La RAE y una cita sin precedentes para demostrar la fuerza de un español único
Congreso de la Asale
El congreso de las academias de la Lengua española abordará nuevos criterios para entrenar a las máquinas y preservar el buen uso y la unidad del idioma
Acordes de música barroca, quién sabe si la que algún día sonó en los salones donde los intelectuales del siglo XVIII crearon lo que hoy es la Real Academia de la Lengua Española (RAE), abrieron el acto solemne de inauguración de la edición número 16 del congreso de la Asociación de Academias de la Lengua española (Asale). Dice su director que no hay mejor sitio que Sevilla para organizar esta cita. “¿No habla acaso América sevillano?”, apuntó anoche Santiago Muñoz Machado en la apertura oficial de la trascendente cita que acoge la ciudad y para la que se eligió el teatro de Capitanía General, junto a la Plaza de España.
Sevilla, durante esta semana, se convierte en la capital mundial del español, una oportunidad de repasar la historia y jugar ese papel universal “que nunca se debió perder”, en opinión del alcalde de la ciudad, Juan Espadas, que también dio la bienvenida al medio millar de académicos que se han desplazado en esta edición de un congreso que se celebra cada cuatro años. El más numeroso que recuerda Muñoz Machado, circunstancia que atribuye a esa condición irresistible de la que hace gala la capital, con una agenda repleta de eventos internacionales este otoño.
Sobran motivos y éstos no tienen que ver sólo con la monumentalidad y la generosidad de los sevillanos. También con los méritos literarios de una ciudad que es la de Chaves Nogales, Antonio Machado, Julia Uceda, Alfonso Grosso o Sara Mesa, apuntó el alcalde a modo de abanico de muestra de distintas generaciones. Y también por sus aportaciones al estudio del español, por el que han velado sevillanos como el ursaonense Francisco Rodríguez Marín, que dirigió la RAE entre 1940 y 1943.
Muñoz Machado hizo alusión a la controversia que ha existido sobre el parecido de la lengua americana con la andaluza que los lingüistas y filólogos se han encargado de rebajar. Los americanos aprendieron la lengua de los emigrantes andaluces y extremeños fundamentalmente y es innegable que hay rasgos comunes, según el director de la RAE.
Estos días puede comprobarse entre el público que asiste a los encuentros del congreso de una asociación que nació con la intención de forjar un ambiente panhispánico que hoy protege una lengua común. La RAE, según explicó su director, nació en 1713 para cuidar de la lengua y de la edición de la mejor literatura producida en español. Pero empleó todo el siglo XVIII para “crear el español”, para normalizar una lengua que cada hispanohablante usaba con total libertad. Entre 1726 y 1771 se creó el primer Diccionario de autoridades, como se llamaba entonces, una Ortografía y una Gramática. Una normativa que se ha impuesto a lo largo de los siglos gracias al crédito cada vez más creciente que le otorgan a la RAE los hispanohablantes.
En el siglo XIX, con la independencia de las colonias en América, hubo intentos fallidos de una separación lingüística en algunos países defendida por intelectuales muy notables. Y la polémica no cejó en toda la centuria hasta que la RAE propuso la creación de academias en todos los países en 1870. La situación, milagrosamente, fue mejorando. El secretario general de Asale, Francisco Javier Pérez, apuntó en la inaguración algunas estadísticas que dan idea de la fortaleza del idioma: el español tiene 580 millones de usuarios potenciales, de los cuales 482 millones lo tienen como lengua materna; es hablado en cuatro continentes y es lengua oficial en una veintena de países; es la segunda lengua materna del mundo por el número de hablantes, después del chino mandarín. También es la segunda lengua más estudiada, junto al francés y el chino, y la cuarta más poderosa en atención a indicadores demográficos, geográficos, económicos y políticos. En Internet, el español ocupa el tercer lugar en el uso de la red y es la segunda lengua en la que se publican más documentos científicos. España, junto a Argentina, figura entre los diez primeros países productores de libros...
Números que fascinan y dan idea de la potencia del español, “un idioma prodigioso”, en palabras del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, que también advirtió del peligro de dar oficialidad a las diferencias lingüísticas y defendió la unidad de una lengua que no entiende de muros ni fronteras. “Yo amo todas las palabras de mi lengua española, de aquí y de cualquier parte”, apuntó el presidente andaluz, que utilizó el recuerdo de Jorge Arvizu El Tata, extraordinario actor de doblaje mexicano cuya voz fue muy popular en España, donde muchos crecieron escuchando hablar de colpizas, balaceras y boliches. “Uno si habla español aprende a llorar con Neruda, a sufrir con Onetti, a brillar con Borges, a hacer magia con Cortázar, a imaginar con García Márquez o a mirar hacia fuera como se mira hacia dentro gracias a Vargas Llosa, que participará en el congreso”, apuntó Moreno Bonilla, sin saber precisar de dónde es ese español compartido que permite descubrir palabras en el mataburros, como llaman muchos en América al diccionario, y que lo animó anoche a hablar ante los académicos.
Sin duda, la mayor conquista de las academias y de la española, en particular, ha sido conseguir que el español sea único, aseguró Muñoz Machado. A este logro se suman ahora otros retos, como entrenar a las máquinas para que hablen un español único y correcto. El proyecto que sorprenderá en este congreso tiene que ver con la inteligencia artificial y los académicos están fijando los criterios que pondrán ahora a disposición de las empresas de tecnología. Esta presentación será el colofón de un foro que comenzó con la fuerza interpretativa del académico de la RAE José Luis Gómez y su lectura del Cantar del Mío Cid. Un paseo por la historia de una lengua que siempre ha unido.
De los orígenes y el ‘Cantar del Mío Cid’ a las máquinas
El congreso de Asale se inauguró con una lectura del Cantar del Mío Cid a cargo de José Luis Gómez, actor onubense y académico desde 2014. Anoche hizo la mejor defensa que se podía esperar de una lengua que une a 580 millones de hablantes recitando en castellano antiguo. Este cantar de gesta se considera la partida de nacimiento de la literatura española, según Ramón Menéndez Pidal, uno de sus estudiosos. Una joya del patrimonio bibliográfico que dio inicio a toda una disciplina intelectual: la filosofía como ciencia moderna. Ayer sirvió de trampolín para dar un salto gigante desde los orígenes que concluirá el viernes en la clausura del congreso con la presentación de un proyecto sobre inteligencia artificial que forma parte del futuro del español, una lengua viva.
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