Queda libre el conductor que atropelló a un empleado al no pagar la gasolina

Tribunales

La defensa entiende que lo ocurrido fue un "desafortunado" suceso y que el acusado trataba de esquivar a la víctima

Efe / Sevilla

02 de octubre 2012 - 17:54

Un juez de Sevilla ha dejado libre sin fianza, después de casi nueve meses encarcelado, al ciudadano inglés procesado por un presunto homicidio en tentativa al atropellar al empleado de una gasolinera de Guillena tras repostar 50 euros e intentar huir sin pagar.

Fuentes del caso han informado que el acusado Wayne A.F., de 34 años, ha comparecido ante el juez de instrucción 16 y ha declarado que no quiso atropellar al trabajador sino que giró a la derecha para esquivarlo, aunque no pudo evitar arrollar a la víctima, que se había colocado frente a su vehículo en la zona central o izquierda. Además, ha declarado que había tenido un mal día pues poco antes su autocaravana había sido robada y le habían quitado todas sus pertenencias.

El juez le ha dejado libre sin fianza, ha informado su abogada, Ofelia Liñán, quien ha añadido que tiene recurrido ante la Audiencia de Sevilla el procesamiento de su cliente por presuntos delitos de homicidio en tentativa, contra la seguridad vial y robo con violencia.

El acusado repostó 50 euros hacia las 16:20 horas del 12 de enero de 2012 en la gasolinera 'Los Arcos' situada en la carretera N-630 en el término de Guillena, y a continuación intentó irse sin pagar en su camión-caravana.

Según el juez instructor, el procesado "arrancó y emprendió la marcha brusca y rápida hacia adelante", con lo que "arrolló intencionadamente" al empleado de la gasolinera, Antonio D.G., que previamente se había situado delante de la autocaravana para evitar que se marchara.

Según la nueva calificación, cometió un homicidio en tentativa porque era "plenamente consciente de la situación" del empleado, al que arrastró unos metros hasta conseguir huir, aunque poco después fue detenido en Antequera (Málaga).

La defensa, sin embargo, entiende que lo ocurrido fue un "desafortunado atropello" en el que el conductor no tenía intención de matar al trabajador sino solo de esquivarlo pues la víctima se colocó delante de la autocaravana "en la zona central o de la izquierda", pero al ser un vehículo inglés, con el volante a la derecha, "el ángulo que mejor controla el conductor es el lateral derecho".

A consecuencia del impacto, el empleado sufrió una hemorragia subaracnoidea, contusión en la cabeza, fractura occipital, contusión dorsal y síndrome vertiginoso, lesiones por las que estuvo siete días hospitalizado y tardó en curar 85 días.

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