No han faltado críticas en su discurso a los intentos de los Gobiernos de España por romper el modelo de simetría autonómica que impulsó Andalucía en aquellos años de la Transición. Una alusión en la que ha puesto dos ejemplos: "Todos los gobiernos del Estado han hecho mucho para seguir manteniendo las diferencias a favor de las consideradas originariamente en la Constitución 'nacionalidades históricas' y por sólo citar dos ejemplos significativos: uno, no abordar leyes reguladoras que restablezcan el equilibrio entre la Hacienda del Estado y las comunidades autónomas con Hacienda propia; otro, consentir la expansión del Derecho Civil autonómico, con flagrante vulneración de la Constitución".
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